CIRO CASTILLO
Este fin de semana la nota nacional se la llevó la primera asamblea estatal de las Redes Sociales Progresistas (RSP), que buscan el registro como partido político nacional, igual que otras organizaciones.
¿Por qué iniciaron en Chiapas, es la pregunta que ha saltado? Pues porque las RSP no son una estructura sacada de la manga, sino un equipo de trabajo que viene “picando piedra” desde la elección pasada, además de que tiene liderazgos visibles como el de Ricardo Aguilar Gordillo.
Las RSP, sin tener una idea precisa por el gran arrastre y movilización que implicó la figura del hoy presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, aportaron a la campaña presidencial unos 120 mil representantes de casilla en todos los rincones del país, además de unos 30 mil coordinadores generales.
Al menos un millón de acciones de promoción de voto en favor del tabasqueño, llevaron a cabo los integrantes de la estructura de RSP, que incluso sumó votos al Partido Encuentro Social (PES), hoy sin registro ante el INE y muy cuestionado.
Según palabras de los coordinadores nacionales de RSP, Juan Iván Peña Neder y José Fernando González Sánchez, sin tener todavía el registro como partido político, la organización tiene presencia en las 166 ciudades más importantes del país y en los 300 distritos electorales.
Tienen un millón de afiliados, cifra nada despreciable para llegar fortalecidos a la elección intermedia de 2021, cuando aspiran a tener al menos 50 diputados federales.
Las RSP están apuntando a un sector que podría quedar excluido de la Cuarta Transformación, una clase media más exigente e ilustrada, con al menos nueve años de escolaridad.
No es una exclusión a propósito para este sector; sin embargo, la mayoría de los programas del gobierno federal van dirigidos hacia las clases sociales más pobres que viven en las zonas rurales y en las áreas conurbanas.
Las RSP tendrán que pasar todavía por “la prueba del ácido” y realizar 26 asambleas en distintas entidades de la República Mexicana, así como la afiliación de más de 240 mil personas.
No es fácil lograr el registro de un partido político, principalmente ahora que el Instituto Nacional Electoral (INE) está más “roñoso” que los árbitros que supervisan las jugadas de futbol, sometidas al llamado Video Assistant Referee (VAR).
En fin, que las RSP dieron el primer pasito para ser un partido político y aspirar a dar seguimiento a la Cuarta Transformación que ha prometido AMLO, porque, ¿qué pasará después de 2024? Mirando a futuro…
¿COLOSIO NO HA MUERTO?
Este fin de semana, el sábado, para ser precisos, nuevamente sonó el nombre del sonorense Luis Donaldo Colosio, asesinado un 23 de marzo, pero 25 años atrás.
Hasta la plataforma Netflix lanzó una serie “de ficción”, aunque dicen que cualquier parecido con la verdad es “mera coincidencia”.
A un cuarto de siglo del magnicidio que “sacudió” al país, a muchos nos llegan a la memoria imágenes borrosas y grisáceas de lo sucedido en Lomas Taurinas, Tijuana; para otros, la historia aún está fresca.
¿SE PARECÍAN AMLO Y COLOSIO?
Una de las cosas que más llamó la atención, precisamente en el marco del aniversario del homicidio de Luis Donaldo, fue la revelación hecha por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
El hoy forjador del fenómeno Morena confirmó que se encontró con el priísta en casa de una amiga en común, dos tardes antes del homicidio.
¿De qué hablaron? Solo el tabasqueño lo sabe. Lo cierto es que, en palabras de la señora Clara Jusidman, quien ese día prestó su casa para que los dos políticos tomaran café, ambos tenían similitudes y caracteres que les hubieran permitido una conciliación.
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