Un millón de muertos: La Feria

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Sr. López

Sabida es la falta de luces de la abuela Virgen (Virginia, la de los siete embarazos… y le decían Virgen), santa viejita que cocinaba como la Santísima Trinidad y rezaba como la Magdalena. También le he contado que cuando algo muy gordo sucedía, siempre exclamaba, “¡Ya sucedió!”, expresión que aplicaba igual al embarazo indocumentado de alguna sobrina-nieta que al estallido de la Segunda Guerra Mundial. Así era y así la queríamos, con sus tontadas.
Bueno, pues que México se entere: ¡ya sucedió! Sí, el pasado lunes 12 de febrero, el señor-presidente, se quitó la máscara… mmm… no, eso suena feo: se sinceró (ya está mejor).
Mire usted lo que declaró en la madrugadora correspondiente (tomado de La Jornada de este martes 13, página 4; para que nadie diga que anda uno consultando a medios conservadores, amigos de los fifís, neoliberales socios de la mafia del poder, no señor, de la mera La Jornada):
“El presidente Andrés Manuel López Obrador consideró que la elección del 2 de junio será un referéndum, un plebiscito en el que la ciudadanía elegirá entre dos proyectos de nación: que siga la transformación o que regresen los corruptos”.
Que alguien se apiade de este señor. Ya podía alguno de sus cercanos explicarle la diferencia entre referéndum y plebiscito, que no son lo mismo. Preocupa que el Titular del Poder Ejecutivo, ya en su último año de gobierno los considere sinónimos; su curva de aprendizaje le llevó el sexenio entero y no acaba de aprender. Haberlo sabido antes.
Como sea, entérese, las elecciones no serán elecciones sino un plebiscito o referéndum, y tome nota: si usted va a votar no va a elegir entre las dos señoras candidatas (al señor Álvarez Máynez, por caridad cristiana no hay que mencionarlo), no, lo que usted va a elegir es si quiere que siga la fiesta (parranda) de la 4T o de plano, con cinismo imperdonable quiere que regresen los corruptos.
Sin medias tintas: al que vote por Morena lo espera el bienestar de la gloria del señor (minúscula porque se refiere uno al de Palacio); y al que no vote por Morena: los reapretadísimos infiernos, la gehena eterna, el averno que merecen los que quieren que regresen los corruptos.
(Párrafo insertado sin mala intención: ¿y qué se hace cuando los limpios de corazón, los enemigos jurados de la corrupción, son chambones para gobernar y sin ninguna mala intención causan males a la patria?… ¿se vota por ellos, otra vez?… ¿o se elige a algunos de esos pecadores de antaño que hacían las cosas menos mal o no tan mal?… y peor: ¿qué se hace cuando los enemigos jurados de la corrupción, muy buenos, muy santos, encubren corruptos -Segalmex no se olvida-, esconden sus cuentas bajo el manto de la seguridad nacional, dan contratos a dedo sin licitarlos, dicen que los videos recibiendo dinero a escondidas no son videos recibiendo dinero a escondidas, se les duplica y triplica el costo de sus obras… y la inseguridad pública se les fue de las manos… ¿qué se hace?… ¿qué va a hacer usted?).
Con su vocación de maestro bueno, de esos que ayudan al alumno a responder en los exámenes, el Presidente nos orientó a todos los del peladaje: no votar por su proyecto personalísimo de nación (de él), es igual que decir: “Quiero un presidente obediente, al servicio de la DEA, un servidor afanosito de los potentados de México (…)”… así dijo, revise La Jornada y por favor no se le ocurra que el Presidente viola la ley el entrometerse en las campañas. Recuerde: la ley no es la ley. Vote por ellos.
Estamos claros. A votar por Morena. No queremos un Presidente (va a ser Presidenta, ahí le avisan), gato de la DEA ni de los potentados (aplican restricciones, el invitado frecuente de Palacio, Carlos Slim, no es de esos, nomás se caen bien, viera usted).
Y ya en estas, don Slim ayer en una rara conferencia de prensa (cuatro horas), aclaró que no fue por fallas de construcción que se cayó el 3 de mayo de 2021, el tramo de la Línea 12 del Metro (26 muertos, 75 heridos), construido por una de sus empresas junto con otras… ¡chispas!, entonces fue por fallas de mantenimiento.
Doña Sheinbaum ha de haber hecho un colerón, porque a ella se le cayó, a ella y a la comadre del Presidente (dicen, uno qué va a saber), la Florencia Serranía, entonces directora del SCT-Metro, con lo que la dupla Sheinbaum-Serranía, resulta ser la campeona mundial de la mala pata, porque también se les incendió el Puesto del Centro de Control (PCC) del Metro, el 9 de febrero del 2021 (un muerto); y antes, el 10 de marzo de 2020, chocaron dos trenes en la estación Tacubaya; el 6 de diciembre de 2019, se le incendió un tren con pasajeros de la línea 7 y otra vez lo mismo el 12 de enero del 2021, en la misma Línea; luego, el 23 de abril también del 2021, otro incendio, que hizo suspender el servicio en toda la Línea 4; y otros incidentes menores que no vale la pena mencionar.
De veras, qué mala suerte, hacer todo bien y que ocurra tanta desgracia. Por cierto, el dúo dinámico Sheinbaum-Serranía, está denunciado penalmente. Cuánta incomprensión, ¿qué no puede aceptar la gente que fue un “incidente” y nada más? (lo bueno es que la Fiscalía sí comprende y las denuncias acumulan polvo).
De regreso al curso básico y gratuito de cómo ejercer el voto, impartido por el Presidente, llama la atención que ya diga abiertamente que los comicios serán para ratificar que sigue su proyecto de nación. Tal vez no se da cuenta que debilita a su candidata, suya de él, doña Sheinbaum que queda en plan de empleada fiel, de él, suya de él, para continuar aplicándole al país la quebradora que resultó ser la 4T.
Si el gobierno de López Obrador fuera muy exitoso, igual no es recomendable como estrategia electoral ofrecer la continuidad, por más que se agregue “con cambio”, porque la gente lo que espera es oír planes para corregir lo que está mal, mejorar lo que está bien y hacer lo que no se hace.
Muy difícil la tiene doña Sheinbaum, este gobierno por encima de todas sus pifias, representa un millón de muertos.

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