CIRO CASTILLO
Ahora que estamos en tiempos del COVID-19 habría que revalorar el significado del saludo.
A quienes nacimos antes del año 2000, esa es una característica muy importante que nos impusieron, como se dice coloquialmente “con sangre”. Así eran las cosas el siglo pasado. ¿Cuál derechos humanos?
Para las nuevas generaciones, las llamadas “milenial”, saludar ya no tiene el mismo significado ni el mismo valor.
Cuando una pandemia provocada por un nuevo tipo de coronavirus nos obliga a quedarnos en casa y a dejar de hacer lo que cotidianamente hacemos, entonces no saludar es bueno porque prevenimos el contagio, aunque existen otras formas de saludar.
Por eso, insistimos, es buen momento para volver a revalorar el significado y el poder del saludo…
LA MAMÁ DEL CHAPO
Hablando de saludos, al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se le “vino la noche encima” porque al visitar Badiraguato, Sinaloa, saludó nada más y nada menos que a la mamá de Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”.
En la mañanera de este lunes, la primera pregunta que una periodista le lanzó al mandatario mexicano fue esa: ¿por qué tenía que saludar a la mamá de quien fuera uno de los hombres más poderosos del narcotráfico?
El mandatario mexicano justificó el hecho con varios argumentos y acusó a sus adversarios políticos de estar detrás de ésta y otras críticas. Particularmente dijo que medios como Reforma le siguen la huella, la pista, para ver en qué se equivoca, le acosan.
La pregunta aquí es simple: ¿qué hubiese pasado si ese saludo, el mismo saludo a la mamá de quien ahora permanece preso en los Estados Unidos la hubiese hecho Salinas, Zedillo, Fox, Calderón o Peña?
LO POLÍTICAMENTE CORRECTO
“No voy a hacer lo políticamente correcto, soy ortodoxo en estos casos. Siempre hago lo que me dicta mi conciencia. No soy un robot y tengo sentimientos”, expresó AMLO, como parte de sus argumentos.
Indicó que cerca de donde inauguró un camino de Badiraguato a Guadalupe y Calvo, se ubica el poblado La Tuna, lugar en donde vive la señora Consuelo Loera Pérez.
Aunque la señora ya había pedido verle, fue hasta que culminó el evento público cuando el tabasqueño se encontró en la disyuntiva de saludar o no saludar a la abuela de Ovidio Guzmán, el mismo que el año pasado protagonizó uno de los episodios más violentos del sexenio vinculados al narcotráfico.
En un pedazo de video que se viralizó en redes sociales se lo mira a Obrador acercarse a una camioneta donde, sonriente, la señora le espera y éste le extiende la mano.
Pude haberme pasado de largo para evitar las críticas de “mis adversarios”, pero decidí detenerme, “cómo voy a dejar sin saludar a una anciana de más de 90 años, independientemente de quién es su hijo”, dijo el Presidente de México, quien para ponerle más sal a la herida, agregó que a veces tiene que saludar a “delincuentes de cuello blanco” que ni siquiera han perdido su respetabilidad.
La mamá de El Chapo Guzmán ha entregado dos cartas al gobierno de la 4T, a quien en esta ocasión pide que intercedan para que ella pueda saludar a su hijo, a quien no mira desde hace cinco años.
Las críticas en redes, incluso de algunos legisladores de Morena, como Lili Tellez, no se hicieron esperar.
No se trata de que el Presidente de México no salude, si no de a quién saluda. A veces, se entiende, no se puede saber el origen de toda la gente a quién se saluda, pero en este caso era la mamá de Joaquín Guzmán Loera. ¿Usted qué piensa? El poder del saludo…
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