Apáticos y haraganes: La Feria

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Sr. López

El padre de este menda, que en paz descansa (mamá vive, 92 y contando), decía que los estúpidos podían disimularlo hasta que había problemas (él no decía estúpidos sino una palabra que rima con viejos).

Es cierto. Tía Elena, que vivía en el entonces D.F. en un departamento en planta baja, cuando el sismo del 85, en lugar de salir corriendo llamó por teléfono a tío Emilio, su esposo: -Está temblando, viejo… -fue lo último que dijo en su vida.

El primo Daniel reprobó el examen de admisión a la Vocacional 4, a pesar de que se lo habían conseguido ya resuelto y lo único que tenía que hacer era entregarlo (fácil), pero nadie le dijo que tenía que ponerle su nombre: -Me traicionaron los nervios -explicaba muy abatido. Sí, los estúpidos resplandecen en casos de apuro.

Alega la defensa del expresidente de Perú, que don Sombrerote no dio un golpe de Estado, que nada más lo intentó pero como no le salió, técnicamente no se le podía destituir por haberlo dado. Qué vivos.

Otros que han acudido en auxilio del fallido golpista, dijeron que alguien había drogado al ya expresidente antes de dirigirse a su país por televisión. La autoridad de allá propuso que se le hicieran exámenes de sangre y orina para detectar si había sido drogado. Don Golpista no aceptó que le tomaran dichas muestras (es penoso y las agujas le dan miedo), pero insistió en que de veras, de veritas, no recordaba haber dicho lo que dijo (y que está filmado). Seguro los jueces peruanos lo van a declarar inocente por consumo involuntario de droga inductora de golpes de Estado. De plano.

Luego, cuatro presidentes de países Latinoamericanos, incluido el nuestro, publicaron un comunicado redactado por un imitador (malo), de la Chimoltrufia. Para ellos, el Presidente de Perú sigue siendo don Castillo con y sin sombrero.

Ya con ese respaldo y a reserva de recuperar el sombrero, don Castillo se declaró secuestrado y no preso desde el mismo día en que dictó la disolución del Congreso y del Poder Judicial de su país y de anunciar gobernaría por decreto, emitiendo de inmediato el primero que fue el toque de queda en todo el país.

Al principio parecía que el mundo atestiguaba otro golpe de Estado en América Latina y que veríamos tanquetas y soldados en las calles, respaldando el golpe, junto con vociferantes partidarios de don Castillo festejando la desaparición de la democracia en su país… pero no, el hado nos tenía preparada una comedia no de Mel Brooks o Woody Allen, que sería mucho pedir, sino de Clavillazo, con guión de Platanito.

A don Sombrerazo nadie le explicó que para dar un golpe de Estado lo primero es tener asegurado el apoyo del ejército junto con -de preferencia-, el sus compañeros de partido. Detallito. Los soldados se pronunciaron contra el golpe y los de su partido en el Congreso votaron por su destitución, los de su partido, no se deje engañar. Don Castillo al intentar el golpe probó que su decisión era genuinamente imbécil (explicó el politólogo peruano Alberto Vergara); y sí, don Sombrerote, sepa que el tipo que padece disfunción eréctil no puede dedicarse a violador, primero, lo primero.

Y estamos pasando por alto que el tal Castillo no intentó el golpe de Estado por sus convicciones políticas, no, lo intentó como vía de escape a los procesos judiciales que estaba a punto de enfrentar por corrupción. Porque don Sombrerón es corrupto, de punta a rabo, y lo es aún si no hubiera tocado una moneda del erario (cosa que determinarán las autoridades peruanas), don Castillo es políticamente corrupto, como todo el que pervierte la ley para utilizarla a su favor. Tomemos nota. No es corrupto nada más el ladrón, sino también el que manosea, soba y adultera la ley en su beneficio… y esos son los peores.

Mientras, nosotros acá con nuestra pena porque en la prensa internacional bañan de insultos a nuestro Presidente y de alguna manera eso salpica el prestigio de nuestro país. Y todo por andar de metiche en pleito ajeno. Si va a tomarse la libertad de opinar sobre asuntos internos de otros países, bueno, está bien, se vale, pero entonces debe aceptar que otros opinen de nuestras cosas. Y ya en esas, que aclare si solo va a respaldar a gobiernos como los de Cuba, Nicaragua, Venezuela, el Perú del tal Castillo, los EUA del fétido Trump y la Rusia de Putin. Para saber a qué atenernos… que ya sabemos.

En esas estamos mientras en la Cámara de Senadores se cocina aprobar el Plan B del Presidente para acomodar la legislación electoral a su gusto y en beneficio de su Morena que pisa sin garbo. Son no pocos los que claman que es un desfiguro, que se atenta contra la democracia. Ha de ser. Pero dice el arriba citado Vergara:“El problema no es que existan los autoritarios y los ladrones, el problema es que solo existan esos.

Es muy difícil que una democracia pueda sobrevivir y prosperar a pura institución. No está mal tener unos cuantos demócratas (…)”. Cierto.Parece que no nos damos cuenta que el INE se salvó y que la propuesta de reforma constitucional del Presidente, se desechó. Ahora estamos que no nos calienta ni el Sol porque mediante reformas legales se pretende debilitar al INE.

Y supone mucha gente que eso significa que en las elecciones de 2024, el Presidente podrá imponernos a su sucesor… ¿de veras?…No se puede prescindir de las instituciones, menos del INE, de acuerdo, pero por más que se manipule la ley, si nos dejamos de cuentos los votantes y salimos a votar, nada hay que tuerza eso.

Los que están y estamos en desacuerdo con este Presidente, no debemos olvidar que vive y despacha en Palacio Nacional, gracias a que lo eligieron 30 millones 113 mil 483 personas y que menos se nos olvide que NO votaron por él 59 millones 218 mil 548, casi el doble, y de esos que no lo eligieron, 32 millones 721 mil 004 ilustres connacionales, no se tomaron ni la molestia de ir a votar…Nada más esos indolentes son dos millones 600 mil más que los que votaron por él… ¡ah! qué poderoso sería el Partido de Apáticos y Haraganes.

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