CIRO CASTILLO
Parece que fue ayer cuando estábamos tronándonos los dedos para saber quién ganaría la Presidencia de la República, la gubernatura del estado y la presidencia municipal de Tuxtla Gutiérrez. Y así, en un abrir y cerrar de ojos, ya estamos a unos meses de que oficialmente comience el siguiente proceso electoral.
Por esa razón, podemos desde ahora lanzar una pregunta: ¿Qué gallo le gustaría para Tuxtla Gutiérrez. Y decimos gallo, no porque nos olvidemos del tema de la equidad de género, sino porque hasta ahora ninguna mujer figura para la siguiente contienda en la capital del estado.
El periodista Diego Victorio, en su columna “Desde mi Trinchera”, puso el miércoles sobre la palestra los nombres de quienes podrían ser los aspirantes a competir por Tuxtla Gutiérrez, una posición que siempre es atractiva, pues quien gobierna aquí tiene los reflectores y puede ser incluso candidato a la gubernatura.
Los nombres que desde ahora suenan son, de acuerdo con el periodista, quien a su vez retoma a la casa encuestadora Focus: Roberto Albores Gleason (73 por ciento), Francisco Rojas Toledo (70 por ciento), Carlos Penagos Vargas (67 por ciento), Emilio Salazar Farías (64 por ciento), Williams Ochoa Gallegos (59 por ciento) y Jorge Martínez (41 por ciento).
Nosotros creemos, aunque en el sondeo no aparece en el primer puesto, que el más apto para gobernar a la capital del estado es el legislador local, Emilio Salazar Farías, quien es un “conejo de a deveras”…
Y POR QUÉ EMILIO
Como lo hemos indicado antes, el legislador y empresario, tiene como una de sus principales ventajas, que se trata de un ciudadano que nació y ha vivido siempre en la capital chiapaneca. Y aquí sigue.
Gobiernos van y gobiernos vienen, pero Emilio Salazar sigue en la misma lucha, la misma que ha sostenido desde que tomó las riendas del Instituto de Estudios Superiores de Chiapas (IESCH).
Hijo de tuxtlecos, el también ex legislador federal, a quien le arrebataron la senaduría que ahora desperdicia Noé Castañón Junior, no tiene, a diferencia de otros políticos, hambre de llenarse los bolsillos, pero tampoco hambre de hacerse de un nombre.
Emilio Salazar, quien ha mostrado siempre sencillez, una característica que pocos políticos de ahora pueden presumir, ha sido un gran gestor de recursos para Chiapas, y en caso de que ahora sí compita por la capital chiapaneca, seguramente haría lo mismo por su terruño, Por eso decimos, desde ahora, aunque parezca apresurado que Tuxtla necesita un conejo de a deveras…
Y LOS OTROS
El periodista Diego Victorio dice que hay otros seis nombres que aparecen más abajo en la encuesta; sin embargo, de los que aparecen más posicionados en la lista, todos tienen cola que les pisen.
Roberto Albores, aunque no es un mal político y realizó una buena campaña, tiene sus raíces en Comitán de Domínguez y por tanto, no tiene la sensibilidad para sentir a Tuxtla Gutiérrez como suya, además de que siempre ha estado al amparo de los dictados de su padre, Roberto Albores Guillén.
De Willy Ochoa, qué podemos decir, realmente poco. Su mayor mérito, si es que se le puede llamar así, es haber gobernado a Chiapas durante ocho días, lo cual terminó con el poco prestigio que le quedaba.
Carlos Penagos, aunque también es un personaje que se ha forjado en la lucha política, ya tuvo su oportunidad con el Verde, el partido que le dejó un sello en la frente, el cual difícilmente se podrá quitar de encima.
Paco Rojas, por su parte, ya fue. Se mantiene en la actividad política porque es como una especie de reliquia de los triunfos que en su momento tuvo Acción Nacional en Chiapas; por cierto, un partido que está prácticamente borrado.
Jorge Martínez, aunque hizo un papel aceptable como candidato independiente, ha desperdiciado su tiempo confrontando al gobierno municipal de Carlos Morales, creyendo que eso le permitirá tener más bríos en la contienda electoral siguiente.
Entonces quién le cuadra. Un conejo de a deveras…
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