CIRO CASTILLO
En el PRI están otra vez metidos en la grilla de siempre. Una cúpula que hizo y deshizo por sexenios contra una “nueva” camada que intenta llegar a la dirigencia nacional.
Ponemos entrecomillado lo de nueva por aquella “mítica” foto en la que Enrique Peña Nieto se fotografió con varios ex gobernadores y todos le salieron “cochis y trompudos”. Entre ellos estaban los Duarte y Juan Sabines, nomás para darse un quemón.
El Tricolor intenta renovar la dirigencia nacional y los dos grupos más fuertes ya están bien marcados: José Narro Robles, ex titular de Salud y Rafael Moreno Cárdenas, gobernador de Campeche desde 2015.
Detrás de Narro Robles, a quien le tocó un su “embarradita” ahora que salió a la luz la crisis en salud, estarían los de siempre: desde Carlos Salinas de Gortari, Claudia Ruiz hasta Manlio Fabio Beltrones.
Si bien Narro Robles, quien se llegó a decir, sería candidato presidencial, tiene buen prestigio por su paso en la UNAM, representa a la vieja cúpula del PRI que se resiste a dejar el “huesote” que han rumeado por décadas.
Alejandro Moreno, “Alito”, a quien le encantan los reflectores y el incienso, dicen que tiene cierta bendición desde palacio nacional porque representa a un priismo más relajado con quien se podría “negociar”.
La cosa está en que una elección a voto libre y secreto organizada por el INE suena muy lejana, pues el mismo titular del organismo, Lorenzo Córdova, ha dicho que el instituto no tiene las facultades legales para organizarla, menos ahora que les han quitado 900 millones de pesos de presupuesto y que el “machete” de los recortes anda desatado.
Se antoja complicado el panorama para el Tricolor, quien todavía “babea” en la lona después del golpazo recibido en la “quijada” en los comicios de julio pasado. Peor todavía, los comicios de este fin de semana en seis estados (en Puebla y Baja California se elige gobernador) podrían ser la última parada del PRI.
ECHAN A CÉSAR DUARTE; SE HABÍAN TARDADO
Se antoja demasiado conveniente la expulsión de César Duarte, ex gobernador de Chihuahua, de las filas del Revolucionario Institucional.
Después de tanto “menearle al atole”, la Comisión de Justicia Partidaria del PRI formalizó la expulsión del otro Duarte, quien todavía se mantiene prófugo y con ficha roja de Interpol.
¿Será acaso que la dirigencia del PRI se sabe tremendamente derrotado en los comicios de este domingo y aunque sea, le está haciendo la lucha y quiso mandar un guiño a los votantes?
¿Será acaso que la cúpula del ex partido oficial, al que don Enrique Peña Nieto terminó de hundir, quiere recuperar algo de credibilidad?
“César Horacio Duarte Jáquez cometió faltas de probidad en el ejercicio de sus funciones públicas durante su mandato como gobernador del Estado de Chihuahua, pues ha quedado acreditado que con la imposición de sanciones a los infractores de la normatividad interna de este instituto político; se pretende salvaguardar … la unidad, el prestigio, … de nuestro partido», dice la circular emitida por el caso. De risa…
DON JULIÁN HACE PUCHERO
Leíamos unas declaraciones del todavía dirigente del PRI en Chiapas, Julián Nazar, quien se queja de que el gobierno de la 4T no está escuchando a las otras fuerzas partidistas.
Acostumbrado a hacer y deshacer en dependencias como la ex tinta Secretaría del Campo, se le nota molesto e incómodo porque no lo han mandado a llamar. ¿Pero en este momento qué puede ofrecer…?
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