Escoger enemigos: La Feria

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Sr. López

Como bien sabe, Pepe, el más impresentable primo que tenerse pueda, aparte de inteligentísimo (nunca estudiaba y lo menos que sacaba era 9), era gandalla “summa cum laude” y un campeón dando trompadas. Era el héroe de este menda, siete años menor que él. Una vez, yendo por la calle con Pepe, de repente, dio media vuelta y salió corriendo. Su texto servidor lo imitó por reflejo y luego le preguntó qué pasaba. “Ahí venía el Tarzán”, explicó refiriéndose a un salvaje del barrio, que se la tenía jurada. Ante la cara de decepción del hoy tecladista, agregó: -Nunca pierdo un pleito porque escojo con quién me peleo, no seas baboso –él dijo otra palabra, rima con azulejo. Tenía razón.
El Departamento de Estado de los EUA dirige la política exterior de su país, equivale a un Ministerio o Secretaría de Relaciones Exteriores. Existe desde 1789, es el primero que se creó en los EUA dentro del Poder Ejecutivo.
Ese Departamento cuenta desde 1870 con una Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental (de América Latina), que administra y promueve los intereses estadounidenses en América, a través del “apoyo a la democracia, el comercio y el desarrollo económico sostenible, y el fomento de la cooperación en temas como el narcotráfico y delincuencia, reducción de la pobreza y protección del medio ambiente”. No mencionan los golpes de Estado, no son maleducados, pero, también (con la CIA a las maracas, claro).
Esta Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental tiene una subdivisión que se llama Oficina de Asuntos Mexicanos, que vigila a nuestro país. Le guste o no al Presidente: para México hay lupa especial.
El tío Sam duerme con un ojo abierto. Junto con el Departamento de Estado operan la Fundación Nacional para la Democracia (NED, esta y todas por sus siglas en inglés); la Agencia de los EUA para el Desarrollo Internacional (USAID); la Agencia Central de Inteligencia (CIA); la Agencia de Seguridad Nacional (NSA); la Agencia de Inteligencia de la Defensa (DIA); y otras con su máscara de ONG’s. Sí, el tío Sam cuida sus intereses.
De un tiempo acá y por el desprestigio internacional de andar apoyando generalotes, hacen otras cosas como el acoso legal a mandatarios, bloqueos económicos y comerciales a países no amigables, y financiamiento de disidentes.
No se trata de que no tienen derecho porque quién sabe si lo tengan a la luz de la maraña de acuerdos y convenios internacionales de los tiempos que corren, que son exigibles. Pero aún sin derecho, lo cierto es que el King Kong de América, lo hace y no ha nacido quien se lo impida. La expresidenta de Brasil, Dilma Rousseff, en su día dijo: “En el pasado con las armas y hoy con la retórica jurídica, nuevamente pretenden (los EUA) atentar contra la democracia (…)”; ha de ser pero la “retórica jurídica” es posible si hay ilegalidades, si no, pues no.
El año pasado, en marzo, el Departamento de Estado entregó a su Congreso, el ‘Informe de países sobre prácticas de derechos humanos de 2022’, que hacen desde hace casi 50 años y que incluye a los 198 países y territorios del planeta. Dicho informe dice que en México persisten la violencia y la inseguridad, que el gobierno limita la libertad de expresión, exhibe sus pésimos resultados en materia de seguridad y que la delincuencia controla regiones del país. La reacción de nuestro Presidente fue llamar al poderosísimo Departamento de Estado, “departamentito”. ¡Áchis!
Ese “departamentito” el año pasado tuvo poco más de 53 mil millones de dólares de presupuesto, en tanto que nuestra fortachona Secretaría de Relaciones Exteriores, dispone este año de casi cien veces menos: algo más de 584 millones de dólares (9,994 millones 473 mil 186 pesos; a 17.10 pesos por dólar, más o menos, no sea fijado).
Nuestro Presidente está que trina por los reportajes de prensa extranjera que informan que ha sido sujeto a investigaciones del gobierno de los EUA, por supuesto financiamiento del narco a sus campañas, advirtiendo que son expedientes cerrados. Mal haría el Presidente de México en confiarse.
Y menos se debe confiar por la declaración de ayer, en Michoacán, del embajador de los EUA en México, Kenneth Lee Salazar, Ken Salazar para los cuates, quien reiteró: “Como lo dijo la Casa Blanca, como lo digo yo, como embajador de Los Estados Unidos aquí en México: no existe una investigación relacionada al Presidente López Obrador”. “No existe”, es hoy no existe, antes sí y después… quién sabe.
Los diarios que han tocado el tema, entre ellos el más influyente del mundo, The New York Times (NYT), no han dicho que se esté investigando, sino que fue investigado. Y eso no se les ocurrió, no: fue por testimonios de criminales o sea, de poco fiar, sí pero también señalan que el gobierno de los EUA cerró las investigaciones por consideraciones “diplomáticas”: no tan fácil se le van a ir encima al Presidente de México, nomás imagine el despelote en la frontera si les suelta una turba de migrantes, con eso nada más pierde Biden su reelección… paciencia, aconseja el tío Sam acariciando el garrote.
Ayer, nuestro Presidente, no contento con echarle habladas al NYT, se le fue encima a YouTube porque por violaciones a las ‘Normas de la Comunidad’, quitaron el video en que dio el número celular de la corresponsal del NYT en México. Nuestro Presidente reclamó que a él “nunca se le consultó el tema de las ‘Normas de la Comunidad’… ¡chin!, seguro se les pasó (aunque las aceptó quien haya abierto su cuenta en YouTube, que sin eso, no agregan a nadie).
YouTube tiene más de 2,680 millones de usuarios mensuales, sus ingresos anuales rondan los 30 mil millones de dólares y nuestro aguerrido huésped de Palacio, dijo que “(…) Están en plena decadencia (…)”. Para declarar, como con la cerveza, se recomienda moderación.
Ayer con muy mala fe, alguien subió a las redes una foto de un hijo del Presidente (que sale de espaldas), en una supuesta reunión con malandrines. Seguro no es cierto, pero más seguro es que el Presidente no sabe escoger enemigos.

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