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El 7% de la mortalidad en México (733 mil en 2018) está relacionada con el consumo de bebidas azucaradas, es decir, unas 40 mil muertes, casi la misma cantidad que llevamos de personas fallecidas por COVID_19, sin contar tabaquismo o consumo de alcohol.
Así lo afirmó el subsecretario de Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, quien defendió sus señalamientos respecto a que los refrescos son “veneno embotellado”.
Aunque dijo que, en una de las conferencias nocturnas, un experto en epidemias nutricionales ahondará en el tema, afirmó que “en México 35 por ciento de los niños y adolescentes tiene sobrepeso y obesidad; también, el 75 por ciento de la población tiene sobrepeso y obesidad.”
Consideró que se requiere una acción de Estado para lograr un cambio al respecto y reducir el porcentaje de personas que año con año pierden la vida por enfermedades vinculadas al consumo de alimentos chatarra, con mucha sal o bebidas con demasiados azúcares.
Manifestó que, a pesar de las críticas recibidas por los fabricantes de bebidas azucaradas por sus dichos en Chiapas, consideró que es buena la polémica porque así la gente voltea a ver el tema.
“La salud pública tiene su elemento de evidencia. El tabaco mata, causa cáncer pulmonar, intestinal, problemas de vejiga.
Hoy tenemos nuevos problemas con los cigarros electrónicos que producen vapores.
Sobre los productos ultraprocesados, la evidencia no es tan larga, pero a partir de los 80 se empezó a construir y se encontró que uno de los principales motores son los productos industrializados que tienen un alto contenido de fructosa.
México ha reducido su esperanza de vida incluso por la epidemia de sobrepeso y obesidad.
Existe información pero se ha ocultado por intereses. Se han usado eufemismos.
Por eso hicimos los etiquetados más grandes, que por cierto van a entrar en funciones en octubre”, expresó.
Además de confirmar que México alcanzó la cifra de 356 mil 255 casos confirmados de COVID_19 y 40 mil 400 muertes por la enfermedad, afirmó que el semáforo epidemiológico no está sujeto a negociación ni con las cámaras empresariales ni con los gobernadores.
“Puede ocurrir que, en una entidad federativa, como Sonora, que el semáforo COVID_19 pase de rojo a naranja, pero el gobierno estatal decide mantener las restricciones como si estuvieran en rojo. Muy bien.
Pero al contrario, si un estado está en rojo y decide seguir en naranja. No. No lo recomendamos”, culminó el tema.
