Sr. López
Tío Toño, un muy buen hombre (y mucho muy rico, así de bueno), era cariñoso y generoso, aunque hecho a marro y mandón. Su esposa, tía Lupita, ya siendo sus tres hijos adolescentes, harta ella y hartos ellos de ir siempre de vacaciones de fin de año a la granja en Texcoco en que el tío era feliz ordeñando vacas al amanecer, lo convenció de ponerlo a votación: -La democracia, Toño, nunca hace daño –le dijo y el buenazo del tío aceptó. Llamaron a los hijos, se les consultó y a coro respondieron: -¡Acapulco! –contaba la tía que él, sin alzar la voz, respondió: -Bueno, bueno… se acabó la democracia y a Texcoco –y tan tan.
El jueves pasado, en su gustada matiné, el Presidente anunció que en febrero del año que viene, enviará al Congreso sus iniciativas de reformas constitucionales al Poder Judicial, la ley electoral, la incorporación de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional y poner el apoyo a discapacitados en la Constitución.
Eso último está bien, ni quien diga nada, pero cuidado con las reformas al Poder Judicial para que los jueces y magistrados y los ministros de la Suprema Corte se elijan por voto popular, pues ya sabemos cómo se las gasta el gobierno a la hora de los comicios y es muy sabido que el Presidente trae entre ojos a la Corte y quiere demostrarle que él va derecho y nos se quita cuando de cobrar facturas se trata, porque se ofendió muchísimo cada vez que los ministros resolvieron sin darle la razón, porque no la tenía, por cierto (aparte del gustazo de tener una Corte amistosa, por decirlo suavecito)… y también cuidado con las leyes electorales porque muy clarito dijo el 30 de abril del 2021, que él quiere desaparecer al INE y que sea parte del Poder Judicial (antes domesticado, ¡qué vivo!), porque eso apesta a otra cosa que sabemos bien los que vivimos bajo el PRI imperial del siglo XX: no hay manera de sacarlos del poder cuando mangonean a instituciones electorales que dependen del propio poder político.
Así las cosas, recuerde usted que las reformas a la Constitución se aprueban primero por las cámaras de diputados y senadores del Congreso de la Unión que realmente se llama Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, y luego por 17 de los 32 los congresos locales (son 31 estados y la CdMx).
La aprobación de reformas constitucionales en las cámaras de diputados y senadores del Congreso es “por el voto de las dos terceras partes de los individuos presentes” (artículo 135 de la Constitución), esto es, conforme al Sistema de Información Legislativa de la Secretaría de Gobernación, si están presentes los 500 diputados federales, se necesita el voto a favor de 334 diputados y el de 85 senadores, si están todos los 128, aunque ahorita falta uno, hay solo 127… pelillos a la mar.
Como bien se sabe, el Presidente había dicho antes que enviaría estas iniciativas en septiembre del 2024, confiando en que antes, el 2 de junio de ese año, el voto del pueblo bueno, informado, politizado, responsable y feliz, feliz, feliz, le daría la mayoría calificada en ambas cámaras, esto es: dos tercios de legisladores en ambas cámaras, para poder hacer charamuscas con la Constitución, porque actualmente, Morena & asociados (Verde, PT y Encuentro Social), tienen 75 votos en la Cámara de Senadores con lo que les faltan 10 para llegar a los 85 (pero pueden ser menos si faltan senadores, ya ve que a veces van al baño a la hora de la votación… ¿para qué son los amigos?); y en la Cámara de Diputados tienen 275 votos, les faltan 59. Así no pueden modificar la Constitución.
Enviar las iniciativas después de las elecciones de junio, hasta septiembre del 2024, último mes de su mandato, naturalmente obedecía a que como ha quedado dicho, ahora no tiene esa mayoría calificada (hay quien escribe ‘cualificada’, pero no haga caso), pero algo cambió y se va animar a jugársela en febrero de 2024, antes de las elecciones del 2 de junio.
Algunos analistas especialistas en adivinar el futuro y lo que piensa el Presidente, afirman que quiere aprovechar la muina de Dante Delgado, el dueño de la franquicia de Movimiento Ciudadano (MC), quien después del ridículo espantoso que hizo con su candidatito a Presidente, el Samuelito García, se la quiere cobrar al PRI y al PAN y anunció rechinando los dientes, que MC se sale del bloque opositor. ¡Uy, qué miedo!
Si el Presidente de veras por eso quisiera anticipar el envío de sus reformas al Congreso, sería un señor tonto y será lo que usted quiera, pero tonto, no (para eso de las maniobras politiqueras, es ‘summa cum laude’, en serio). Él sabe que MC le daría 28 votos en la Cámara de Diputados y necesita 59; y en la de Senadores, MC sí le daría 13 votos que son tres más de los 10 que le hacen falta, pero se necesita que aprueben las DOS cámaras. Y eso no se lo da MC… si de veras votaran en bloque a favor de Morena porque ayer (en televisión y radio), aclaró Clemente Castañeda, coordinador de Movimiento Ciudadano en el Senado de la República, que no, que de ninguna manera, que junto con el bloque opositor o separados de él, no votarán a favor de esas reformas.
Y eso lo sabe el Presidente. ¿Entonces qué explica su prisa en mandar las iniciativas de reformas constitucionales?… pues… pues… quién sabe, pero puede ser (este menda no sabe, está suponiendo), que no le salgan las cuentas según las encuestas que manda hacer exclusivamente para él (eso sí es cierto), y que viendo verdaderamente imposible (como es), ganar la mayoría calificada en las dos Cámaras en los comicios del 2 de junio del año que entra, prefiera presentarlas de una vez y tener a quienes maldecir, a los de la mafia del Prian porque en 2024, recién elegido el Congreso por nosotros los cívicos integrantes del peladaje nacional, se vería fatal que hiciera pataleta.
El Presidente domina el arte de no aceptar sus derrotas, él nunca pierde. A lo mejor en 2024 instala un Congreso Legítimo, como cuando se hizo Presidente Legítimo. Está bien, lueguito se irá a su finca, sí, allá mero.