CIRO CASTILLO
Andrés Manuel López Obrador, igual que Vicente Fox Quesada en su momento, llegó al poder con tremenda aprobación social. Uno, el del PAN prometía el cambio, pues era la primera vez que llegaba alguien distinto al PRI a la Presidencia de México. Otro, de Morena, arribó con la promesa de un cambio verdadero.
El tabasqueño tuvo una larga luna de miel, a pesar de los problemas en el primer año de su gestión, como la explosión el Tlahuelilpan, Hidalgo, que dejó decenas de muertos, en medio de la guerra contra el “huachicoleo”.
Ni los problemas de inseguridad que, en lugar de bajar, han aumentado, ni la caída económica el año pasado, consiguieron mermar su popularidad que, hasta febrero se mantuvo en 67.1 por ciento, una cifra que ya quisiera cualquier presidente.
Sin embargo, dicen que todo cae por su propio peso, y así como AMLO llegó a tener tremendos niveles de popularidad, ha comenzado a descender en su aprobación, recientemente empujado por la crisis que ha generado la pandemia del COVID-19.
De acuerdo con la encuestadora Mitofsky, la misma que dijo en su momento que Obrador ganaría la Presidencia de la República, en abril la popularidad del que vive en Palacio Nacional fue de 48.8 por ciento, es decir, cuatro puntos abajo que en marzo.
Puede ser, por su puesto, que la crisis del COVID-19 ha golpeado la popularidad del fundador de Morena, pues al principio pareció resistirse a la realidad de la pandemia; sin embargo, también la problemática económica, la inseguridad, el tema de los feminicidios y su constante conflicto con diversos sectores le han restado adeptos. Números son números…
EL ARTE DEL CONFLICTO
De acuerdo con la encuestadora Mitofsky, el 72.4 por ciento de los que participaron en el sondeo opinan que el Presidente de México ha dividido al país; la cifra tuvo un aumento de ocho puntos con respecto a marzo de este año.
A pesar de que casi a diario, en su conferencia matutina AMLO recurre a la confrontación como una estrategia para mantener cautivos a sus seguidores, parece que también podría resultarle contraproducente.
El tabasqueño se ha confrontado con los conservadores y los que gobernaron durante el “período neoliberal”, aunque muchas veces no ha dejado claro a quién se refiere.
También ha tomado como sus rivales favoritos, igual que lo hace Donald Trump en Estados Unidos, a medios nacionales “tradicionales” como el diario Reforma, El Universal y hasta la revista Proceso. Pondera, al contrario, a las “benditas redes sociales”.
El mandatario también ha chocado, a pesar de que les invite a cenar tamales de chipilín, con integrantes del sector empresarial, quienes, sí, han mamado de la teta del gobierno por sexenios; sin embargo, también son generadores de empleo y eso no se puede negar.
En general, el tabasqueño ocupa la confrontación como estrategia, aunque diga que hay respeto y están garantizadas todas las libertades en México, incluida la de expresión. Puede que le haya funcionado y siga funcionando, pero los datos de Mitofsky dicen lo contrario. Números son números…
Y VIENE LO PEOR
Entre viernes y sábado Chiapas tuvo su mayor número de casos por COVID-19, con 22 pacientes confirmados, además de un deceso más.
El secretario de Salud, José Manuel Cruz Castellanos, expresó que, a pesar de esos datos a la mano, aún es imposible prever cuándo llegaremos al pico de la pandemia en el estado; sin embargo, es evidente que viene lo peor.
Lo que nos queda es guardarnos en casa, lo más que se pueda, durante todo mayo. Las cifras son frías, pero no mienten. Vamos para arriba. Números son números…
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