Víctor Hugo Díaz, un americanista de hueso colorado en “Los Laureles”

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VÍCTOR GARCÍA

EDG INFO

Existen muchos personajes que hacen historia en distintas facetas de la vida cotidiana, y entre ellos ubicamos a Víctor Hugo Díaz Rodríguez, quien además de ser un aficionado de “hueso colorado” a las “Águilas del América” atiende con todo esmero su centro botanero conocido por muchos tuxtlecos como “Los Laureles”.

Platicar con el propietario del lugar ubicado en la 10 oriente entre la 2ª y 3ª sur en el mismísimo barrio de San Roque y muy cerca del panteón municipal, es conocer una historia que a lo largo de más tres décadas está llena de esfuerzos y de sacrificios para lograr ser un lugar muy visitado por personas de todas las clases sociales de Tuxtla Gutiérrez, quienes se deleitan con la variedad de botanas de la región.

Al entrar a este centro de esparcimiento espiritual, lo primero que salta a la vista son fotografías del América que lucen como un emblema del lugar y que es el reflejo de un fiel seguidor del equipo de Coapa y que con orgullo habla infinidad de maravillas de sus “Águilas”.

Víctor Hugo nos aclara que antes los botaneros tenían el nombre de cantinas, pero a raíz de que la autoridad municipal lo modificó pasaron a ser unos como bar diurno, otros como centros botaneros y restaurantes, de ahí que los “Laurales” no ha perdido esas raíces de popularidad de un lugar preferido de muchas y muchos tuxtlecos.

Recuerda que “Los Laureles” es una tradición familiar que es una herencia de su mamá de nombre Jesús y de su papá Vicente, quienes empezaron con el negocio en este mismo lugar, en donde su mamá atendía la cocina y su papá atendía las mesas y de ahí empezaron a tener más clientela que gustosos preferían visitarlos.

Menciona que desde muy joven se involucró en este negocio y a los 18 años ya con su esposa que también trabaja en el local, un día le dijo su mamá que ya no podía atender el negocio y se lo entregaron a él; por lo que está muy agradecido con sus papás por heredarles este valiosísimo patrimonio que sigue siendo el sustento familiar y “Los Laureles” un centro botanero con muchos años de existencia.

“Cuando empezamos era una cantina innominada (sin nombre), pero en una ocasión afuera del local crecían dos arbolitos de Laurel de la India y se dieron cuenta que eran muy significativos y es donde le denominan “Los Laureles” y hasta la fecha muchas y muchos tuxtlecos se deleitan con la variedad de botanas netamente de la región.

Nuestro personaje recuerda que desde niño como vivía por el barrio de San Roque le gustaba ir a ver los partidos de futbol en el campo de la Secundaria del Estado y de ahí le nació el gusto por este deporte que fue también una experiencia muy agradable en su adolescencia.

De cómo se volvió aficionado de “hueso colorado” al América?, -aunque su papá y sus hermanos le van al Cruz Azul-, testifica que en una ocasión estaba reunido con unos amigos en un restaurante conocido como los “Gemelitos” y por cierto iba a jugar el América contra el Atlante con varios partidos sin perder, en donde sus amigos le iban al atlante menos él y apostaron los refrescos; y para suerte ganó el América con la dirección técnica del entrenador Alejandro Scopelli y desde ese momento y de ese partido le nació el amor por sus “Águilas” que hasta la fecha sigue siendo “el equipo de sus amores”.

“Soy americanista hasta morir y voy a comentarte un anécdota: Estaba en mi casa y vi que paso una señora manejando su carro acompañada de sus hijos con banderas del América y desde ese momento dije: Cuando yo no esté en este mundo que me pongan en mi ataúd las banderas del América y que mis amigos se pongan la playera”, de esta manera remató la plática Víctor Hugo Díaz Rodríguez.

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