Ciro Castillo
Siendo honestos, creo que a muchos nos gustaban aquellos tiempos cuando los políticos que cumplían un ciclo, se iban a su casa y no se les volvía a mirar ni el pelo. Obvio que la mayoría llevaba torta bajo el brazo.
Con algunas excepciones, la mayoría había fallado en sus encargos y no les quedaba más que enterrar el pico, y, como se dice coloquialmente “calladitas sus bocas”.
En qué momento se rompió ese molde. Expresidentes y exgobernadores comenzaron a creer que podrían dejar el cargo y seguir mangoneando o influyendo en asuntos públicos.
Ha pasado en el país con los panistas Vicente Fox y Felipe Calderón, como si ellos hubiesen marcado la diferencia. Uno prometió el cambio y no lo consiguió; el otro, golpeó el avispero sin medir consecuencias.
Con Peña Nieto ha sucedido algo distinto porque parece haber un pacto “bajo el agua” con Palacio Nacional, pero también anda exhibiendo su vida amorosa, como para que digan todos: miren, vivito, coleando y gozando.
Pasa lo mismo en Chiapas. Fue Pablo Salazar (cargado de soberbia) quien inauguró esa moda de que los exgobernadores querían seguir manipulando tras bambalinas, y por eso le fue como le fue.
Luego llegó Juan Sabines y Manuel Velasco, quienes quisieron hacer lo mismo, incluso con mayor descaro. De hecho, ahí siguen, pero usted mismo puede sacar sus conclusiones…
Albores, el viejo
Horas antes de que se concretara la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) respecto al asunto de límites entre Chiapas y Oaxaca, Roberto Albores Guillén usó las redes para mandar una carta, como tratando de dar lecciones de gobernabilidad.
“Está por estallar un grave conflicto entre Chiapas y Oaxaca; en sus manos se encuentra desactivar la bomba que provocará violencia, encono y posibles muertes entre estados hermanos”, se atrevió a decir el comiteco, quien debiera disfrutar los frutos de su paso por palacio estatal y nada más.
“Es una provocación irresponsable poner sobre la mesa, en este momento y sin acuerdos mutuos, el asunto de los límites en las dos Entidades Federativas”, manifestó y algunos le hicieron fiesta.
“… urge una tregua política y aplazar la resolución de marras; es un asunto y problema nacional de primer orden y de inmediata atención…”, indicó el acérrimo rival del EZLN, quien una vez que se concretó el fallo volvió a utilizar la misma vía para, según él, alzar la voz por los chiapanecos.
¿En realidad le corresponde a un ex mandatario alzar la voz por los que un día gobernó? Creemos que no. Para eso están las instituciones y los mandos actuales. Un poco de respeto no caería mal…
Curándose en salud
Un poco más moderado y pisando quedito, Juan Sabines Guerrero se pronunció respecto de la resolución de la Corte, pues, obvio, su sexenio tuvo mucho qué ver con este asunto que ahora nos tiene “con el Jesús en la boca”.
Antes de decir otra cosa, reconoció que “Rutilio Escandón y Alejandro Murat son políticos con oficio y experiencia dedicados a servir al Pueblo de México en sus respectivas entidades”, y por eso alcanzarán acuerdos.
“El mayor conflicto legal en la región nunca han sido los límites territoriales, sino el conflicto agrario de traslape de decretos presidenciales del Ejido Díaz Ordaz en Chiapas del presidente del mismo nombre y de Chimalapas del presidente Luis Echeverría”, expresó Sabines, en sus redes sociales.
“… en el resto de la franja que históricamente delimita a Chiapas con Oaxaca, las comunidades conviven en armonía, hacen comercio a diario, estudian en escuelas ubicadas en ambas entidades”, precisó.
Sus cuestionamientos
El ahora cónsul en Orlando, Florida, defendió la creación de Belisario Domínguez, la manzana de la discordia, pues sabe que el tema podría salpicarle y pronto.
Aseguró que “Chiapas ganó de forma DEFINITIVA todos los juicios y litigios ante la SCJN en Mayo 2012 por la reclamación 7/2012-CA, dejando firme la fundación” de este municipio y así lo demostraron las elecciones municipales, estatales y federales en 2012.
Tras asegurar que su gobierno “defendió a Chiapas” en diciembre de 2012 y a manera de conclusión, deja varias preguntas y retomamos algunas:
¿Hubo consulta a los pueblos indígenas que habitan en Belisario Domínguez?
¿Hubo peritajes? ¿Si los hubo quién y cómo los hizo? ¿cómo se pagaron?
¿Por qué aparecen en el litigio los estados de Tabasco y Veracruz cuando Belisario Domínguez solo colinda con Oaxaca?
¿Por qué la SCJN admitió el 20 de diciembre de 2012 una controversia de un hecho ya juzgado por el propio máximo tribunal?
¿Se están buscando soluciones o solo a quién echarle la culpa?
¿Por qué se habla de 160 mil hectáreas cuándo el Municipio Belisario Domínguez mide 84 mil hectáreas?
Aderezos
—Porqué Alejandro Murat ha celebrado sobremanera la decisión de la Corte sobre el caso Chimalapas…
—Le preguntaron a Carlos Morales cómo se imagina en 2024; estar vivo, respondió, con todo lo que ello implica…
—Ismael Brito hace piruetas en la Cámara de Diputados para que lo volteen a ver; cómo cambia el tiempo…
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