CIRO CASTILLO
Ya se veía venir. Tarde o temprano el COVID19 alcanzaría al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien al principio cometió el error de minimizar la enfermedad que, este lunes superará la barrera de las 150 mil muertes, según cifras oficiales.
El mandatario, a quien ni sus “detentes” protegieron de la enfermedad que ha transformado la realidad del mundo entero, ha ido cambiando el tono de sus dichos y aceptando que el coronavirus es letal; sin embargo, ni modo que a estas alturas diga que se equivocó.
Ahora que el Sars-Cov-2 le alcanzó, es imposible que, lo que dijo antes no salga a relucir y que su enfermedad se tome a broma o se cuestione, a pesar de que es algo muy serio.
Lo mejor que le puede pasar a México y a los mexicanos, ahora que él mismo confirmó haber dado positivo al COVID19, es que salga bien librado y que se restablezca pronto.
Ni sus detractores tendrían porqué alegrarse del contagio del tabasqueño y un eventual deterioro de su salud, porque entonces sí tendríamos más problemas de los que ya tenemos.
Imagínese nomás el problemón en el que se metería el país si (nadie lo desea) el creador de Morena llegara a enfermar de gravedad y falleciera. Entonces sí, que Dios nos agarre confesados…
OBRADOR Y BIDEN
El viernes, AMLO habló por teléfono con JoeBiden, ya como presidente de los Estados Unidos.
Dijo, en un mensaje, que la conversación con el demócrata fue buena, eso a pesar de que el morenista nunca ocultó su “amistad” con el republicano, Donald Trump.
Horas antes, Obrador había aplaudido que Bidenpusiera énfasis en la legalización de 11 millones de indocumentados, entre ellos unos 5 millones de mexicanos; la no construcción del muro fronterizo; la reactivación económica y el combate a la pandemia del COVID19.
Parece que, pese a los coqueteos de AMLO y Trump, el tabasqueño se llevará bien Biden. Más nos vale que así sea, porque si no, entonces sí queDios nos agarre confesados…
ADIÓS A UN AMIGO
Aprovechamos este espacio para expresar nuestrasolidaridad con los familiares y amigos de Paco Gallego, una víctima más de la terrible pandemia del COVID19.
Faltan palabras para describir a un personaje de la comunidad tuxtleca a quien, cientos o quizá miles conocían y querían.
Basta decir que fue un hombre sensible, apasionado, desacomplejado, amistoso, amoroso, pleno, feliz y soñador.
Alguien que vivía el día como si fuese el último. Quitado de la pena. Alejado del qué dirán. Entregado. Disciplinado. Listo para extender la mano a quién necesitara una palabra, un consejo, un aliento.
Quienes le conocieron, le quisieron y le apreciaron, van a estar de acuerdo: deja un inmenso vacío. Que Dios nos agarre confesados…
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