CIRO CASTILLO
Cuando Zoé Robledo llegó a un cargo en la Secretaría de Gobernación, de inmediato se lo miró como un posible aspirante a la gubernatura de Chiapas en 2024. Es imposible no hacerlo: es hijo de gobernador y ha labrado una carrera en la política local y ahora en la nacional.
Una vez que vino la dimisión del titular del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Germán Martínez Cázares y Andrés Manuel López Obrador hizo el anuncio de que el nacido en Tuxtla Gutiérrez ocuparía ese cargo, muchos opinaron que había caído, como se dice en política, para arriba.
No es fácil tomar las riendas de una de las instituciones más socorridas por la población, pues el Seguro Social atiende a millones de mexicanos que buscan en la institución resolver problemas de algo tan sensible como la salud.
La cosa se puso todavía peor para el ex diputado local por el PRD, cuando a México le cayó la pandemia del COVID_19 y entonces comenzó una batalla en el sector salud para hacer frente a una emergencia sanitaria, nunca antes vista.
A los titulares de Salud federal, del ISSSTE y del IMSS, les ha tocado bailar con una de las más feas: una epidemia que ha dejado ya más de 39 mil muertos, además de severos problemas en la infraestructura hospitalaria, además de enfermedades crónicas y malos hábitos de los mexicanos.
Por qué decimos todo lo anterior, pues porque todo lo que haga o deje de hacer Zoé Robledo, principalmente desde Chiapas, es seguido con lupa, igual que otros personajes como Eduardo Ramírez Aguilar e Ismael Brito Mazariegos, también enfilados hacia 2024.
Por eso el domingo, cuando el director general del IMSS sufrió un percance carretero, en el que resultó con lesiones en el brazo derecho y en las cervicales, era obvio que habría señalamientos a favor y en contra. Contracorriente…
LAS INVESTIGACIONES
Además de que Zoé Robledo capoteó bien el tema de la atención médica, pues generó morbo el saber dónde sería atendido, y resultó que fue en la clínica Las Palmas del IMSS, en Tuxtla Gutiérrez, ahora viene la parte legal.
Será la Fiscalía General del Estado, quien determine la responsabilidad o no responsabilidad de quienes viajaban en la camioneta del director general del Seguro Social, sobre todo porque hay un muerto.
El funcionario, como es debido, envió condolencias a la familia del profesor Mariano Champo Teco, quien conducía el vehículo que, inicialmente, se dijo, se había estampado contra la unidad de mayor tamaño.
Este lunes, Jorge Llaven Abarca, titular de la FGE, a quien le toca lidiar con estos temas sensibles, mediante un video y un informe por escrito aseguró que se investiga el percance sucedido en el Nuevo Libramiento Sur de Tuxtla Gutiérrez, tramo Suchiapa-Aeropuerto.
De acuerdo con la investigación, explica, un vehículo marca Chevrolet tipo Beat blanco, conducido por el hoy occiso en dirección de poniente a oriente a una velocidad mayor a la que le permitiera tener el control físico de la unidad, invadió carril contrario.
Habría sido lo anterior, lo que provocó que el vehículo compacto “se impactara con el vehículo marca Chevrolet tipo Silverado blanco que circulaba de oriente a poniente, saliéndose de la carpeta asfáltica y cayendo a un barranco, resultando lesionados el conductor José Brandy Gómez Hernández y el copiloto de la unidad ZoéAlejandro Robledo Aburto.”
El conductor de la unidad compacta, quien inicialmente se dijo, era un maestro oriundo de La Concordia y luego de Suchiapa, pereció camino al hospital.
A Zoé Robledo, quien apenas había padecido los estragos del COVID_19 le toca lidiar con una situación nada sencilla para cualquiera que la haya vivido: sufrir un percance de tránsito y que en ella pierda la vida un ser humano. Contracorriente…
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