CIRO CASTILLO
Los normalistas de la Mactumatzá, ahora envalentonados porque un sector del magisterio les apoya, volvieron a provocar actos vandálicos el sábado en Tuxtla Gutiérrez.
Atacaron de nuevo el edificio de Palacio de Gobierno, donde los policías, quienes debieran estar ocupados cuidando la seguridad de la población, tuvieron que aguantar a pie firme.
Los muchachos provocaron incendios con tarimas de madera, lanzaron artefactos incendiarios y lanzaron piedras.
Antes, en el crucero que se ubica cerca de su institución que, hace mucho tiempo fue “comida” por la mancha urbana, retuvieron unidades de empresas particulares que reparten alimentos y se apropiaron de una pipa cargada con combustible, siendo este hecho el más peligroso.
Para completar la mañana violenta del sábado, bajaron de sus unidades a unos policías, quienes realizaban un traslado, para luego incendiar las patrullas.
Si esa es la manera en que los muchachos intentan conseguir el respaldo social, están completamente equivocados.
Si creen que, violentando la ley, abiertamente y sin contemplaciones, conseguirán la libertad de sus compañeros presos, porque también habían incurrido en hechos vandálicos, están equivocados.
Ahora más que nunca, comienza a haber en las redes sociales, que son una especie de termómetro social, una exigencia ciudadana de que se les aplique la ley.
Si las autoridades federales y estatales no han considerado nunca el cierre de esta institución (es cierto formadora de maestros) de mucha tradición, ahora se está convirtiendo en una petición de la sociedad.
Ya estamos cansados de que los normalistas, aunque tienen todo el derecho a protestar y exigir mejoras para su institución, pisoteen los derechos de los demás, dicen los internautas.
Luego que no se quejen, luego que no se digan reprimidos, luego que no se presenten como víctimas…
NO A LA VIOLENCIA
A una semana de las elecciones del 6 de junio es creciente la demanda de no a la violencia.
El viernes, un candidato a regidor en el municipio de Acapetahua, fue asesinado a balazos, y se convierte en uno más de la estadística violenta del presente proceso electoral en México.
Según la consultora Etellectk son 89 los aspirantes a distintos cargos de elección popular, principalmente locales, los que han perdido la vida en estos comicios.
La sociedad, los partidos políticos, pero principalmente las autoridades, no podemos quedarnos de brazos cruzados y hacer como que no pasa nada.
El Presidente de México, aunque ha enviado condolencias por los casos de violencia que han derivado en muertes, ha culpado a los medios de comunicación de maximizar estos incidentes.
Urge, ahora más que nunca, un llamado a la civilidad. Urge decir no a la violencia…
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