Simples palabras: Ensalada de Grillos

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CIRO CASTILLO

En el sexenio de Enrique Peña Nieto, del que por alguna extraña razón, Andrés Manuel López Obrador no habla mucho, y se salta hasta el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa, se aprobó la Reforma Energética y con ellas nos bajaron las estrellas y la luna.

Nos hicieron, al menos ocho promesas, que se cumplirían con la reforma de reformas: bajarían la luz y el gas; liberación de la comercialización de las gasolinas y diésel, para que hubiese mejores precios y servicios;  500 mil puestos adicionales de trabajo en 2018 y 2.5 millones adicionales en 2025; transparencia en los contratos; no más endeudamiento; crecimiento adicional del PIB del 1% en 2018, y para 2025 del 2%; aumento de la renta petrolera; y cuidado del medio ambiente.

La mayoría de estas promesas, si nos detuviéramos a revisarlas, no se cumplieron, sencillamente porque cada gobernante que llega hace sus propios inventos y promesas que, se las termina llevando el viento.

Pero hubo una promesa, tan simple que, parecía fácil de conseguir: que las gasolineras brindaran mejores servicios, llámese mejores instalaciones, mejores precios y baños limpios.

Cuando han pasado poco más de dos años del último gobierno completamente priísta (quizá el último) y con la 4T en todo su apogeo, nos podemos dar cuenta que aquellas promesas de la Reforma Energética simplemente fueron palabras que se lleva el viento y las cosas están iguales y hasta peores.

Los precios de los combustibles, sobre todo porque se rigen por los precios internacionales, siguen estando altos, al grado que el gobierno de AMLO y la 4T, han tenido que comenzar a subsidiar la gasolina y el diésel para mantener su promesa de que no subirán más que en 2018, aunque eso le cueste una lana al país.

Pero nos concretemos en algo todavía más simple: en los baños de las gasolineras de Pemex y toda una serie de franquicias que entraron al mercado.

Parece como si los empresarios gasolineros únicamente hubiesen cambiado la fachada de sus negocios para que se vieran más presentables, pero en el fondo siguen siendo los mismos.

La mayoría de las gasolineras, según reportes de la Profeco, siguen haciendo trampa para vender litros incompletos, valiéndose de artimañas como los llamados “rastrillos” que, lo último que se supo es que pueden controlarse a distancia.

Lo que es todavía una burla, los baños de la mayoría de las gasolineras siguen estando sucios, sin agua, sin papel higiénico ni toallas para secarse las manos y hasta sin gel alcohol, ahora que estamos en una pandemia que va para largo.

MÁS PROMESAS

Este jueves, en su clásica mañanera, AMLO advirtió que las gasolineras que sigan vendiendo litros incompletos perderán la concesión.

Es más, dijo, si continúan con la especulación en los precios, se otorgarán más concesiones para que haya más competencia en el mercado.

Otra vez, las palabras del mandatario suenan bonitas, pero así sonaron las dichas por Peña Nieto en su momento. Ojalá que no se queden solamente en eso, en simples palabras…

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(Foto: Baños de la Gasolinera Gamboa/5 de Mayo, en Tuxtla Gutiérrez)

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