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El miércoles una nueva caravana de migrantes que partió de San Pedro Sula, Honduras, ingresó a territorio guatemalteco.
Se calcula que ya son unas 3 mil personas, incluyendo a salvadoreños y guatemaltecos que se han incorporado en el camino.
Reportes del diario español El País y el periodista Jacobo García, indican que la policía guatemalteca intentó contener a la caravana en la frontera, pero le fue imposible.
Pretendía, “la policía chapina”, aplicar un filtro para que no ingresaran menores que no estén acompañados, pero simplemente no pudo.
“En la cabeza de todos ellos hay una palabra escrita a fuego: Estados Unidos, pero también se extiende la idea de que México es la nueva opción”, indica la crónica de El País.
Raúl Aguilar, quien apenas fue deportado de México, emprende el camino de regreso y asegura: “Por supuesto que si no puedo llegar a Estados Unidos me quedo en México. Cualquier cosa menos seguir en Honduras”, repite. “Allí hay buena gente y han prometido que habrá bastante trabajo”, explica. Cuando recuerda su experiencia en México dice que le trataron “muy bien” y que pudo comer y dormir en una cama por primera vez en muchos días.
Los migrantes que van en caravana, saben que en México hay un nuevo presidente, Andrés Manuel López Obrador, que ha prometido empleos y servicios sociales a los centroamericanos que ingresen de forma ordenada y por los puntos oficiales de la frontera.
En Chiapas, mientras tanto, se espera que se activen tres albergues en Tapachula, Frontera Comalapa y Palenque.
Información del diario Ultimátum indica que la Secretaría de Salud activó un plan de fumigación para prevenir que, con la llegada de los migrantes centroamericanos, se propaguen enfermedades como el dengue, zika y chikungunia.
Información retomada del diario El País
