Tenerla enfrente: La Feria

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Sr. López

A tía Lucía la aterraba el ‘qué dirán’ porque según ella misma, con la vida que tuvo seguramente se dirían cosas ciertas. Se decían. Muy divertido.
Se avisa que este menda no tiene simpatía por Genaro García Luna, ninguna, ni antes ni ahora. Y se advierte que primero cree en la castidad de la Tumbahombres y la Rompecatres (y de tía Lucía), que en la rectitud a toda prueba del tal García Luna. Estamos. Ahora bien: para declararlo culpable de los cargos que le achaca el Departamento de Justicia de los EUA, se necesitan pruebas.
Un ejemplo para ahorrar tiempo: el afamado gánster Alfonso Gabriel Capone, Al Capone para los cuates, se fue a la cárcel por evasión de impuestos en 1931, en total ocho años y un mes de bote, poquito. Todo Chicago y todo EUA, sabían que era un delincuente de lo peor, asesino, sanguinario y brutal. Sí, todo mundo lo sabía, pero la ley no funciona así, se requieren pruebas y no las tenían contra Capone. Lo procesaron por evadir impuestos y no se ande creyendo nada de las vaciladas esas de Los Intocables, no, puro cuento: don Capone se incriminó solo pues su hermano Ralph en 1930 se fue 18 meses a la cárcel, por evadir impuestos y queriendo curarse en salud, don Poncho Capone hizo una oferta de pago de impuestos, admitiendo ingresos que no había declarado antes… y a la cárcel.
Dirá usted que estuvo muy mal que no procesaran a Capone por sus múltiples homicidios y los cinco mil cargos criminales (cinco mil) que intentaron fincarle por violar la Ley Seca, pero no tenían pruebas y es con pruebas que se juzga y se sentencia. Sin pruebas no hay nada por más que se sepa de la culpabilidad de alguien. ¿No le parece bien?… bueno, cámbiese de planeta.
El García Luna fue detenido en los EUA en diciembre de 2019. Supuestamente, ordena la ley de Nueva York que el fiscal tiene que presentar al juez evidencias de la acusación en no más de 144 horas (seis días), y el juicio debe iniciar máximo en seis meses… García Luna ha estado preso más de tres años en lo que la Fiscalía yanqui acopiaba pruebas, las mismas que no tenía cuando lo detuvieron, las mismas que no tienen ahora.
Y tan no las tienen que la Oficina de Prisiones metió a la celda de García Luna a un tal Ruslan Mirvis acusado de producir pornografía infantil, condenado a 15 años de prisión y que también enfrenta un proceso por abusar sexualmente de un menor que le puede costar cadena perpetua. A este Mirvis desesperado -ya se le había negado dos veces la libertad bajo fianza-, el gobierno de EUA le hizo la oferta de poder llegar a alguna negociación que atenuara su situación, si conseguía que García Luna se incriminara. Se supone según la Fiscalía de allá, que el Mirvis grabó cerca de 500 horas de conversaciones con García Luna… y no se incriminó. Entonces Mirvis le dio a García Luna el número celular de un delincuente ruso que se encargaría de amedrentar a los integrantes del jurado que nombraran para su caso. No le habló a nadie, no consiguieron nada.
De esas 500 horas de grabaciones, la Fiscalía yanqui presentó al Juez dos minutos (¡dos minutos!), que según la defensa de García no prueban nada ni lo incriminan en nada (aparte de que apenas se distingue qué dicen); esto es una muestra de candidez de la Fiscalía de EUA: un experto policía que supuestamente trabajó para los cárteles de la droga y logró engañar a medio mundo, no va a soltar la sopa con un delincuente que ni conoce, faltaba más.
Las leyes en los EUA son un galimatías, sí, pero allá sí se respeta la presunción de inocencia y es la Fiscalía la que tiene que probar la culpabilidad. Según la ‘Guía para Defendidos Criminales’ de la Asociación de Abogados de la Ciudad de Nueva York y la Asociación de Abogados del Condado de Nueva York, en el juicio la fiscalía debe probar su caso mediante evidencias consistentes en testimonios de testigos bajo juramento… y pruebas, pruebas, pruebas. Al final del juicio, quienes emiten el fallo de culpabilidad o inocencia son los 12 integrantes del jurado, ciudadanos comunes y corrientes… y para declararlo culpable, con uno solo de los doce que no esté convencido de los alegatos del fiscal más allá de cualquier duda razonable, el acusado sale libre.
Según la defensa del García Luna, la Fiscalía carece de pruebas, aunque hay periodistas que aseguran la existencia de grabaciones de conversaciones telefónicas del acusado con narcotraficantes. Puede ser aunque parece poco creíble. Además, si tienen pruebas no se entiende que se haya retrasado presentarlo a juicio durante tres años.
Por lo pronto, la Fiscalía parece que solo tiene el testimonio oral de unos 70 criminales convictos en los EUA, quienes aseguran que sobornaban a García Luna varios cárteles del narco. Puede ser cierto, claro. La lástima es que el solo dicho no vale casi nada. Se necesitan pruebas que respalden los dichos.
La lógica lleva a pensar que para detener al García, el Departamento de Justicia de los EUA tenía elementos para probar su culpabilidad, pero también es cierto que su acusado tiene reconocimientos de la DEA, el FBI, Interpol (en Berlín), la Policía Nacional de Ecuador y la Medalla al Mérito categoría Excepcional de Colombia por su lucha contra el narcotráfico. Y contra todo eso, la sola palabra de criminales sentenciados en los EUA (que se beneficiarán por declarar en su contra)
Por supuesto en México hay una persona que vive en Palacio Nacional, que se relame los bigotes nomás de pensar que en este juicio salga embarrado el expresidente Calderón. Le caería como anillo al dedo para cobrar esa venganza que tanto anhela y no ha podido… ni podrá. Mientras en los EUA acopian datos y acciones sobre la estrategia de los abrazos. Ya después, no vaya siendo.
Muy interesante en esto es que si don García Luna siente que la lumbre le llega a los aparejos, puede desatar una vorágine de escándalos. Hasta el momento ha rechazado cualquier negociación so riesgo de recibir cadena perpetua… pero ¡ay!, no es lo mismo hablar de ella que tenerla enfrente.

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