CIRO CASTILLO
Gobernar no es sencillo, principalmente porque un gobernante no puede dar gusto a todos, y en ocasiones debe tomar decisiones, aunque éstas resulten dolorosas para unos y plausibles para otros.
Lo decimos porque el lunes el Comité Estatal para la Seguridad en Salud determinó el cierre total de playas del 18 de marzo al 18 de abril en los municipios de Arriaga, Acapetahua, Tonalá, Tapachula y Pijijiapan.
La decisión tomada con base en lo que establece la Ley General de Salud implica que, igual que en la Semana Santa pasada, los destinos de playa en Chiapas permanecerán cerrados, a pesar de que la entidad ahora se encuentra en Semáforo Verde.
La determinación fue tomada por el grupo de expertos, seguramente después de lo sucedido en el puente del fin de semana, cuando unos 44 mil chiapanecos acudieron a los destinos turísticos, la mayoría sin guardar las medidas sanitarias.
Lo mismo sucedió en otros destinos de playa en el interior del país y eso hace suponer que en Semana Santa, la gente se dejará ir, con todo y los más de 195 mil muertos por COVID en el país.
Salud Federal ha advertido de una tercera ola por la pandemia del COVID19 después de Semana Santa, si la gente no entiende que la enfermedad, aunque ya haya una vacuna, sigue presente.
Por esa razón, el Comité Estatal para la Seguridad en Salud, con todo el respaldo del gobernador Rutilio Escandón tomó la determinación de decretar el cierre de playas, así como aplicar ley seca y otras medidas en balnearios, en el mismo período.
Rutilio Escandón, a pesar de que pertenece a la camada de políticos que llegaron al poder con la oleada de Morena, ha mostrado desde el inicio de su gestión que tiene capacidad para tomar sus propios riesgos, aunque ello implique costos políticos.
Ahora ha optado por prevenir otra oleada del COVID19, por encima de la actividad turística en las playas, y seguramente no ha de haber sido sencillo, pero volvemos al comienzo, a veces como gobernante se necesita tomar decisiones…
PALAPEROS INCONFORMES
Este martes, palaperos y hoteleros de Tonalá, expresaron su inconformidad con la decisión de las autoridades sanitarias, pues consideran que si estamos en semáforo verde las playas deben permanecer abiertos.
Argumentan que ha sido un año difícil y tienen razón en este sentido; sin embargo, de nuevo hay que poner en la balanza la actividad económica por un lado y la salud, por el otro.
Este miércoles se tiene previsto desde las primeras horas el cierre total de la carretera federal Tonalá-Pijijiapan, precisamente por parte de palaperos y restauranteros inconformes con el anuncio oficial de medidas restrictivas del 18 de marzo al 18 de abril.
Habrá que negociar con ellos y quizá ofrecerles ciertas alternativas de ayuda, pero también hacerles ver que a veces, en este caso la autoridad sanitaria tiene que tomar decisiones…
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