Jauja y abrazos: La Feria

0

Sr. López

El matrimonio de tía Caro y tío Pancho, fue el peor matrimonio de la historia de Occidente y para sorpresa de toda la familia, en una fiesta de bodas, por primera vez en años se sentaron juntos y no hubo malos modos ni gestos de fastidio sino amabilidad, sonrisas y hasta bailaron unas piezas. En una ida al baño de la tía, como las señoras no van solas a esos menesteres, la acompañó otra tía muy chismosa que regresó a la mesa a contarnos que la había felicitado porque ¡por fin! se llevaban bien y que le contestó muy contenta: -¡Ay, sí, tan lindo Pancho!, hoy me propuso divorciarnos –y fueron muy felices.
Ayer inició el último año de gobierno (es un decir), de Andrés Manuel López Obrador, pero le puede usted descontar cuatro meses porque dentro de ocho, tendremos Presidenta electa y ya sabe cómo es la gente, al Presidente que está preparando mudanza para largarse del poder, menos caso se le hace hasta ignorarlo.
Van a ser muy divertidas sus mañaneras del 3 de junio al 30 de septiembre (lunes), oyéndolo hablar en futuro sobre sus proyectos, diciendo que tal o cuál matazón “se está atendiendo”, que ya es mejor que el de Dinamarca nuestro sistema de salud, ofreciendo nuevas fechas para terminar algunas de sus obras y la descentralización de las secretarías por todo el país. No se las pierda.
¡Ah!, y lo que va a ser apoteósico será la llegada del ya expresidente López Obrador (¿a poco no se oye lindo?, ex-pre-si-den-te), a su finca allá en Palenque, porque desde ahora le asegura este menda que a sus puertas habrá muchedumbres (prepagadas porque se va a organizar eso desde antes de terminar, claro, todavía con el erario a su alcance), multitudes echándole porras, bramando “¡es un honor estar con Obrador!” Se sugieren para el evento, personas llorando, señoras desmayadas, niños con mocos agarrándolo del pantalón… son ideas.
Luego el silencio y de a pocos, el abandono, los seguidores que no aparecen, los telefonazos que nadie contesta, Lord Molécula hablando maravillas de la nueva Presidenta (aunque sea Xóchitl).
Y también de a pocos, los rumores primero y los escándalos después, porque cinco años y diez meses dedicado a agraviar, ningunear, descalificar, insultar y ofender a sectores completos de la sociedad, a las feministas, a las madres de niños con cáncer, a intelectuales, a científicos, a lo más granado de la prensa y a la oposición completa, suman muchas facturas pendientes de cobro y en política todo se paga.
Por supuesto él seguirá siendo invulnerable, pues que presidentes y expresidentes se sepan fuera de todo peligro jurídico, es parte del secreto de nuestros ya casi cien años de paz política (se cumplen en 2029), sí, pero a cambio, se les destroza el prestigio y cuando se puede, se les pega donde más les pueda doler, en sus más cercanos y en sus familiares. Ahí le pregunta usted a Carlos Salinas de Gortari que después de ser el Presidente más popular que hemos tenido, se tuvo que tragar que a su hermano mayor, Raúl, lo metieran diez años a la cárcel, a la mala. No se le desea mal, es pronóstico, son muchas las se ha comido.
No es aventurado suponer que aun si doña Sheinbaum ganara la presidencia, cosa que no es un hecho y está por verse aunque sea muy probable, habrá un carnaval de escándalos que ella no se va a dedicar a contener, en primer lugar porque es una infame pérdida de tiempo de gobierno dedicarse a cuidarle el prestigio al que se fue; y en segundo lugar, porque ya sentada en La Silla y enterada del tiradero que le dejaron, contenta no va a estar.
A cualquiera de las dos posibles presidentas de México, le entregarán junto con la banda varias bombas de tiempo. La economía la recibirán sin alfileres y enfrentarán la disyuntiva de elevar impuestos y reducir el gasto público o asumir una crisis de proporciones bíblicas, el dispendio monstruoso de esta administración de alguna manera se va a pagar. Los programas sociales necesitan ajustes que le costaran mucho capital político a la que sea Presidenta. Pemex es un problema enorme que este gobierno agravó y encima, habrá de tomarse la decisión de qué hacer con la refinería de Dos Bocas a la que le falta más inversión y su rentabilidad es dudosa. También se va a tener que enfrentar la ruinosa operación de ese aeropuerto tonto llamado AIFA y el trenecito maya, que van a drenarle recursos al erario. Reconstruir el Seguro Popular con el nombre que les dé la gana, porque la vacilada del IMSS Bienestar es un engaño inútil, que suma los sistemas de salud estatales al sector federal, sin ampliar la cobertura. Y tantas cosas más que le van a reventar al siguiente gobierno. No es uno ave de mal agüero, es que así están las cosas.
Pero lo más importante y grave, es la inseguridad pública. La Presidenta deberá informarse a detalle y a la brevedad, sobre la intervención de la delincuencia organizada en el proceso electoral, y se tendrá que decidir qué elecciones se anulan o qué ganadores en los comicios, deben ser investigados y procesados por complicidad con los delincuentes; nada fácil, piense en alcaldes, diputados, senadores… ¡dioses! Luego lo más difícil: se tendrá que poner en práctica una distinta estrategia para el combate al crimen organizado y eso será bordar con hilos conectados a explosivos.
A fines del 2018, en entrevista con Contralínea, Wilfrido Robledo Rincón, almirante en retiro de la Armada de México, extitular del entonces Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN), y de la ya desaparecida Policía Federal Preventiva (PFP), soltó:
“Siempre ha habido un grado de penetración del crimen organizado y el narcotráfico a las instituciones de gobierno y quien no lo sepa es que no vive en México”. Y sostuvo que desde siempre ha existido la relación del narcotráfico con políticos y gobernantes de todos los niveles. Es cierto.
El crimen organizado que padecemos es imposible sin esas complicidades que se han fortalecido como nunca antes gracias a este gobierno que les regaló seis años de jauja y abrazos.

Deja una respuesta