Ciro Castillo
Llegaron, estuvieron unas horas y se fueron: los que se adelantaron en el camino de la vida pero que siguen, irónicamente, vivos en las mentes y en los corazones de quienes todavía los recuerdan.
Qué sería de nuestro México sin estas fechas.
Es cierto, es una vez al año o dos días cuando mucho, pero es una catarsis para millones de chiapanecos y mexicanos que vivimos con el Jesús en la boca de que no llegaremos al día siguiente.
Cuando el país ha acumulado 170 mil homicidios dolosos en este sexenio, nadie tiene la vida comprada ante una la oleada violenta que ha alcanzado a casi todos los rincones de la nación, pero también porque la vida es así: corta, impredecible, dura, bella pero traicionera. Hoy estamos y mañana quién sabe.
La tragedia de Acapulco, Guerrero, a la que muchos vemos de reojo es un recordatorio reciente de que somos como pequeñas hormigas que disfrutamos de una tierra, pero que estamos de paso.
La hemos ultrajado y dañado al grado que ya empieza a cobrarnos la factura y, huracanes como el Otis, con una evolución a categoría cinco en menos de 24 horas son mensajes.
Los habitantes de esa hermosa bahía en el Pacífico mexicano seguramente se recuperarán, como lo han hecho otras ciudades ante la tragedia, pero quedarán marcados para siempre.
Ojalá que la reconstrucción de Acapulco y sus alrededores sea un poco más que eso. Que se convierta en un renacimiento de uno de los lugares que le dio brillo a la nación azteca, a donde llegaban artistas internaciones y se organizaban grandes eventos.
Que el Día de Muertos 2023, cuando sentimos la presencia de esos seres queridos, sirva para renacer y encontrar mejores formas de continuar con nuestro camino.
No es fácil caminar en tiempos en que la violencia es el pan nuestro de cada día, en tiempos de carestía, de falta de palabra, de ambición desmedida, de información efímera que cambia a cada rato, pero tenemos que caminar con la frente en alto y con el goce de despertar a diario.
Algún día solo seremos el recuerdo de alguien o algunos.
Algún día solo seremos parte de una celebración ancestral y quizá apenas volvamos 24 horas para probar lo que nos gustaba, aunque quienes realmente lo coman sean otros…
Falta menos
Apenas se vayan los aires del Día de Muertos estaremos en la antesala de los festejos del 12 de diciembre a la Virgen de Guadalupe y enseguida las fiestas del 24 de diciembre y el Año Nuevo.
En cuanto comience 2024 estaremos a seis meses de uno de los procesos electorales más grandes de México: se elegirá a nueve gobernantes de igual número de entidades, así como al nuevo inquilino de la Presidencia de la República, sin contar a diputados locales, alcaldes, senadores y diputados federales.
En siete días, Morena, quien es ahora el partido político con mayor popularidad, dirá quiénes serán las o los que se convertirán en coordinadores de la defensa de la 4T en estos nueve estados donde hay una gran efervescencia e incertidumbre.
Estará todo listo para las elecciones de junio, cuando todo apunta a que “el movimiento guinda” mantendrá la Presidencia de México y algo similar pasará en la mayoría de las gubernaturas.
En Chiapas, estaremos ante la conclusión de uno de los gobiernos más ordenados y serios que ha tenido la entidad y empezaremos a desear que al menos haya uno igual o parecido.
Quien gane, sea hombre o mujer, tendrá la obligación de dar continuidad al manejo serio de las finanzas públicas instaurado por el gobierno de Rutilio Escandón y atender situaciones que, si bien son más de orden federal, son delicadas y corresponden también a los mandatarios estatales: la seguridad.
Ahí está el punto fino de la definición que deberá tomar la cúpula de Morena, incluido el presidente de México en los próximos días, además de considerar el resultado de las encuestas.
Quiénes de las y los que aspiran a gobernar Chiapas tienen los mejores elementos y cualidades para tomar las riendas de una entidad que de por sí, con sus temas sociales y sus carencias, es difícil de gobernar.
Se trata sí, de política y de votos, pero también de la vida de cinco millones de habitantes por los próximos seis años. Ya falta menos…
Aderezos
-La tragedia en Acapulco, como muchas otras tragedias, ha expuesto las carencias entre quienes tienen a cargo un gobierno, en este caso la gobernadora Evelyn Salgado, quien llegó al cargo de rebote. La mayoría de las críticas son por la desatención y falta de capacidad mostrada por la funcionaria. Ahí es cuando queda claro que no se puede poner a cualquiera en cualquier cargo…
-La misma tragedia acapulqueña también ha mostrado la capacidad que tienen las Fuerzas Armadas para responder ante las emergencias. Son los únicos con la organización y la disciplina suficiente para atender una eventualidad.
Ahí es cuando vale la pena repensar si el exceso de tareas que les ha cargado el sexenio cuatroteísta les beneficia o les perjudica. Los elementos del Ejército Mexicano, la Marina y ahora la Guardia Nacional tendrían que atender tareas específicas, como las emergencias por fenómenos naturales, pero no ser convertidos en todólogos…
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