Remedio infalible: La Feria

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Sr. López

Tarde o temprano iba a suceder: va usted a pensar, está inventando este López -hay de otros-, pero no, es rigurosamente cierto: cumplidos todos los requisitos previos a una boda, pedida la mano, seleccionada la iglesia, imprimidas y repartidas las invitaciones (o igual, impresas, nomás que no es participio sino adjetivo), recibidos los regalos, listo el viaje de bodas, sobornado el Juez del Registro Civil para que fuera a la sacristía por las firmas de los contrayentes, ya retacando el templo (La Sagrada Familia), ya al pie del altar el impresentable primo Pepe (era su boda), ya sonando la marcha nupcial… la que hizo el paseíllo vestida de novia y del brazo de un señor (sería su papá), fue otra joven, no la que esperaba media iglesia (los de su lado), ni los papás de él (tía Pepa, su mamá, se echó a llorar). Cambiazo y punto. Cosas veredes (que no es cita del Quijote como dicen sino del ‘Cantar de Mío Cid’, cuando el Rey lo regaña: “Cosas veredes, Cid, que farán fablar las piedras” -que harán hablar a las piedras-, y además, en la versión original es “tenedes”… como si al alguien le importara).
Vino esta travesura a la memoria de su texto servidor, porque este miércoles después de las cinco de la tarde, Morena anunciará a Claudia Sheinbaum como ganadora de la encuesta que realizaron para ratificar el dedazo presidencial, a fin de que reciba el bastón de mando del dueño del Sacro Dedo y sea la candidata suya de él a huésped sucesora en Palacio Nacional, con él desde Palenque, fungiendo como LMP nacional (Líder Moral Perpetuo), como se ve a sí mismo.
Sin embargo, como existe la posibilidad de que la realidad -que es más necia que una vaca echada en la carretera-, trastoque los planes del Bastonero Nacional y que se vea obligado a montar de candidato a algún otro (nunca a Marcelo), su tecladista de confianza recordó la travesura de Pepe y el cambiazo de novia (otro día le cuento por qué lo hizo, es divertido).
Es casi imposible pero pudiera ser. Marcelo sufre. Adán Augusto reza. El Noroñas se relame los bigotes saboreando ya el premio que supone ganó al dedicarse a golpear a Ebrard. El Velasco sigue más interesado en la gira de su esposa, muy a gusto por la vacunada que cree se puso haciéndose pre-pre-candidato presidencial, para evadir el pago de la factura por los videos de los hermanos del Presidente recibiendo sobres de esos (no sabe que de aquí al 30 de septiembre de 2024, último día del periodo de López Obrador, pueden pasar muchas cosas, hay agravios que no se olvidan y menos desde La Silla, pero, que con su pan se lo coma… o no, da lo mismo, es un prescindible nato). Y Monreal no cuenta por agachón.
Como sea, habrá competencia electoral y muy en serio. Hasta antes de la repentina aparición de Xóchitl Gálvez en el escenario nacional, como bien sabe cualquier tenochca nivel banqueta, las elecciones presidenciales del 2024 las tenía amarradas el Presidente a favor de su “movimiento” que no será nunca partido político.
Y no lo será por el raquitismo de sus cuadros, impuesto por el autoritarismo y desconfianza patológica de su fundador, que así lo quiso y así lo mantiene, invertebrado, aunque él crea que hizo lo que Plutarco Elías Calles cuando inventó el partidazo que gobernó a México 71 años al hilo… y no, ni se parece, es perecedero, lo veremos languidecer, pronto. No hay partido ni nada que dure si depende de una persona (pregúntele a una viuda).
El PRI (que empezó en 1929 como Partido Nacional Revolucionario, PNR), desde el principio se conformó con personajes de alto octano intelectual, otros que tenían verdadero poder en regiones o sectores de la sociedad y vida política propia.
Ya algún día se hará justicia a Calles por haber creado un partido vacío de ideología, que no se fue a pasear a Europa antes de asumir la presidencia, sino para pulsar personalmente qué eran el fascismo, la social democracia y el movimiento obrero, y vio a las claras los peligros de los idearios políticos asumidos como dogmas no negociables, que son lo más alejado que hay de la democracia y conducen a imposiciones, conflictos, atropellos y tragedias.
Y así, al país lo gobernó un PRI de izquierda, de derecha, de centro, enemigo de los yanquis, amigo de ellos, sin fanatismos, cuya síntesis de lo que hizo por el país se resume en que lo recibieron con 34 años de expectativa de vida y lo entregaron con 75 años promedio, algo hicieron bien dejando bien guardado en un cajón su ideario revolucionario que siempre fue papel mojado. Y si duda revise por su cuenta las diferencias entre Calles y Ávila Camacho; Cárdenas y López Mateos; Alemán y Ruiz Cortines; Echeverría y Salinas (en San Google encuentra todo).
Da lo mismo, ahora y por encima de la ley, estamos en campaña presidencial y como era de esperarse ya se nota que la llave del dinero se abrió, al menos para algunos medios de comunicación, casas encuestadoras y comentaristas, que han iniciado la labor de zapa y ataque contra Lady X, diciendo entre otras cosas que el envión inicial se apagó, que no tiene con qué dar la batalla, que será imposible que remonte los 10 ó 12 puntos porcentuales que está abajo de doña Matapasiones.
Ha de ser, pero al menos esto último de las encuestas se puede afirmar solo si no se recuerda que don Chente Fox le ganó las elecciones a Labastida, sin poner mucha atención a que de 55 empresas dedicadas a las encuestas, lo daban por perdido 45, entre ellas las del Universal, Reforma y Milenio. No, en México las encuestas no iban a ser lo único veraz. De ninguna manera.
Tampoco este tecladista está diciendo que Xóchitl tiene el triunfo seguro, ni loco, y menos ante la embestida de mapacherías que le espera porque para el Presidente actual, sabedor de la montaña de facturas pendientes de cobro que ha acumulado, la derrota sería su peor pesadilla. Y no va a dudar en ganar a las chuecas.
Y casi da pena repetir que está en nuestras manos el país, su futuro inmediato y que salir a votar en masa es remedio infalible.

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