CIRO CASTILLO
¿Comiste gallo? Preguntaban las mamás o las abuelitas cuando te mostrabas enojado, fuera la razón que fuera, tuvieras o no tuvieras la razón.
La expresión segurito venía acompañada de una regañada y en una de esas hasta una tunda que incluyera, al menos un par de cinturonazos.
Pero llegaron los Derechos Humanos, la Protección Infantil, el No a la Violencia, la época en la que a los hijos y a los estudiantes no se les puede tocar con el pétalo de una rosa. Ni una sanción razonable es bien recibida.
Lo irónico es que a donde volvemos la mirada hay violencia. En la casa, en el trabajo, en la escuela, en las calles, en todos lados. ¿Entonces en qué fallamos? ¿No se supone que vivimos en sociedades más tolerantes, con más libertades, con mayor apertura?
Por qué cuando más información tenemos a la mano sobre decir no a la violencia, parece que somos más violentos. ¿En qué momento nos perdimos…?
ESTUDIANTE PIERDE UN OJO
El “viernes 13” fue “viral” en Tuxtla la noticia de que un alumno de la Secundaria Federal Rafael Ramírez había perdido un ojo a causa de la presunta agresión de sus compañeros.
José Ángel, de 14 años, fue golpeado, lo que le provocó desprendimiento de retina y hemorragia en ojo derecho.
No faltaron las críticas, primero para los responsables de la educación educativa, para las autoridades educativas en general y para las autoridades impartidoras de justicia.
Independientemente de la parte legal y el deslinde de responsabilidades, así como de la solidaridad de algunas autoridades, qué está pasando en nuestra sociedad.
Insistimos, por qué cuando parece que hay más información respecto a prevenir la violencia y evitar el “bullyng”, hay la sensación de que abundan más estos casos.
Quiénes son los responsables: ¿los padres de los chicos agresores? ¿los directivos de la escuela? ¿las autoridades educativas? ¿el gobierno? ¿todos somos responsables como sociedad? ¿en qué momento nos perdimos…?
NO LLEGARÁ AL ALTAR
También la semana pasada ocurrió otro caso que cimbró a la opinión pública de Chiapas y el país. Fue el presunto feminicidio de la joven Yucenia Jaquelín Gómez Nucamendi, en el ejido Revolución Mexicana, municipio de Villacorzo.
El hecho caló profundo entre la sociedad porque la muchacha apenas había anunciado su compromiso matrimonial, cuando apareció muerta en su propio domicilio.
La estudiante de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) presentaba huellas de violencia física y sexual, y habría perdido la vida por estrangulamiento, reportaron varios medios.
“Que bonito detalle, me encantó y más que el lugar fue donde fue nuestra primera cita. Anillo de promesa”, escribió la joven, horas después de haber acudido a un restaurante del municipio contiguo: Villaflores.
De inmediato el clamor en las redes sociales y en el boca a boca, fue de justicia.
El primer sospechoso para la opinión pública es un ex novio de la joven y a pesar de que las autoridades indican que se investiga este caso, la demanda de justicia no cesa.
Qué estará pasando en nuestra sociedad. Por qué cuando más avances tiene el sector femenino es cuando más parecen proliferar los casos de violencia hacia las mujeres. En qué hemos fallado. ¿En qué momento nos perdimos…?
INFLUYENTES
El último caso nos llegó desde Oaxaca. Al parecer un ex diputado priísta lanzó ácido contra una joven, presuntamente porque ésta no habría accedido a tener algún tipo de relación sentimental.
Los hechos que sucedieron en septiembre también encienden las redes con todo tipo de insulto para Juan Vera Carrizal, a quien se señala como autor intelectual de este hecho repugnante.
Aunque él niega los hechos en entrevistas radiales y acusa a la joven de no tener “un estilo de vida sano”, la familia y la sociedad demanda justicia.
Independientemente de la investigación, qué está pasando. Cómo es que se puede ser tan violento. ¿En qué momento nos perdimos…?
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(La imagen fue tomada del portal de Proceso)
