Para siempre: La Feria

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Sr. López

El papá de la abuela Elena -la de Autlán-, tenía pleito cazado con un tal Alfonso, por cosas que no se contaban pero se habían balaceado varias veces. El tipo era el dueño del único automóvil en el pueblo y una vez que el hermanito más chico de la abuela estaba grave, su padre fue a ver al tal Alfonso: -Se me muere mi chamaco, llévelo con su madre al sanatorio en Guadalajara, y luego nos matamos –lo llevó, se salvó el niño. No se mataron pero no se hablaban. Historias de pueblo.
En cinco días estaremos votando. Bueno, los que votamos. Se acabó el cuento. Encuestas y triunfalismos aparte, la gente decidirá con sus votos el destino del país.
No estamos ante unos comicios de los de siempre, sino ante la disyuntiva de continuar con el proyecto de nación personalísimo de López Obrador, quien nunca en sus doce años de campaña por la presidencia, se tomó la molestia de advertirnos que su afán era hacer de México un país socialista, proyecto que seguirá a manos de su candidata de él, doña Sheinbaum. Y no se le olvide, el chavismo venezolano cumple ya 25 años en el poder, sin Chávez, con Maduro y peor que nunca.
Eso o la reconstrucción del México en el que caben todos, también ellos, en el que la ley es la ley, la Corte la Corte, el INE el INE, el Congreso el Congreso, en pocas palabras: que México sea México y no territorio ganado por la izquierda que tiene atrapados a Venezuela, Nicaragua, Cuba… y no es interpretación, lo dijo López Obrador en su mañanera del 20 de junio del 2022 cuando señaló que su llegada al poder inició el viraje hacia el triunfo de la izquierda en Latinoamérica.
Y del discurso en defensa de la democracia de López Obrador, vea su documental autobiográfico ‘Esto Soy’, que presentó el 15 de diciembre del 2017, en el que explica que entiende por democracia la de los chontales de Tabasco, dice: “¿Sabes que aprendí?, lo que es la democracia indígena, el consenso, donde uno representa a todos en la asamblea y expresa lo que está sintiendo toda la gente”.
Son sus palabras. Para él, democracia es consenso, unanimidad (cheque su diccionario), sin pluralidad de ideas, democracia en la que uno (él), representa a todos, y en la que uno (él), expresa lo que está sintiendo toda la gente. Iba en serio. Va en serio. Y seguirá en serio, no se confíe.
Por cierto, su candidata de él, no nos está engañando, ya dijo que su gobierno, si gana, tendrá por programa de gobierno el plan C del Presidente: desaparecer el INE como lo conocemos, haciéndolo parte de la Secretaría de Gobernación, desaparecer al Poder Judicial y los órganos autónomos, los contrapesos al poder. Dictadura, autocracia, cesarismo, el poder completo en manos de una persona, claro, con otro nombre: segundo piso de la transformación. Tal cual.
Y así, clarito: este próximo domingo, votamos por el México de todos o se ratifica la inserción de México en el socialismo extremo que ha arruinado cada país en el que se ha instalado y no es vaticinio ni fatalismo: en estos casi seis años, este gobierno abandonó a su suerte la seguridad pública, la salud, la educación, la economía y deja a México con las finanzas públicas en crisis, transido por una corrupción que no habíamos visto y el estado de Derecho en quimera, ilusión, aspiración nostálgica. Vienen tiempos duros, pero más duros si gana doña Sheinbaum que a diferencia del Presidente, sí es de izquierda, militante, convencida, férrea, y sí es inteligente, ella sí, ¡cuidado!
Pero el real peligro no está tanto en que ganara doña Sheinbaum, sino en que Morena & Cía., se hiciera con la mayoría simple o calificada en las cámaras de senadores y diputados del Congreso de la Unión. Si doña Sheinbaum pierde las elecciones pero Morena & Cía., ganan el Congreso, así fuera por mayoría simple, el país continuará en las turbulencias de estos años, seguiremos viendo aprobar leyes que violan la Constitución y el mando seguirá en manos de ya sabe quién, desde su finca en Palenque, de nombre que esperamos sea augurio de su destino.
A ver, no se distraiga: es tan importante ganar la presidencia de la república como el Congreso. En estos comicios vote parejo. Y para no ir a meter la pata, tache un solo recuadro en cada boleta, vaya a la segura.
Pensará usted que este menda exagera. No. Debe usted considerar que aparte de los sofocones con que nos ha obsequiado este gobierno, por primera vez en nuestra historia, se habla (mucho), de un gobierno y un partido penetrado por el crimen organizado.
Se puede dejar de lado la acusación directa que en junio de 2022, hizo Porfirio Muñoz Ledo ante representantes de 69 partidos políticos de 30 países, sobre un pacto del Presidente con las bandas del crimen organizado, en la XL Reunión Plenaria de la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina; eso quedó en su dicho y sin pruebas, y se puede soslayar, a pesar de la estatura política del personaje.
También se puede pasar por alto la denuncia en enero del 2022, de la familia LeBarón, de nexos de Morena con el narco en Chihuahua. La de Silvano Aureoles, exgobernador de Michoacán, en el mismo sentido. La del PAN que en abril de 2022 presentó una queja similar ante la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales, y la de febrero de 2023, ante el INE contra de Morena y Mario Delgado, su dirigente nacional, por vínculos con el crimen organizado.
Pero lo que ya hace que cualquiera alce las cejas, es la insistencia de diarios de importancia internacional como New York Times; Washington Post; Deutsche Welle y Der Spiegel, de Alemania; Infobae y La Nación, de Argentina; La Tercera, de Chile; El País, de España; The Guardian, de la Gran Bretaña; y otros no tan conocidos, todos insistiendo en los “posibles” nexos de Morena y don simpatías Delgado, con el narcotráfico.
Ese es el principal riesgo en que está el país y le aseguro que no lo sabe doña Sheinbaum, se lo aseguro.
Pero no podemos negar la evidencia del crecimiento del narco ni que ya controla buena parte del país.
Vote o calle para siempre.

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