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San Cristóbal de Las Casas.- Desde las montañas del Sureste Mexicano, el Subcomandante Insurgente Marcos o Galeano, aseguró que en el tema de desplazamiento del nuevo poblado llamado 12 de Diciembre (nombre claramente subversivo) donde viven unos 160 zapatistas, no tomará venganza por la ley del talión ni métodos “humanitarios” del gobierno, sino con “sabiduría y serenidad”.
“Los compañeros y compañeras prefirieron desplazarse a darse de tiros con el MOCRI y protagonizar así una de tantas historias de enfrentamientos entre indígenas.
El crimen no quedará impune. Y no será aplicando la ley del talión ni usando los métodos humanitarios del gobierno. Se hará justicia, pero con sabiduría y serenidad.
Tal vez sirva también para que Garzón aprenda que el terror no se derrota con el otro terror que se esconde detrás de las leyes y los jueces, que tortura prisioneros y que ilegaliza las ideas”, cita en su más reciente comunicado.
El poblado 12 de Diciembre, originarios del pueblo Salina Cruz y el 2 de noviembre del año 2000, militantes de la organización MOCRI «asesinaron a Manuel Méndez Sánchez y a Gloria Méndez Sánchez.
Les tendieron una emboscada, los balearon y, aún moribundos, los machetearon”. “¿El motivo? Los dirigentes del MOCRI estaban en ese tiempo de tórrido romance con El Croquetas Albores y eran parte de aquella fracasada estrategia zedillista de compraventa de conciencias.
Manuel y Gloria, eran zapatistas y, como tales, promovían la resistencia. Con argumentos de palabra, Gloria y Manuel convencían a la comunidad de que resistiera y no aceptara las limosnas del gobierno.
Eso iba contra el presupuesto económico de la dirigencia del MOCRI y dieron el aval para el asesinato. Los del MOCRI además amenazaron al resto de los zapatistas con el mismo estilo que usó el gobierno para el reciente desalojo pacífico que tanta difusión mereció en la prensa mexicana: o se salían de zapatistas o tendrían el mismo destino de Manuel y de Gloria”, suscribe.
Señala que 12 de Diciembre, no es el único poblado zapatista amenazado de desalojo “no pongo los nombres de los que sí son para no descobijar a los que no son zapatistas”, pero asegura que todos los zapatistas que se encuentran en el mismo predicamento están ahí no porque carezcan de tierra o tengan el morboso placer de destruir la selva, “sino porque se han visto obligados a dejar todo para no engrosar el silencio con que el Poder y sus intelectuales sepultan la desgracia y la muerte de los indígenas mexicanos”.
“Hemos hablado con los representantes de esos poblados zapatistas y con las autoridades de los municipios autónomos que les corresponden. Ellos nos han comunicado su decisión de mantenerse ahí, aun a costa de su propia vida, mientras no se solucionen las demandas zapatistas”, asevera.
Finaliza este tema, dejando en claro “que es bueno que lo sepan todos y con tiempo: en el caso de los pueblos zapatistas no habrá desalojo pacífico”.
(Con información de Félix Camas)