Ciro Castillo
Escribo desde Playa Zipolite, en la costa del estado de Oaxaca.
He visitado varias de las bahías de Santa María Huatulco y una cosa me queda clara cuando llego hasta este sitio, famoso en el mundo porque aquí se practica el nudismo: los extranjeros siempre aprecian mas nuestras bellezas naturales que nosotros los mexicanos.
Una “güera” que habla un poco de español me vende dos cervezas, al precio que se le antoja y me ofrece una cabaña con precio de mil 100 pesos la noche.
Me presume que conoce San Cristóbal de Las Casas y Palenque, en Chiapas, pero dice que, definitivamente aquí es el paraíso. Y sí quizá lo es.
El conductor de la Urban que nos ha traído hasta este lugar donde el oleaje es fuerte pero permite internarse en el Océano Pacífico, nos cuenta que en los primeros días de febrero aquí hay un festival nudista al que llegan miles de personas, otra vez, sobre todo, extranjeros.
Vienen porque disfrutan de vestirse con el traje de Adán y Eva, pero además porque hay una serie de festivales y, lo mejor, se sienten libres.
Un montón de hombres, en su mayoría, y mujeres, caminan por la playa sin ningún recato. Muestran sus cuerpos, la mayoría imperfectos.
Tratan de matar lo escuálido de sus pieles con el sol de la costa oaxaqueña, donde hay una serie de destinos paradisíacos como las Bahías de Huatulco o Puerto Escondido.
Antes de Zipolite está Mazunte, un lugar también cundido de extranjeros que caminan por las calles descalzos y con muy poca ropa. Parece que están en otro planeta.
Algunos ya no solo vienen de visita, sino que se han establecido en este lugar, con todo y familia.
Una mujer a la que la cuelga la piel de sus brazos blancos y tiene una cabellera brillante, entre rojiza y cana, nos muestra una variedad de cremas para la piel y desodorantes naturales, así como pomadas para quitar el estrés y aliviar los golpes.
Recuerda que esta era una comunidad dedicada a la matanza de tortugas. Sacrificaban unas 2 mil al día hasta que vino la autoridad federal (Profepa) y les puso un alto. Los dejaron sin opciones.
Tuvieron que dejar el “negocio” y la gente no tenía como vivir.
Una mujer francesa se apiadó de ellos y les permitió usar sus fórmulas para elaborar productos de belleza.
Se formaron cooperativas de este y otro tipo de actividades, pero no todos aguantaron. Mexicanos tenían que ser.
Hoy, como en Zipolite lo que gira es el turismo. Un vendedor de pulseras me cuenta que esta es una temporada tranquila en la que la playa está casi vacía y los que venimos somos afortunados.
El conductor de la Urban nos pide apurar el paso. La siguiente parada es Playa Panteón, en Puerto Ángel, donde también está lleno de paseantes extranjeros.
Definitivamente, son los extranjeros quienes más aprecian estos paraísos mexicanos, muchos de los cuales apenas y figuran en el mapa. A los mexicanos nos da pena andar encuerados…
SEGURIDAD
Otra cosa salta a mi vista desde que llegamos a Oaxaca. Definitivamente comparte con Chiapas problemas como la pobreza, aunque ahora lleva ventaja en temas como seguridad.
Me advierten que no se debe salir o llegar a las Bahías de Huatulco de noche porque la carretera se vuelve insegura, igual que en algunas zonas de mi estado (pienso), pero seguramente igual que en muchos sitios de México.
Después de conocer varias de las bahías como Maguey y La Entrega, donde abunda gente que tiene mucho y muchas que tienen poco, concluyo para mis adentros: si los gobiernos solamente nos garantizaran seguridad estaríamos del otro lado. La gente se las arregla como puede para ir pasándola, pero no solo eso, sino para vivir feliz.
Doña Socorro vende cacahuates enchilados pero bien podría ser una excelente guía de turistas. Habla con mucha propiedad y se sabe todo de memoria.
Tras recomendarnos visitar San Agustín se despide con sus pantorrillas prietas y fuertes que ya quisiera cualquier atleta de alto rendimiento.
Un grupo de canadienses, mujeres y hombres de la tercera edad, saludan con naturalidad a Doña Socorro, quien camina para tomar su camión aquí en La Crucesita, donde un faro guía a las embarcaciones que llegan, igual que lo hace ella con sus sugerencias y su amabilidad.
Ya es hora de volver a Chiapas pero vuelvo con un grato sabor de boca y conclusiones tan simples como esta: si el gobierno facilitara todo, captaría más de los 4 billones en impuestos que recaudó el SAT en 2023…
ADEREZOS
-Escribimos no hace mucho que Eduardo Ramírez, El Jaguar, ha madurado en su quehacer político. Este martes anunció que el primero de febrero dejará el cargo que ahora ostenta, para dedicarse por completo a su carrera hacia la gubernatura en Chiapas.
Seguramente lo hace para cumplir con los tiempos que establece la ley; sin embargo, también sabe que su exposición en la Cámara Alta, para como están las cosas, en cualquier momento podría causarle un resbalón. De nuevo, el comiteco muestra que está más curtido que una frasco de nanchi y va que vuela para tomar las riendas del terruño, pero eso sí, nadie debe comer ansias…
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(Foto: Faro de Playa La Entrega, Huatulco, Oaxaca)