Tragedias: Ensalada de Grillos

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Ciro Castillo

—Líder, hay que darle forma a los apoyos—, dice un hombre de camisa a cuadros y dientes postizos, blancos y grandes como unas pastillas de chicle.

—Claro, pero la gente tiene que colaborar, no entiende-, responde el líder, pelo entre cano, camisa blanca y pantalón de mezclilla, quien no para de gesticular. Hace muecas para todo.

Se queja de que en este gobierno transformador les han querido entregar 500 o 600 apoyos de fertilizantes, pero requieren al menos cinco mil. Habla de un municipio cercano a Comitán. Es claro que la 4T destetó a los “líderes campesinos”.

—Con 500 o 600 no hacemos ni madres—, prosigue, completamente despreocupado de la pandemia del COVID19 que, esta mañana ha cobrado la vida del presidente municipal de Jiquipilas, Carlos Calvo Martínez, quien era conocido como “el comandante Cobra”, pues antes fue policía.

Son casi las 12 del día y los tres hombres, conversan y ríen con desparpajo, como aquella gente que ya tiene la vida resuelta. Son “dirigentes” de organizaciones del campo, de los que entran flacos y salen regordetes, porque se acostumbran a saltar como chapulines, de restaurante en restaurante.

A mi lado y a unas horas de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación despenalizara el aborto, un hombre alto y robusto regaña a una mujer, a quien un minuto antes le ha dado un beso en la boca.

—Si no vas a obedecer, entonces te va cargar la chingada—, le dice con total desenfado.

—Supiste que murió el presidente municipal de Jiquipilas—, arguye la dama, tras asentir y aceptar la advertencia de su pareja. Quiere cambiar la plática. 

—Ese cabrón era un pinche bandido, pero bueno, ya murió—, complementa el hombre que viste como una especie de vaquero moderno: pantalón levis de mezclila azul, camisa a cuadros y botas de punta cuadrada.

Tú tienes un don, puedes saltar de partido en partido y no pareces chaquetero, afirma el “líder campesino” a uno de sus subalternos en la otra mesa y suelta la carcajada, mientras yo pido mi segundo café de la mañana y me apresuro a terminar mi panqué de vainilla…

Peleles

Andrés Manuel López Obrador tiene fama de “terco”. Es de esas gentes que no se rinden a la primera. Cuando tiene algo en la mira, no para hasta que lo consigue.

El miércoles reiteró que seguirá la política de contención migratoria en la Frontera Sur; sin embargo, aseguró, no somos peleles ni empleados del gobierno norteamericano.

Hizo alusión al escritor Lorenzo Meyer, quien le criticó un doble discurso: por un lado, México envía ayuda en barcos a Haití y por el otro, contiene con fuerza a los habitantes de ese país que han llegado a Tapachula, Chiapas, en busca del sueño americano.

AMLO insistió en que se contiene a los indocumentados en la Frontera Sur, porque dejarles avanzar sería ponerles en mayor riesgo en el Norte de la nación mexicana, donde han ocurrido vejaciones y hasta ejecuciones de migrantes, antes y en este sexenio.

Este jueves, Marcelo Ebrard estaría en Estados Unidos ante la vicepresidenta Kamala Harris, para, de nuevo, abordar la problemática migratoria y entregar una carta. Veremos…

Vacunación a menores

A propósito de tercos, el senador Eduardo Ramírez ha dado varias muestras de que no se amedrenta. Seguro, como todo ser humano, tiene miedo, pero no se dobla. 

Recuerdo con claridad cuando le vistieron de mujer cuando era Secretario de Gobierno; a los pocos días me concedió una entrevista en la que aclaró el sentido de ese episodio que, muchos, quisieron ver como el fin de su carrera política.

Esta semana, contra viento y marea, abordó el tema de la vacunación en menores de edad.

Consideró “necesario incluir a los menores de edad en el Plan Nacional de Vacunación del Gobierno Federal”, a pesar de que Hugo López-Gatell, más quemado que una tortilla olvidada en el comal, opina lo contrario.

El senador chiapaneco, basado en amparos concedidos por jueces federales emitió su opinión, a pesar de que sabe, nada a contracorriente. 

Sus expresiones (lo ha de tener clarito) pueden no gustar en Palacio Nacional; sin embargo, le hacen ver como un político con carácter, que sabe afrontar las situaciones y le pone “estrellitas” en la frente con sus posibles electores, cuando sea el momento…

Tula, tragedia

Cuando Zoé Robledo tomó la titularidad del IMSS, escribimos que quizá había caído para arriba.

Hacerse cargo de una institución de ese tamaño y con las problemáticas añejas no es tarea sencilla, a pesar de los apapachos y espaldarazos presidenciales.

Hace algunas semanas, el nacido en Tuxtla Gutiérrez fue noticia porque le mandaron a coordinar una campaña de apuntalamiento de vacunación anti COVID19 en Chiapas.

A quién le dan pan que llore, dijimos, pues si Robledo Aburto tiene aspiraciones para 2024, pues tiene que cacarear el huevo; y lo hizo bien.

Ahora, con los 16 muertos en una clínica del IMSS, en Tula, Hidalgo, resultado de una inundación, el funcionario tendrá que plantar cara y mostrar de qué está hecho. Así es la política, tan impredecible. A veces quita y a veces permite la revancha…

Aderezos

—Le andan tundiendo a Don Plácido Morales, porque en los corrillos políticos se dice que, en caso de un eventual interinato en Chiapas, él sería el palomeado. No hay que comer ansias…

—La amiga Elizabeth Escobedo recibió sus papeles que la acreditan como diputada local. Los que saben entienden de dónde llegó el “guiño”. Bien merecido…

—Esta semana fue el Día Internacional del Periodista y nadie se acordó de mí. Bueno, los de Coppel sí…

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