Orejas y rabo: La Feria

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Sr. López

Tía Elsa (de las de Autlán), fue una beldad en Cinemascope, la mujer más hermosa de nuestra madre Eva al día de hoy, lunes (quién sabe el martes). Ya vieja seguía haciendo boquear al macho promedio de la especie. Fue viuda joven, quedó sin hijos y no se volvió a casar. Decía la abuela Elena que no por falta de ganas, sino que su marido, un tal don Nacho, fue el más temido cacique del rumbo, tipo atrabiliario que debía muchas vidas al que los valentones del pueblo le cedían la acera y que desde que se casó con ella, se volvió un manso cabestro, que a todo decía “sí Elsita, sí”. Y para cuando enviudó ya todos le tenían mucho miedo: -Si domó a don Nacho… -murmuraba la gente.
Para el periodo 2024-2030, una mujer será Presidenta: o Claudia o Xóchitl. Y sea la que sea, va a tener que lidiar con los mismos problemas, no pocos, que heredará el actual Presidente: algunos graves, otros muy graves y uno grave y peligroso.
Entre los problemas graves, las finanzas nacionales, que pueden acabar en una crisis económica muy seria; más compromisos inmensos con escasos recursos para afrontarlos; más conflictos comerciales dentro del T-MEC; y el recelo de los inversionistas que esperarán (el dinero nunca tiene prisa), a ver si la locura y el despelote, se acabaron.
Entre los problemas muy graves, la inmensa corrupción que impregna al gobierno federal como nunca antes, porque antes se hacía a escondidas y ahora, sin pudor: el 80% de los contratos, asignados a dedo, algunos, a empresas fantasma; estratosféricos incrementos de costo en los proyectos insignia del sexenio; la falsa clasificación de ‘seguridad nacional’ de los gastos en las más grandes obras; una parte de la élite de las fuerzas armadas con gula del erario; más parentela, cercanos y amigos robando descaradamente protegidos por el Presidente.
Y el problema grave y peligroso: la delincuencia organizada con su control de amplias regiones y actividades económicas en el país, y su penetración en la vida política nacional, en partidos y gobiernos, municipales (muchos), estatales (algunos), y en segmentos del gobierno federal (lamento abollar su candor).
Vistas así las cosas y sabedores de que nunca se nos aclaró en qué se quería transformar al país, es de justicia reconocer que sí, sí se transformó México. Ya lo arreglaremos entre todos, los del peladaje que nada más podemos trabajar, pagar impuestos, VOTAR y respetar la ley; más los políticos y funcionarios que aparte de ser decentes tienen la cabeza en su lugar y que -no se sorprenda-, son mayoría (por eso importa tanto que quien esté al timón del país, en la presidencia de la república, no dirija los asuntos nacionales a su capricho ni el país al caos).
Es claro que Xóchitl o Claudia afrontarán todo, cada una a su estilo.
Doña Xóchitl ya ha dicho que ella sabrá rodearse de profesionales calificados y su trayectoria profesional, privada y pública, lo hace creíble, porque de la nada, triunfó en lo que se propuso. ¡Ah! y no tiene secretos inconfesables. Su principal ventaja es que llegaría sin ningún compromiso vergonzante que le atara las manos… y sabe navegar aguas broncas.
Ahora bien, la que tiene más apoyo (chueco y derecho) y más posibilidad (legal e ilegal) de ser Presidenta de México, es doña Sheinbaum, quien lo será a menos que la gente de veras salga a votar, en masa.
Doña Sheinbaum a diferencia del actual Presidente, es una mujer muy inteligente y de izquierda en serio. No es pose, es de izquierda desde niñita, por influencia de sus padres. Y también a diferencia del Presidente, es una potente científica reconocida en México y el extranjero. No es una señora tontita. Pero por formación y personalidad, no se siente cómoda ante las muchedumbres, es de hablar prudente y no usa lenguaje populista (ahorita sí, está en campaña… y no le queda, se nota que imita -mal- al Presidente): la señora es todo menos lideresa, no se le da; y tiene fama de no ser muy tolerante, más bien de ser mandoncita, dura y según algunos, arrogante… y tiene de qué, busque su nombre en Wiki y repase sus credenciales científicas: impresionante.
La lealtad de doña Sheinbaum al Presidente es a toda prueba, está fuera de duda y por eso ha tragado sapos y le ha sido fiel hasta en asuntos no tan transparentes. Nada más una cosa: es leal y fiel al Presidente que dejará de ser Presidente si ella se tercia la banda. Podrá seguir siendo la más entusiasta y sincera admiradora de Andrés Manuel López Obrador, pero ya no será sumisa ni obediente. Su cerebro no necesita que le deletreen los asuntos y al enfrentar la realidad dura que va a descubrir ya en La Silla, tendrá que tomar decisiones, sus decisiones, le gusten o no a su héroe y campeón.
El principal problema que tiene doña Sheinbaum para ejercer el cargo de presidenta de México, es que no le sabe a eso del ejercicio del poder y quien presida a este país debe ser profesional en eso. Ella misma, en noviembre de 2022, en entrevista con El País, refiriéndose a Marcelo Ebrard, dijo: “Tenemos historias distintas; yo nunca he sido parte del poder hasta ahora” (era Jefa de Gobierno de la CdMx).
Un último comentario: doña Sheinbaum no duda en mentir y miente, lo que no necesariamente es perverso, pero sí cuando se miente para ocultar información que debe ser pública, como los misteriosos siete meses que estuvo sellada en fideicomisos la documentación sobre los segundos pisos del periférico de la CdMx; como la determinación de que toda la información relacionada con el colegio Rébsamen sería “clasificada como restringida en la modalidad de reservada”, colegio que colapsó causando la muerte a 19 niños y siete adultos; y como la negación pertinaz sobre qué provocó la caída de un tramo de la Línea 12 del Metro, con 26 muertos.
Parece muy obvio por qué la eligió de sucesora el Presidente, lealtad más esqueletos en el clóset, para en el futuro en caso necesario, poder ejercer control… bueno, pero que se cuide… si le hizo a él lidia, ya Presidenta va a cortar orejas y rabo.

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