EDUARDO GRAJALES
La situación que enfrentan las mujeres en México es grave, la violencia desatada ya sea por la delincuencia organizada, psicópatas, sociópatas u hombres machistas que recurren a la violencia para saciar un trastorno o imponer una ideología está generando terror en el sector femenino y sus familiares.
Las recurrentes noticias de mujeres asesinadas de maneras salvajes e inhumanas están ocasionando una sicosis colectiva. Padres y madres de familia se sienten intranquilos y sin saber qué hacer ante el contexto violento en que se encuentran sus hijas, hermanas y demás familiares, pues es evidente que el papel de la autoridad ha quedado rebasado por el crecimiento de este fenómeno criminal.
Sin embargo, hay cosas que como familia sí está en nuestras manos hacer, como extremar las medidas preventivas desde casa, establecer una disciplina férrea en hábitos que salvaguarden nuestra integridad y que pueden evitar que seamos víctimas de agresiones, secuestro u homicidio.
En ese sentido, es importante que a nivel familiar iniciemos elaborando un plan preventivo contra cualquier tipo de violencia, donde se establezcan horarios de entrada -salida del hogar, mecanismos de reacción a situaciones o conductas irregulares de vecinos, familiares o amigos, análisis de riesgos en el ámbito escolar, laboral, deportivo, entre otros; identificación de zonas de resguardo, etcétera.
Este plan debe ser analizado y sensibilizado por todos y cada uno de los integrantes de la familia para estar en la misma lógica y saber qué hacer conjuntamente ante una situación complicada.
Aunado a ellos es importante dialogar en familia de las características y tipos de violencia, donde, como y cuando se suscita, quienes son los más vulnerables y cómo podemos apoyarlos desde una perspectiva psicológica, esto permitirá dotar de mayores herramientas a sus integrantes, brindarles seguridad emocional y personal, sobre todo si hay presencia de menores de edad.
Aun cuando el índice de impunidad es alto en nuestro país (solo 5 de cada 100 delitos se denuncia, y de esos solo el 12% termina en una investigación) es de suma importancia conocer los recursos legales disponibles para activarlos si es necesario, como presentación de denuncias, querellas o demandas, solicitud de órdenes de restricción, de alejamiento, solicitudes de atención especializada por crisis, o peticiones de rondines periódicos por parte de la policía, entre otros.
De acuerdo a la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares de 2016, una de cada 4 mujeres mayores de 15 años ha experimentado violencia por parte de su pareja, siendo el primer círculo del sector femenino los principales victimarios. Aunado a lo anterior, el 89% de la población femenina afectada no recurre a una instancia jurídica para denunciar.
Por lo anterior, resulta por demás urgente que todos pensemos y valoremos estas acciones, so pena de recurrir a algunas de mayor agresividad pero no por ello innecesarias como la defensa personal, último recurso para afrontar una situación que ponga en riesgo nuestras vidas o la de nuestros seres queridos. En ese sentid, no está demás conocer y practicar algunas disciplinas marciales idóneas tradicionales como el boxeo, tae kwon do y judo, o algunas de mayor letalidad como el krav maga, jiujitsu brasileño o wing tsun y hasta el manejo de armas blancas y de percusión.
Finalmente, es importante estar muy atentos de comentarios, miradas que circunden nuestro contexto pues estos pequeños datos nos permiten inferir situaciones extrañas que en un futuro pudieran desencadenar en violencia, como mensajes de texto agresivos, comentarios burlones misóginos o hasta reacciones violentas injustificadas.
Ante la difícil situación que vivimos en materia de seguridad, el papel de la autoridad es insuficiente por lo que la única manera de estar preparado para abatir este flagelo que hoy lastima y vulnera a nuestras mujeres es preparándolas y preparándonos ante cualquier imprevisto.
Y obviamente, no por ello debemos dejar de insistir como ciudadanos para que los gobiernos redoblen esfuerzos y ganen las condiciones legales necesarias que salvaguarden la integridad social.
La violencia de género es la antesala a los feminicidios, y es tarea de todos combatirla.
Analista político/Colaborador
