‘Amor eterno’: La Feria

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Sr. López

En la familia materno toluqueña de este menda, el divorcio estaba muy mal visto y tío Martín lo resolvió negando siempre que hubiera dejado a su esposa, sin decir que a propósito le llegó borracho y a medio vestir, tres meses seguidos: -Ella me echó la ropa a la calle –alegaba y era cierto. Cínico.
Los que en Morena saben más de los enjuagues de la política, sostienen que lo mejor o lo menos malo, sería que Marcelo Ebrard anunciara ya que deja el partido y que se va, que se lanza… a lo que sea. Los que le saben menos y básicamente siguen las señales presidenciales, insisten en que don Ebrard no se vaya, que cabe en el partido, que es de la casa… y no perciben que con esa actitud aumentan el posible daño que les puede hacer (y les va a hacer), en los comicios del 2024.
El Marcelo, que algo aprendió a lo largo de los muchos años en que ha convivido con los gallos del palo de hasta arriba de la política nacional, observando, viviendo sus aciertos y padeciendo sus errores, está haciendo lo que más le conviene (sabiendo que bajo ninguna circunstancia, será candidato presidencial de Morena).
Y lo que más le reditúa es: primero, no declararse ganador de la encuesta sino algo así como el Mr. Clean del partido, el que quiere limpiar el proceso y nada más; segundo, no salirse de Morena así nomás, rindiendo la plaza, quedando como berrinchudo o traidor; tercero, fortalecer su peso político, afirmando la lealtad de sus seguidores (pocos o muchos); cuarto, volver a recorrer el país y después, sin que la dirigencia de Morena haya atendido su reclamo, alegar que no se va, que lo echan; y quinto, formar un “movimiento”, como hizo en su momento López Obrador, para luego, si el hado lo permite, hacerlo partido político, suyo (se repite lo de “como hizo en su momento López Obrador”, sin que él sea López Obrador ni haya sido nunca un líder de masas, detallito).
Todo ese meneo hasta en tanto en cuanto no se salgan de Morena don Ebrard & asociados, perjudica a Morena y su candidata, que hacen bien en estar preocupados porque el 25% que obtuvo Ebrard en las cinco encuestas (la oficial y las espejo), por más que se diluyera, puede hacer la diferencia en una elección cerrada contra doña Xóchitl. Y cuando se salgan, porque van a acabar fuera, va a estar muy difícil que Movimiento Ciudadano (MC) ponga a Ebrard de candidato a la presidencia, entre otras cosas porque MC ya se desgajó (Jalisco es la mayor parte de MC y ya se separaron de las decisiones de su dirigencia, ellos quieren unirse al Frente opositor y montarse en la candidatura de Xóchitl, con posibilidades reales de alzarse con la victoria, con lo que significa de rebanadas del poder grandote); y aparte de esto último, porque Ebrard mismo se cerró ayer las puertas de MC al anunciar su propio “movimiento”.
Cabe que esté usted pensando que estos comentarios sean de política ficción, imaginaciones de un tecladista ‘vulgaris’, en cuyo caso le recomiendo recordar lo que el señor ese que funge como presidente de Morena, el tal Mario Delgado, imprudentemente declaró el 5 de junio pasado, después del triunfo de Morena en el Estado de México y su derrota en Coahuila:
“Hay una lección muy clara, cómo se deben hacer las cosas que es el Estado de México y como no se deben hacer que es Coahuila (…) en el Estado de México hubo unidad, participaron en la encuesta más de 60 y siempre reconocieron a Delfina Gómez como ganadora (…) en Coahuila, ¿qué pasa? que se hace la encuesta, hay alguien que no respeta su palabra (Ricardo Mejía Berdeja), traiciona, desafortunadamente el PT lo cobija, rompe el acuerdo, ya teníamos un acuerdo, lo lanza de candidato y evita que el voto opositor se consolide” vaya (manera tan delicada de referirse a que perdieron la elección).
Y eso es exactamente lo que ya sin remedio le sucedió a Morena en la selección de la candidata a la presidencia: hay alguien que no acepta la encuesta y no la acepta por el batidero que don Delgado no supo ni pudo controlar porque él será el presidente del partido pero el que manda está en Palacio… bueno, mandaba porque ya entregó el bastón de mando, una vez coronado el operativo “Es Claudia”.
Dirá alguien que hay una diferencia: ni el Verde ni el PT van a salirse de su coalición con Morena bajo el influjo mágico de don Ebrard y es cierto, tan cierto como que Ebrard no ha roto con el partido como hizo el que en Coahuila propició la derrota de Morena, sino al revés sigue en Morena, como ha quedado dicho arriba, y no está uno interpretando señales, ayer lo aclaró muy bien don Ebrard:
“He convocado y así hemos convenido que a partir del 18 de septiembre vamos a organizar y formalizar nuestro Movimiento Político Nacional, seguimos siendo parte, compañeros de Morena, del Verde y del PT, pero tenemos una causa que defender… formalizar lo que hemos integrado en este proceso”.
Ahí se queda, adentro, donde más daño hace a la candidatura de doña Sheinbaum. Y tan es dañino para Morena lo que está haciendo el Ebrard que en las declaraciones citadas de don Delgado, añadió refiriéndose a los que aspiraban a la candidatura presidencial: “Vamos a tener mucho diálogo: no queremos que nos vaya a salir otro Mejía. La unidad es nuestra fuerza”… era, don Delgado, era.
Ya les salió otro Mejía y correoso, por eso agregó en sus declaraciones de ayer el Ebrard, que lo que decidan las autoridades responsables en Morena no solo afectará su futuro político inmediato, sino todo el futuro político del partido, ya que puede desacreditar los posteriores procesos y la realización de encuestas. Si no es amenaza es pronóstico, es peor. Él se encarga de esa desacreditación.
Y sabedor de con quién puede y no puede, también declaró: “Le tengo un inmenso cariño al presidente Andrés Manuel López Obrador, he sido su más leal colaborador, jamás le haría un daño (…) pero esto sí lo tengo que decir porque Morena costó mucho trabajo organizarlo y hacerlo”. No hay borracho que coma lumbre, pero llama la atención su versión de ‘Amor eterno’.

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