Llorones: La Feria

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Sr. López

Toda la familia materno-toluqueña sabía que el solterón tío Óscar era un vividor y un mentiroso de siete suelas, que se consideraba a sí mismo todo un caballero, pero de los de fina estampa. Nadie le hacía caso. Así las cosas, una vez en una cena de Fin de Año, estuvo alegando en voz baja, con otro tío al que debía un buen dinero, hasta que de repente, tío Óscar alzó la voz y soltó: -¡Y no te permito que dudes de mi palabra! –se tuvo que ir porque todos, hasta los chiquitos, soltamos la carcajada y no paraban las risotadas. ¡Ah!, claro, nunca le pagó.
Sabido es que los trabajadores del Poder Judicial de la Federación (PJF) están en paro nacional y han anunciado marchas para el próximo domingo en la CdMx y otras ocho entidades, en protesta por “las arbitrariedades contra nuestras prestaciones laborales”, refiriéndose a la extinción (atraco) de 13 de los 14 fideicomisos del PJF, ya aprobada en la Cámara de Diputados y en revisión de los senadores.
El antecedente más remoto del Poder Judicial de México, es el Supremo Tribunal de Justicia para la América Mexicana, establecido el 7 de marzo de 1815. No se había visto algo así en los 208 años de historia de nuestro Poder Judicial Federal.
El Presidente de la república, siempre listo, les ha aclarado a los trabajadores que el asunto no es contra ellos sino contra los privilegios de los ministros de la Suprema Corte, aunque ninguno de los fideicomisos que se les quieren quitar, estén dirigidos al beneficio de los ministros (si duda, vea la lista detallada en https://diario.mx/nacional/los-fideicomisos-del-pjf-eliminados-por-diputados-20231019-2111056.html). Ninguno favorece en nada a los ministros de la Corte y ninguno es ilegal, ninguno.
Ante las protestas y el paro, el Presidente bromeó y se burló del Poder Judicial, insistiendo en que los trabajadores están siendo manipulados porque no está en riesgo ni un centavo de ellos y para tranquilidad de la nación, ayer mismo, el presidente arregló el asunto con 94 palabras:
“Que estén conscientes los trabajadores que ellos no van a salir perjudicados en nada, es mi palabra y soy un hombre de palabra y los compromisos se cumplen y si hay un trabajador que va a recibir menos de su salario o se les van a quitar prestaciones nosotros somos avales, yo soy la garantía de que no se les va a tocar absolutamente nada de su sueldo, de sus prestaciones, para que no los manipulen. Lo que va a suceder es que los ministros ya no van a ganar los 700,000 pesos mensuales”.
¿Qué tal?… ¿a poco no siente bonito?… ¡ya quedó!… es su palabra y él es hombre de palabra, los compromisos se cumplen, él es la garantía. ¡Albricias!
Solo un detalle: los ministros no, NO, perciben 700 mil pesos mensuales; en el Diario Oficial de la Federación se publicó la actualización del tabulador de sueldos y prestaciones del Poder Judicial de la Federación para el 2023. Los ministros de la Corte reciben un sueldo mensual neto de 206,948 pesos que con todas sus prestaciones (aguinaldo, prima vacacional, etc.), llega a 278,750 mensuales. No ganan 700 mil. Punto. Y aunque los ganaran, faltaba más.
Aparte de ese detallito (a cualquiera se le va), es de esperarse que los 55 mil empleados del PJF, recapaciten. Ya tienen la palabra del Presidente de la república, ¿qué más quieren?
Es la palabra de quien aseguró al presentar su proyecto Alternativo de Nación, en noviembre de 2016, que si estuviera en el gobierno las gasolinas costarían 10 pesos por litro. El video está en https://terceravia.mx/2019/09/exhiben-promesa-olvidada-de-amlo-cuando-dijo-que-en-su-gobierno-la-gasolina-costaria-10-pesos/; a uno no le crea nada.
Es la palabra de quien el 3 de enero de 2018 dijo que no sería en los seis meses que había dicho, pero en tres años el país iba a recuperar la paz.
Es la palabra de quien se comprometió muchas, muchas veces, a regresar a los soldados a los cuarteles.
Es la palabra de quien se comprometió en 2019, 2020, 2021, 2022 y 2023, a crear y tener en funcionamiento un sistema de salud de “primer nivel”, como el de Dinamarca y luego corrigió: sería mejor que el de Dinamarca.
Es la palabra de quien se comprometió el 15 de julio de 2018, ya como Presidente electo, a que “La Fiscalía Anticorrupción podrá actuar con absoluta libertad y castigar a cualquier persona que cometa un delito de esa naturaleza, trátese de quien se trate, incluidos compañeros de lucha, funcionarios, amigos y familiares: un buen juez por la casa empieza”.
Es la palabra de quien el 23 de octubre de 2018, en la XVI México Cumbre de Negocios, refiriéndose a la cancelación de las obras del aeropuerto en Texcoco, el NAIM, se comprometió con los empresarios a “darles completa garantía de que no se van a cancelar sus contratos y de que el trabajo que están haciendo lo van a seguir realizando”. Y antes, en marzo de 2018, en el 29 Encuentro Mexicano de la Industria de la Construcción, aseguró: “No haremos nada a la fuerza, no habrá actos arbitrarios”.
Es la palabra de quien el 27 de septiembre de 2018 se comprometió con los padres de los normalistas de Ayotzinapa: “Vamos a conocer lo que realmente sucedió, que se sepa dónde están los jóvenes y se castigue a los responsables”. (Ahora y nada más por llevarle la contra, ya en el quinto año de gobierno, los padres de los normalistas aseguran que el Presidente los traicionó).
Es la palabra de quien en sus 100 compromisos de campaña, aseguró “No permitir proyectos que afecten el ambiente”, y conste que lo de la selva desmontada para que pase el Tren Maya, es lo que él ya aclaró como “calumnia de pseudoambientalistas”. ¡Eso!
Es la palabra de quien en esos compromisos de campaña, afirmó “Mantener relaciones de respeto con el Poder Legislativo y con el Poder Judicial. El Poder Ejecutivo dejará de ser el poder de los poderes”.
Ojalá recapaciten los trabajadores del Poder Judicial de la Federación, ya tienen la palabra del Presidente, ¿qué más quieren?… y si ni saben qué tienen las flores del camposanto que no anden de llorones.

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