Ciro Castillo
Qué difícil escribir después de la pausa que implica la Semana Santa. Aunque se trata de una celebración meramente católica, tiene una serie de implicaciones sociales.
En las escuelas, en las oficinas públicas y privadas, y, en general, en toda la actividad productiva hay un período de asueto que se convierte, de una u otra forma, en un tiempo para disfrutar de una serie de destinos turísticos que tiene el país y sus 32 entidades federativas.
Es tal la efervescencia que, ni las oleadas de violencia que se viven sin distingo de regiones, merman el interés de las familias por tomar un descanso.
Tampoco la carestía provocada por la inflación hace que la gente no vaya a los distintos destinos turísticos, y cómo no hacerlo, si apenas hace tres años la vida era completamente distinta.
Un trienio atrás todos estábamos apanicados por la pandemia del covid19. Habían sido confirmados los primeros casos de coronavirus en México y también en Chiapas.
Nos resistíamos, pero la mayoría nos quedamos en casa. Sabíamos poco de la enfermedad y los rumores se multiplicaban, pero entendíamos que la mejor forma de prevenir es quedarse en aislamiento.
En ese entonces tocó ir a la siempre mágica San Cristóbal de Las Casas y un cordón de peligro advertía que no se podía caminar en los andadores. Los restaurantes sobrevivían con los pocos clientes que llegaban. Había que usar cubrebocas, gel antibacterial, lavarse las manos y el cupo era mínimo.
Este sábado, justo a tres años de aquella Semana Santa de 2021 que fue triste y angustiosa, Salud estatal solamente reportó un caso de covid19.
Ya es abril de 2023, el cuarto mes del año. La vida es diferente. Las calles de San Cristóbal son arroyos de gentes que van y vienen. Hay locales, estatales, nacionales y extranjeros.
Ahora el que usa cubrebocas es mal visto o, al menos visto con recelo. Ya nadie tiene miedo de la enfermedad. Los protocolos prácticamente son historia.
En San Cristóbal hay cierto miedo. Se habla de problemas de inseguridad provocadas por grupos de delincuentes. Se habla de “motonetos”. Se habla de un presunto grupo de autodefensa que ha aparecido en El Valle del Jovel. Se habla de disparos en la zona del mercado Castillo Tiélemans en pleno sábado de gloria cuando se quema a Judas, el que traicionó a Jesucristo. Se dice tantas cosas pero este pueblo mágico está repleto, alegre. Como cambia la vida en un abrir y cerrar de ojos…
Aspirantes y suspirantes
La vida en general no se detiene y la política menos. Los que aspiran y los que suspiran no paran. En el Estado de México, por ejemplo, arrecia el golpeteo entre Alejandra del Moral y Delfina Gómez.
La primera representa al pasado, al viejo PRI y la segunda, al partido Morena, cuyo mayor promotor es Andrés Manuel López Obrador, quien antes de irse de vacaciones anunció “la segunda nacionalización de la industria eléctrica” con la compra de 13 plantas a la española Iberdrola.
En Chiapas, Eduardo Ramírez no deja de hacer uso de las redes sociales para expresar que está ahí en la línea de batalla, dispuesto a hacer ganar a Morena, si así lo decide la cúpula del “partido guinda”, quien, todos sabemos, depende del dedo de Andrés Manuel López Obrador.
El comiteco siembra un árbol y destaca que el cuidado de la naturaleza es un gran ejemplo que se le puede dar a las nuevas generaciones. También se da tiempo para felicitar a Manuel Velasco, exgobernador de Chiapas por su cumpleaños, así como para celebrar el Día Mundial de la Salud y para retratarse con Luis Armando Melgar Bravo, actual diputado federal por el Partido Verde.
Lo dicho, el senador chiapaneco está en lo suyo, haciendo alianzas; no hay que perder tiempo, ni en vacaciones.
Zoé Robledo también pisa el acelerador y, con todo y la alta responsabilidad de dirigir al IMSS, se da tiempo para hacerse notar.
Hace unos días se reunió con parte de su estructura electoral y les dijo que no, que él no quiere acarreados. Que quien vaya con él tiene que hacerlo convencido.
Se va a las playas de Chiapas, pero, como lo ha venido haciendo desde hace una década, se junta con varios centenares de voluntarios para limpiar los destinos turísticos que, dicho sea de paso, en esta temporada siempre quedan contaminados porque no tenemos cultura del cuidado del ambiente.
Logran recolectar más de 24 toneladas de basura en al menos 13 playas. Tarea cumplida…
Aderezos
-Nos tocó hacer una parada a la orilla de la carretera de Tuxtla a San Cristóbal donde se han colocado varios restaurantes. Del sabor de la comida y de la atención ni qué decir, pero duele ver la tremenda deforestación que hay en la zona, la cual se ha acumulado por décadas…
-A propósito, y lo hemos denunciado en muchas ocasiones, no entendemos por qué ha tardado tanto la sonada ampliación de la “autopista” Tuxtla Gutiérrez – San Cristóbal. ¿No hay nadie que pueda jalar las orejas a la concesionaria? Española por cierto…
-Nuestro reconocimiento para todos los cuerpos de seguridad que, calladitos, hacen una gran labor en estas temporadas vacacionales. PC, Bomberos, policías, agentes de tránsito y demás corporaciones…
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(Foto: Viacrucis en Barrio de Mexicanos, en San Cristóbal de Las Casas)
