Juan Charrasqueado: La Feria

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Sr. López

Tía Macro, de los de Autlán, era un tipo hecho a marro y muy callado, al que no había en el pueblo quien le sostuviera la mirada. A sus hijas casadas les tenía dicho que no le contaran nada de sus matrimonios porque él no opinaba de casa ajena. Y efectivamente, la vez que vio a Elenita su hija chica, con la cara moreteada, no abrió la boca, pero el marido desapareció. Unos decían que se había ido, otros decían que sí, pero al otro mundo. Nunca se supo. Muy callado el tío Macro.
No se asuste pero ayer, el presidente de los EUA, Joe Biden, en conferencia de prensa en la Casa Blanca, hizo un llamado a no votar por el candidato de Morena a la presidencia de la república, en las próximas elecciones de 2024, dijo:
“Ojalá los mexicanos despierten y no le den ningún voto a Morena, que no se vote por quienes persiguen a migrantes, los que no respetan a migrantes, porque el migrante merece respeto, hay que respetar al forastero, no maltratarlo”, en clara referencia a la violencia que para contener la migración, usan el Instituto Nacional de Migración y la Guardia Nacional, así como al reciente caso en que en el incendio de una estación migratoria mexicana, fallecieron calcinados 40 migrantes ilegalmente encarcelados en ella.
El presiente Biden también se refirió al fentanilo y dijo que “está llegando por México, eso está probado, el fentanilo llega primero de Asia, que hagan una investigación porque la droga entra por México, para que no nos estén acusando”.
La Cancillería de México llamó a consultas a su embajador en los EUA y nombró a un encargado de negocios de la legación de México en ese país, al tiempo que el Presidente López Obrador, declaró que las relaciones México-EUA no se rompían pero entraban “en pausa”.
En horas de la tarde el embajador de EUA en México, Ken Salazar, se presentó en Palacio Nacional sin que le abrieran la puerta a pesar de que llamó insistentemente con una moneda. Se retiró sin hacer declaraciones.
Le advertí que no se asustara. Nada de lo anterior es cierto. Fue al revés: el Presidente de México ayer hizo un llamado a los hispanos en Estados Unidos a no votar por el republicano y actual gobernador de Florida, Ron Desantis quien ya declaró su interés en ser el candidato republicano a la presidencia de su país. Dijo nuestro Presidente:
“Ojalá los hispanos de Florida despierten y no le den ningún voto a DeSantis, que no se vote por quienes persiguen a migrantes, los que no respetan a migrantes, porque el migrante merece respeto, hay que respetar al forastero, no maltratarlo”, afirmó.
Y agregó: “(…) que empiece a ver (DeSantis), porque en una de esas el fentanilo puede estar llegando por Florida. Eso está probado, el fentanilo llega por Asia, primero que hagan una investigación porque en una de esas, la droga entra por Florida, para que no nos estén acusando”.
Le tergiversé el asunto para que usted sintiera que le hervía la sangre, por una clara y majadera intervención extranjera en nuestras elecciones; y para que imaginara la reacción que tendría nuestro Presidente si ese fuera el caso.
¿Qué va a hacer nuestro Presidente si algún miembro destacado del gobierno de los EUA, interviene en la campaña electoral mexicana, pidiendo que no se vote por Morena? Ya lo hizo él y es principio universal que en la cantina y en política, el que se lleva se aguanta.
Son repetidos los llamados de nuestro Presidente a que los EUA modifiquen lo que él llama su política injerencista. Muy bien. Pero al revés, lo mismo. Y no es así.
El presidente esgrime el principio de no intervención para no apoyar las condenas internacionales contra las violaciones de derechos humanos en Cuba, Nicaragua y Venezuela, al tiempo que interviene y opina de asuntos internos de Argentina, Bolivia, Colombia, Perú y Guatemala. No hay espacio para detallar todos los estropicios, pero crece la molestia en esos países de Latinoamérica y en México, nuestros senadores no se han dado por enterados para recordar al Presidente que la Constitución le prohíbe intervenir en asuntos ajenos (artículo 89, fracción X). Ni que fuera para tanto.
Nada más ayer, el Congreso del Perú lo declaró ‘persona non grata’, por su constante intervención y graves descalificaciones sobre asuntos que pertenecen estrictamente a la política interna de ese país. Esto es un récord que sí habla de transformación auténtica: es el primer caso en nuestra historia, nunca se había declarado ‘persona non grata’, a ninguno.
La respuesta de nuestro Presidente fue calificar al Congreso peruano, como “élite, una minoría rapaz, políticos corruptos, traficantes de influencias, políticos corruptos, alquilados, alcahuetes”. Imagínese que eso dijera de nuestro Congreso el Presidente de otro país. Imagínese.
Arturo Sarukhán, exembajador de México en los EUA, en diciembre de 2022, declaró que el manejo de las relaciones exteriores del Presidente, causa “(…) un impacto directo en una lectura que se hace en Washington, de que México ya no constituye un socio maduro, responsable en política internacional”. Y el señor sabe cómo hilan esos.
No es bueno para el país que nuestro Ejecutivo haga garras del prestigio que solía tener Mexico en cuestiones de relaciones exteriores. No abona a un clima propicio para la economía nacional y tiene consecuencias. El tío Sam NO es nuestro amigo, es infame y las cobra todas.
No dude eso. El gobierno de los EUA no acepta que nadie le pise los juanetes. El Presidente está estirando de más la liga. Confunde las buenas maneras del Joe Biden con debilidad y ese señor es muy duro, mucho más que el Trump, al que se le va la fuerza por la boca.
Si no, le recuerdo que en noviembre del 2021, don Biden calificó de “pantomima” las elecciones en Nicaragua y amenazó con usar “todas las herramientas diplomáticas y económicas” a su disposición para pedir responsabilidades al actual mandatario. Sí, así son y sin despeinarse se le van encima a los mandatarios. Que alguien le recuerde a nuestro Presidente, cómo acabó Juan Charrasqueado.

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