Infierno y paraíso: La Feria

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Sr. López

Hace muchos años, Manolito, un primo toluqueño, se quejaba amargamente de que su mujer no le daba el divorcio (antes eso era un circo). Decía que era desobligada, fodonga y cochina. Entonces Pepe, el más impresentable primo que tenerse pueda, le resolvió el problema: -No le des el gasto -le dijo. Santo remedio, en un tris recuperó la libertad el Manolito. Rigurosamente cierto.
¿Qué pasaría si para pagar impuestos, primero se validara el correcto gasto de las contribuciones del año anterior?… ¿o si cada seis años, los contribuyentes exigieran la devolución de todo lo que pagaron en ese período, por incumplimiento de obligaciones del gobierno? La gente paga. El gobierno no cumple. La gente se friega.

Pagamos impuestos para que se nos dote de servicios públicos, salud, educación, infraestructura, seguridad pública, impartición de justicia… ¿y si no se hizo nada de eso o se hizo mal o a medias?… ¿quién responde por el mal uso de los dineros de todos?… ¿quién nos devuelve todo lo que extravían -se roban- de los impuestos?… ¿por qué seguimos pagando al que no nos cumple?
No es tan difícil: si pide usted tacos de maciza y le dan de cuerito y los devuelve y nunca llegan los de maciza o le mandan de buche… ¿los paga?
Es de sentido común. Usted le entrega el anticipo a un arquitecto para que construya su casa y empieza a construir un templo… ¿le sigue pagando?… o no construye nada o peor, sí construye una casa pero en un predio que no es el de usted, sino de él, del arquitecto… ¿se queda tan fresco y le sigue pagando?… y sigue dándole dinero a lo largo de los años, porque cada año le promete que sí va a construir su casa… y mientras, usted y su familia, durmiendo al raso, soportando inclemencias. No, no le seguiría pagando, al revés: lo demandaría desde la primera vez para que le devolviera su dinero… o lo mete al bote.
Pero tratándose del gobierno no es así y aunque no nos cumple, seguimos pagando, tenemos la obligación de seguirle pagando, cumpla o no cumpla. Y no cumple.
Tenemos en México una ‘Ley federal de los derechos del contribuyente’, para (artículo1) “regular los derechos y garantías básicos de los contribuyentes”. Suena bien, lástima que ese derecho es el de pagar impuestos como señala su artículo 2: “Son derechos generales de los contribuyentes los siguientes: I. Derecho a ser informado y asistido por las autoridades fiscales en el cumplimiento de sus obligaciones tributarias (…)”. O sea, el contribuyente mexicano tiene el derecho de que le digan clarito cuánto debe pagar. Lo demás que dice esa Ley, sobra. Pague y rece para que la autoridad no crea que pago de menos porque le caerán las diez plagas.
Y dicen que nuestro problema es que pagamos pocos impuestos. ¿De veras?, vamos a ver:
En México la gente y las empresas pagan Impuesto Sobre la Renta (ISR), o sea de lo que ganan; Impuesto al Valor Agregado (IVA), en promedio el 16% de todo lo que se consume; Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), sobre bebidas alcohólicas y cerveza, miel, refrescos, tabaco, gasolinas y diésel, etc.; Impuesto sobre Automóviles Nuevos (ISAN); Impuesto a los Depósitos en Efectivo (IDE); Impuesto Sobre Nóminas (ISN); Impuesto Sobre Hospedaje (ISH); Impuesto sobre Espectáculos Públicos; Predial; Tenencia (por tener coche); y aparte, los impuestos estatales y municipales.
Nada más por poner un ejemplo de ISR, sobre un salario de 10 mil pesos mensuales, el empleado paga el 10.8% (que incluye el IMSS), el patrón, el 25.94%, y eso suma 36.74% (y si gana más le aplican la “tasa marginal”, que es otro 18.8%). ¿Es poco, es mucho?… bueno, en el Reino Unido pagaría el 0% (cero, nada), tampoco en Irlanda, Hong Kong ni Australia; en Dinamarca (ahora que está de moda), pagaría menos que aquí, el 33.6%; en los EUA, el 8.6%; en Canadá, el 21.6%. La OCDE insiste en que México es colero en cobro de impuestos… respecto del Producto Interno Bruto, lo que no saca de la indefensión al que vive de su sueldo o su changarro. Y no debe dejarse de decir que en este gobierno, el de la 4T, es cuando los pobres pagan más impuestos que nunca: del total que recauda el gobierno, el 18% corresponde al nivel de los más fregados, con Peña Nieto, pagaban el 11% y casi han duplicado su aportación a la recaudación nacional de ISR (del 3.5% en el gobierno anterior, al 6.2% con el actual)… ¡primero los pobres!
Eso de que hubiera huelga de pago de impuestos parece una invitación a la revuelta de los contribuyentes y tal vez lo sea, pero algo anda mal si por ejemplo, para este año, el gobierno recaudará (Ley de Ingresos de la Federación 2023), la friolera de 4 billones 623,583 millones de pesos (4’’623,583’000,000.00), que obtiene del bolsillo de nosotros los del resignado peladaje y a cambio de esa montaña de dinero, vivimos con el Jesús en la boca por la inseguridad rampante, recibimos malos servicios -si los recibimos-, tenemos hospitales sin medicamentos, escuelas desvencijadas, agua potable si hay suerte… y todo lo que usted sabe, todo de lo que se queja la raza de bronce como deporte, porque es sin consecuencias. Además, en un desplante de franco cinismo, el gobierno se gasta millonadas en obras que nadie pidió y en las que gastan muchísimo más de lo que se dijo costarían.
Aparte no se le olvide ese impuesto oculto, la corrupción, que según el Inegi de 2013 y hasta el 2020, “se observa un aumento sostenido de la prevalencia de corrupción”, y que “el 86.3% de la población consideró frecuentes los actos de corrupción”, que ronda los 10 mil millones de pesos al año, cifra de risa ante lo que le cuesta al país la delincuencia organizada que en el 2022, llegó a 319,100 millones de pesos, según la Envipe (Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública), del Inegi.
Una huelga general de pago de impuestos es un sueño que acabaría en pesadilla, pero dan ganas. La gente paga y aguanta. El gobierno no cumple y hace lo que le viene en gana. En un mismo país, infierno y paraíso.

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