CIRO CASTILLO
Andrés Manuel López Obrador es un animal político. A sus seguidores agrada y a detractores desagrada, pero él está en lo suyo: mantener su popularidad, a costa de lo que sea.
Le saca raja a cada situación que se le presenta, incluso a las que parece que podrán mermar su aceptación entre quienes confiaron en su proyecto transformador, del cual, dice, ya se sentaron las bases.
En el mensaje con motivo de sus dos años de gobierno, presumió que él tiene otros datos y éstos le indican que “el 71 por ciento de los mexicanos desean que sigamos gobernando”.
Encuestas presentadas con motivo de sus dos años de gestión, como la de Mitofsky, difundida por El Economista, dicen que la aprobación del tabasqueño fue de 58.4 por ciento en noviembre de este año, pero él tiene otros datos…
PROMESAS CUMPLIDAS
En su mensaje que duró menos de 50 minutos, López Obrador presumió de nuevo que ha cumplido la mayoría de sus 100 promesas de campaña, reiteradas en diciembre de 2018 cuando asumió el poder.
Dijo que 97 de los 100 compromisos de campaña adquiridos han sido cumplidos y que solamente le faltan tres: descentralizar el gobierno federal, que parece imposible; impulso a las energías renovables y conocer la verdad de la desaparición de los jóvenes de Ayotzinapa. Este último tema es un cuchillo de doble filo, porque si cumple será una especie de héroe, pero si no, pasará a la lista de presidentes que “engañaron” a quienes exigen justicia por un doloroso caso.
“Estamos conscientes de que existe oposición a nuestro gobierno y eso es legítimo y normal en una auténtica democracia, máxime cuando se está llevando a cabo una transformación profunda impulsada por nuevas ideas liberales”, soltó Obrador, quien, a diferencia de lo que hace en cada mañanera, ahora no atacó a los conservadores, a los corruptos o a los medios de comunicación.
“No les he fallado y no les fallaré”, expresó AMLO, además de resaltar lo que ya ha dicho en reiteradas ocasiones: austeridad, desaparición de fondos y fideicomisos, así como el combate a la pobreza.
SIN COMPROBACIÓN
Algunos analistas consideran que AMLO recurre con frecuencia a indicar cosas que son difíciles de medir o imposibles de comprobar.
En su mensaje dijo, por ejemplo, que la recuperación económica está ocurriendo en “V” a pesar de la pandemia.
“Pienso que en marzo lograremos alcanzar los 20 millones de empleos que tenía registrados el IMSS”, dijo, además de presumir el envío de remesas, como si fueran logros de su gobierno.
“Hemos avanzado en el combate a la delincuencia que nos dejaron los gobiernos”, reiteró, a pesar de que los números, incluso los oficiales siguen diciendo lo contrario.
“Ahora se respeta la Constitución, hay legalidad y democracia. Se garantizan las libertades y el derecho a disentir. No se censura a nadie. No se violan los derechos humanos, no se reprime al pueblo.
El gobierno ya no representa a una minoría, sino a todos los mexicanos de todas las clases y creencias.
No hay fueros ni privilegios. Se atiende a todos, se respeta a todos, pero se le dá preferencia a los pobres”, agregó, en esta idea de promover ideas que difícilmente podremos comprobar, pero que conectan con sus seguidores…
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