Varas disparejas: La Feria

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Sr. López

Ya sin duda ninguna de que la inflamación de vientre de la prima Minita (Romina le pusieron), era progresiva -curable, nada grave-, pero no causada por distensión muscular, proliferación bacteriana en intestino delgado, hipersensibilidad visceral, colon irritable, acumulación de gases por microbiota alterada, gastritis atrófica, ni nada relacionado con el sistema digestivo sino únicamente, con el reproductivo -cuyo origen no requiere explicación; no aplican restricciones-, y tomando en cuenta su estado y edad (soltera, 16 añitos), su señor padre, tío Marcial (de los de Autlán), se puso como Otelo en el quinto acto (cuando estrangula a su señora esposa, Desdémona, tan decente ella), y juró por los cielos y los infiernos, que mataría al que había “manchado el nombre” de la familia y que su hija se iba directito a un internado de monjas en Irlanda. Minita estaba con los pelos de punta y su mamá, tía Sarita, nomás lloraba… que fue cuando entró en escena la abuela Elena (la jalisquilla también, del lado paterno), bravísima y de mecha muy corta: -Deja las payasadas, Marcial ¿o ya se te olvidó que tu primer hijo nació y muy grandote, a los cinco meses de la boda? -Nadie de la familia conocimos Dublín; a la fecha.

Antier domingo, la Secretaría de Gobernación informó que “contuvo” un grupo de migrantes que intentó cruzar la frontera de manera violenta. Nuestro aguerrido secretario de Gobernación, Alfonso Navarrete Prida, declaró garboso (¡sacando pecho!): “El Instituto Nacional de Migración va a proceder a deportar a los que intentaron ingresar violentamente (…)”; y no solo eso, sino dos cosas más, igual de importantes (si esto es país serio): “Habrá deportados, serán la gente que hemos identificado como personas violentas que interrumpieron el orden legal mexicano. La actuación será con firmeza”; y que (más importante): “Tenemos certeza de que no hay heridos por arma de fuego; no hay heridos de bala en este momento y mucho menos ante un intento violento de irrumpir, y por la respuesta agresiva que hemos tenido por parte de Estados Unidos”… sí, de Estados Unidos, que esa frontera sí es sagrada para nuestro gobierno federal.

Y ayer lunes (como para que veamos que con el estado de derecho en México, no se juega), se nos hizo saber que la Segob deportó a 98 migrantes luego de los hechos violentos ocurridos en la frontera con el territorio del tío Sam (no pone citas este menda porque toma la información de varios diarios y agencias, nacionales y extranjeros: no es fusil, es falta de espacio).

Y si usted tuvo un rato libre en el medio tiempo del futbol o antes de “La Voz”, debe haber visto en algún noticiero de la televisión, a nuestros policías federales arreando migrantes para el sur, y a los agentes yanquis disparando (balas de goma y granadas de gas lacrimógeno), también para el sur (hacia México), que sería muy divertido hacerlo al revés, para que viera la clase de tuitazo que nos colocaba el Trump, si no es que algo peor, nomás recuerde que por la barbaridad en marzo de 1916, de Pancho Villa en Columbus (que está pegadito a la frontera, se llega caminando), mandaron 10 mil soldados al mando del general John J. Pershing, que anduvieron paseando casi un año hasta 600 kilómetros dentro de nuestro país, hasta que asoleados de más, mejor se fueron a la guerra en Europa (vino francés en lugar de pulque, fresquito el clima y las francesas… ¡oh là là!).

Sin que este menda se ponga en plan pesado: ¡qué desvergonzados!… porque desvergonzado es el que no tiene vergüenza, el sinvergüenza.

O sea: a nuestros policías se les dan órdenes para que se replieguen y pueda entrar quien quiera por nuestra frontera sur, pero a esos mismos policías, se les ordena cuidar la frontera norte y ¡ay del que intente mancillar con sus plantas el suelo yanqui!… no solo “va pa’tras”, sino que por andar a los empujones: ¡deportados!

No sostiene López que haya “seres humanos ilegales”, aunque hay quienes cometen actos ilegales… como meterse a otro país sin permiso, lo que rifa de ida de vuelta: tampoco tenemos derecho nosotros de meternos a los EUA por nuestras pistolas, aunque sea con la muy noble intención de trabajar. No existe ese derecho mientras haya fronteras. Ya dentro de unos 2 mil años, el mundo será uno (si queda mundo), pero no ahorita.

Lo siento, pero no tiene ese derecho ningún mexicano, aunque sea políticamente incorrecto decirlo, pero es la verdad (y tampoco tiene derecho el bárbaro del Trump de separar niñitos de sus papás, estrategia de terror que no se le ocurrió ni a Hitler en su más negra noche urdiendo cómo hacer sufrir a la gente)… otra cosa es que el gobierno yanqui se hizo de la vista gorda mientras entraron millones de mexicanos ilegalmente a su país, porque les convenía: mano de obra barata y sin derechos, y ahora, como ya no necesitan más trabajadores… ¡ah, la ley!, y a deportar a los que recibieron con tan perverso gusto años y años, para exprimirles el tuétano en trabajos a mitad del salario mínimo de allá… pero eso es otro asunto.

Dejando de lado eso y el cuento de que somos el país campeón del humanismo y apoyo a migrantes y perseguidos (pregúntele a los chinos), lo de hoy es que varios miles de centroamericanos han cruzado ilegalmente nuestra frontera sur, rumbo a los EUA y eso es lo grave: no entraron como siempre, a la chita callando, sino en caravana y el gobierno de los EUA no se puede hacer de la vista gorda (y le cayó de perlas al discurso político del Trump).

Según el Representante en México del Alto Comisionado para los Refugiados de la ONU, Mark Manley, casi 14,500 personas solicitaron refugio en México en 2017, y según él: “(…) México puede absorber este número de solicitantes”.

¿Sabe qué Manley?: NO. No con el desempleo y la pobreza que tenemos. Primero, lo primero.

Y poner a nuestra policía a cuidar la frontera yanqui es, lo menos, falta de dignidad, hay veces en que por respeto propio, hay que dejar que arda Troya. Aparte de que es medir con varas disparejas.

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