CIRO CASTILLO
Hay toda una polémica respecto a la crisis que está sucediendo en Venezuela. La verdad es que, por más noticias que nos lleguen, no entenderemos jamás la situación de los habitantes del otrora, uno de los países más ricos del mundo por su reservas petroleras.
La postura del gobierno mexicano de no tomar partido en los acontecimientos de aquel país gobernado por Nicolás Maduro, heredero del chavismo, hace que en las redes sociales de México se “despepiten” con opiniones a favor y en contra.
Unos, consideran que Nicolás Maduro es Satanás, que le ha hecho mucho daño a su país que tiene una inflación de más del 180 por ciento, y que debería renunciar.
Opinan que Maduro, quien ya solo tiene el respaldo de unos cuantos países como Rusia, ha perdido hasta la cordura. Ha dicho que le habló un pajarito y que éste era el espírito del Comandante Chávez. Ha dicho también que viajó al futuro y que observó que todo está bien en su nación.
Otros consideran que el Diablo es Donald Trump, a la cabeza de Estados Unidos, quien ha expresado su respaldo a Juan Guaidó, la cabeza del Poder Legislativo en Venezuela, quien recientemente se proclamó Presidente Interino.
Unos creen que Estados Unidos y los países que han dado la espalda a Nicolás Maduro deben intervenir militarmente en la tierra de Simón Bolívar, y otros que no, pues se violentaría la soberanía de esa nación y correría sangre.
Qué difícil tomar partido en un conflicto de otra nación, desde donde todo nos llega de oídas.
Qué difícil cuando nos han dicho que la gente se está yendo por miles de un país donde el dinero no vale y no hay ni comida para comprar.
Qué difícil tomar partido cuando vemos por la televisión, concentraciones masivas a favor de Nicolás Maduro, pero también de parte de los opositores.
Qué difícil cuando vemos que hay tanta miseria, pero también ricos que siguen dándose la vida de reyes.
¿Ha hecho bien México en mantenerse neutral y, ofrecerse solamente como mediado? De lejitos…
EL NEGRITO EN EL ARROZ
El negrito en el arroz es para los integrantes de la CNTE en Michoacán, quienes siguen bloqueando las fías del ferrocarril, provocando pérdidas económicas a gran parte del país.
Aunque ya les empezaron a pagar, siguen trepados en su mula.
¿Será que de verdad están luchando por derechos laborales o simplemente sienten que se les está terminando el negocio?
¿Creen que por haber apoyado a Andrés Manuel López Obrador podrán seguir haciendo su gusto?
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