Sr. López
Tío Lucio tuvo trece hermanos en el Autlán de principios del siglo pasado; era el mayor de todos y eso era importante porque don Lucio, su papá, siempre dijo que sería su único heredero pues no quería que se dividiera el “rancho”, hacienda que medía en jornadas a caballo: -Pa’llá, dos semanas al paso… pa’l otro lado, poquito más -entre más viejo se hacía su papá, más iba tomando el mando tío Lucio y peor maltrataba a jornaleros, caporales y a sus hermanos, hasta que en una sobremesa de domingo, con todos presentes, el viejo anunció que Lucio ya no iba a heredar, porque si era mala persona sin ser dueño de nada, luego sería peor, y que luego ya sabrían todos cómo había dispuesto su testamento, cuando Dios mandara por su alma, que fue no mucho después.
Decía la abuela Elena que todo el pueblo se alegró.Sabida es la afición del actual Presidente de nuestro país a ver adversarios hasta detrás de las macetas y a buscarse enemistades que la verdad, la verdad, no serían tantas si agraviara a menos. Insulta o estigmatiza al que le place y a lo que le viene en gana, universidad nacional, clase media, científicos, periodistas, clase política… pocos escapan a sus creativos improperios.
Aparte, él no lo sabe, pero él mismo es el principal elemento disruptivo de su movimiento, Morena, al que por su natural desconfiado y por la dicha inicua de ser el mandón único, le impidió consolidarse como partido político, con vida interna propia, formando cuadros y propiciando liderazgos; situación que agravó al anticipar exageradamente el nombramiento de sus posibles sucesores, desatando una guerra intestina que mal se disimula, por conseguir ser el elegido candidato a la presidencia de la república, por él, el Dedo Supremo.
Claudita, Marcelo y Adán Augusto, están en plena campaña para conseguir la complacencia de su líder, todos confiando que Ricardo Monreal está fuera de la competencia y bajo un intenso ataque que lo debería neutralizar o, mejor aún, obligarlo a dejar las filas de Morena para ser así, blanco indefenso de toda descalificación. Tal vez acierten pero hay triunfos que cuestan más al vencedor que al vencido.
Ayer, Ricardo Monreal recibió el apoyo por escrito de 87 senadores del total de 128 que conforman la Cámara, expresando su repudio a los ataques que recibe. Firmaron la declaración conjunta en apoyo a Monreal, 38 senadores de Morena (del total de 61 que tienen), 13 del PAN (de 20), 12 del PRI (de 13), 12 de Movimiento Ciudadano (todos), cinco del Verde (de 6), tres del PRD (todos), y cuatro del Grupo Plural (de 5).
Esa es fuerza política y no babas de perico. Esos 87 son más de los dos tercios de senadores, que hacen la mayoría calificada (85) necesaria para aprobar cualquier cambio a la Constitución y más que sobrada mayoría simple para lograr cualquier cambio legal.
El precio por la derrota de Monreal en pos de la candidatura presidencial por Morena, fue perder el Senado completo y el Senado es indispensable para cualquier cambio legal, ya sea Cámara de origen o revisora. Y ya es un hecho, ya lo perdieron, por su puro gusto, por creer de veras que el Presidente come lumbre, masca rieles y si quiere, vuela. No, no damas y caballeros, en política hay muertos que matan.
La reforma electoral en la Constitución o -tramposamente- en leyes secundarias, necesita del Senado. Sin Senado no hay Congreso, que el Poder Legislativo federal son las dos Cámaras.
Y no está exagerando este menda, la declaración conjunta dice muy clarito que los 87 firmantes, están “En contra de la confrontación y en favor de la armonía, mostramos nuestra solidaridad al senador Ricardo Monreal Ávila, ante un gobierno que utiliza de manera sistemática, ilegal e impune nuestros recursos públicos para fines de persecución y acoso”.
Léale bien: están en contra del gobierno al que señalan de actuar sistemáticamente de manera ilegal… y no hay más gobierno que el de Andrés Manuel López Obrador. Y es importante señalar que no es documento firmado por amigotes de parranda, no, que lo firmaron también los líderes parlamentarios del PRI, Miguel Ángel Osorio Chong; Movimiento Ciudadano, Clemente Castañeda; del Partido de la Revolución Democrática, Miguel Ángel Mancera; y del Partido Verde Ecologista de México, Manuel Velasco (¡Manuel Velasco!, al que no calienta ni el Sol después de que aparecieron los videos de los hermanos del Presidente recibiendo sobres con dinero, chistecito responsabilidad innegable de él).
Y para acabarla de amolar: este desastre, verdadero cataclismo interno de Morena, tiene un único origen: sacar a Monreal de la competencia por la candidatura a la presidencia de la república… bueno, no lo será por Morena pero no es difícil que se les aparezca por otro partido, lo que significaría que no consiguieron el objetivo y en el camino perdieron el Congreso. Mal asunto cuando las cosas del país se deciden hepáticamente o por andar prestando oídos a chismes como los de Claudita, atribuyendo a Monreal la pifia electoral de ella en la capital del país en el 2021. Monreal consiguió por sus purititas pistolas lo que no lograron los opositores después de meses de pláticas, dimes y diretes: unir a todos, en este caso, todos unidos en torno a él. Algo tendrá.
Por supuesto la declaración conjunta de ayer no va a cambiar el estilo mañanero. No sería de sorprender que a los 87 les endilgue el Presidente algunos de los insultos selectos de su amplio repertorio. A nadie importa.
Si alguno de sus cercanos le es leal, debe advertir al Ejecutivo que él está aglutinando, conformando y fortaleciendo, una verdadera oposición dispuesta a ceder en todo con tal de verlo derrotado y abortarle su proyecto político. Apostar a que nadie se ofenda y que todos se tomen a la ligera la diatriba y la descalificación, es desconocer la naturaleza humana para la que el odio y el rencor, son fuerzas más poderosas que el interés, el miedo o el amor. No se puede insultar, despreciar y ningunear a todos porque todos son más que uno.