Don Toñito se “jubila” del tallado de máscaras de parachico

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VÍCTOR GARCÍA

EDG INFO

Luego de disfrutar su trabajo durante más de 60 años de elaborar y tallar las máscaras de parachico, el maestro Antonio López Hernández se ha “jubilado”, como él le llama, de su apasionado trabajo que tantas satisfacciones y enseñanzas de la vida misma le ha dejado..

En una breve, pero interesante plática con el maestro Toño o don Toñito, como lo conocen en su natal Chiapa de Corzo y en su barrio de San Jacinto que lo vio nacer y crecer, dice que actualmente está bastante arraigada la elaboración y el tallado de las máscaras de parachico, porque ya hay varias personas que la trabajan, entre ellos sus alumnos surgidos del taller.

Sostiene que dejó el taller y de trabajar desde el año pasado y ahora se dedica a descansar y a escribir un diario con todas sus experiencias y todas sus vivencias a lo largo de su vida y sobre todo los tantos años de la elaboración y el tallado de las máscaras de parachico que tantas satisfacciones personales ha tenido.

A sus 85 años de edad con fecha de nacimiento el 25 de julio de 1935, el maestro Toño asegura que se siente orgulloso que su trabajo haya sido reconocido no solo a nivel nacional sino internacional y que su nombre y sus apellidos sobre todo las cosas se hayan inmortalizado, pues ahora le siguen sus pasos como 10 de sus alumnos.

El maestro Toño recuerda que se inició en esto de las máscaras de parachico cuando tenía 17 años en el taller del maestro Miguel Vargas Jiménez y él le enseñó durante 8 años todos los secretos de este trabajo de donde salió muy bien preparado.

Puntualiza que para las máscaras de parachico se utiliza la madera de cedro y el trabajo debe de ser bien detallado y en su caso solo se dedicó al tallado de las máscaras tradicionales, porque es más sencilla, ya que ahora están las barbadas que surgieron en el años de 1960.

Ganador del Premio Nacional de Artes y Tradiciones Populares en 1998 y la medalla de honor “Angel Albino Corzo Castillejos” en el 2007, el maestro Toño no olvida aquellos viajes para enseñar con mucho orgullo lo que se produce en Chiapas, tales como el Japón en Kioto; la Habana, Cuba; Jamaica, Bogotá Colombia y la República Dominicana.

“Hay que ponerle todo el corazón por delante cuando se están tallando las máscaras, ponerle todos los kilos como dicen los jóvenes para que salga bueno el trabajo; porque no vaya uno solo por el dinero, sino la satisfacción que le queda a uno es el trabajo muy bien aceptado por las personas que compran las máscaras y no querer superar a otros cuando no nos hemos superado nosotros mismos”, afirma, don Toñito.

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