CIRO CASTILLO
A miles de estudiantes que llegamos del campo a la ciudad nos tocó pasar hambre, trabajar y estudiar, viajar en combi o a veces a pie; sin embargo, nunca tuvimos tiempo para siquiera pensar en organizarnos e ir a protestar por las carencias que padecíamos.
Es cierto, siempre habrá quienes tienen mucho menos que otros, pues han nacido y crecido en la extrema pobreza, y a ellos deben dirigirse los programas sociales y las becas que ahora (tenemos que aceptar) son un logro de este sexenio.
Estos apoyos se han multiplicado en los niveles medio superior y superior, donde había un cuello de botella, pues muchos alumnos desertaban porque no tenían dinero para continuar con sus estudios.
Por lo anterior, ahora menos que nunca, los estudiantes de la Normal Mactumatzá tienen argumentos para continuar cayendo en prácticas como el bloqueo de vías de comunicación, el secuestro de camiones del transporte y unidades que transportan frituras y refrescos, las cuales, además, desacreditan sus demandas, por más sensibles y legítimas que fueran.
La institución, que de rural ya no tiene nada, pues hace mucho tiempo fue consumida por la mancha urbana de Tuxtla Gutiérrez, es una de las que más recursos reciben en Chiapas. Sin exagerar y no es por echar grilla, en este sexenio les han apoyado hasta con puercos y borregos…
PELADITO Y EN LA BOCA
Entre recursos federales y estatales, la Mactumatzá, cuyos estudiantes cayeron en una serie de actos vandálicos en los últimos ocho días, ha recibido este año casi cinco millones de pesos.
Cada normalista de la Mactumatzá, en promedio, recibe más de 73 mil pesos en diversos apoyos, aparte de la beca “Benito Juárez” por un monto de 4 mil 400 pesos bimestrales, indica información de autoridades educativas.
Pero aún con este recurso, reportes oficiales señalan que se les ha beneficiado con proyectos productivos que, incluyen, crianza de animales, almácigos y hasta cursos de capacitación.
Porque, históricamente la crianza de sus propios animales ha sido una forma de subsistir, han recibido paquetes de ovinos conformados por cinco vientres y un macho.
En los últimos dos años, los beneficios otorgados incluyen químicos para sus almácigos y hortalizas, semillas de maíz, plantas frutales, fertilizantes, insecticidas y herbicidas.
Por todo lo anterior, reiteramos, ahora sí no hay razón para que los normalistas caigan en sus mismas prácticas, porque eso sí, todo tiene un límite…
(Foto: Bombas molotov decomisadas)
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