CIRO CASTILLO
Independientemente de si le llamamos “Día del Niño y de la Niña”, este 30 de abril nos debe hacer reflexionar a todos como sociedad, respecto a lo que hemos hecho bien y hemos hecho mal por este sector social, sin duda, el más vulnerable.
Los tiempos han cambiado, de muchas formas. Hay mayor acceso a los servicios de salud, pero todavía hay menores que fallecen por una enfermedad estomacal o una gripe.
El acceso a la educación, principalmente en el nivel básico, llámese Preescolar y Primaria, ha mejorado grandemente; sin embargo, todavía hay niños que no acuden a la escuela porque simplemente los padres no creen que la instrucción escolar los vaya a sacar de su miseria o porque ni siquiera hay quien los motive a ir.
Ahora a los niños no se les castiga como antes, cuando la falta de un saludo o la intervención en una conversación que no era la suya bastaba para un “cinturonazo”, una cachetada o un coscorrón; sin embargo, hay niños sicarios, niños traficantes, niños que se prostituyen, niños explotados o niños que fallecen en un enfrentamiento a balazos, como el sucedido en plena Semana Santa en Minatitlán, Veracruz, a donde el mismo presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, llegó días después a ofrecer programas sociales.
El tabasqueño y su gobierno defienden la idea de que la aplicación de más y variados programas sociales disminuirá los indicadores delictivos, en los que cada vez hay más niños involucrados, de manera directa o indirecta. Cuando decimos niños no nos referimos solamente a los pequeños, sino también a los menores de 18 años.
Los niños de ahora tienen la tecnología en la palma de la mano, pero eso no siempre se traduce en avance, sino a veces en riesgo, pues están expuestos a una serie de delitos que se esconden en la Internet y las redes sociales.
En fin, más que “niñerías” de si es el Día del Niño y de la Niña o simplemente “Día del Niño”, que sirva para analizar, aunque sea en el entorno personal, qué hemos hecho, qué no hemos hecho y qué podemos hacer por este sector social que enfrentará en algunos años la realidad de un estado, un país y un planeta, con muchos problemas.
PROTOCOLOS Y FORMALIDADES
A propósito de esta celebración que, en las escuelas incluye dulces y sonrisas, el INEGI recordó que en México el festejo del Día del Niño comenzó en 1924, a propuesta del entonces ministro de Educación Pública, José Vasconcelos.
Ese mismo año, en la Declaración de Ginebra (el primer texto histórico a este respecto) se reconoció por primera vez la existencia de derechos específicos para los niños y las niñas, pero sobre todo la responsabilidad de los adultos de hacerlos valer.
Desde 1990 México forma parte la Convención de los Derechos del Niño, y se considera niño a quien no ha cumplido los 18 años de edad.
Las principales etapas en el desarrollo de niñas, niños y adolescentes son: Primera infancia, de los 0 a los 5 años de edad; Edad escolar, de los 6 a los 11 años, y la Adolescencia, de los 12 a los 17 años.
LA NUEVA REFORMA EDUCATIVA
A ver si este martes, en la Cámara de Senadores se ponen las pilas y aprueban la “nueva Reforma Educativa”. Mejor, a ver si en la discusión de las leyes secundarias piensan más en los niños y niñas de este país, pues son ellos quienes más necesitan una buena legislación en materia educativa y que esta se materialice en la realidad. No es posible que a estas alturas del partido aún haya “escuelas” sin aulas.
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