Tiradero

0

LA FERIA/Sr. López


La siempre sabia abuela Elena -contado por ella-, ayudaba a su hija mayor, tía Elenita, con los preparativos de su ya inminente boda, quien le dijo que para la luna de miel quería comprar ropa de dormir “muy bonita”, y la abuela ilustró a su hijita: -Como quieras pero si algo sé, ni la vas a estrenar -no la estrenó, decía la abuela con su mirada sonriente.

Hay cosas muy previsibles y a veces se agradece. En esta ocasión el junta palabras escribe para ser publicado el lunes sin saber cómo resultaron los comicios del domingo, para elegir al Poder Judicial del Bienestar, pero sabe sin temor a equivocarse, cuáles serán las declaraciones de nuestras rumbosas autoridades y las del partido único nacional que hoy campea por sus fueros en México:

“Triunfó la democracia. Fiesta popular. Elecciones en paz. El pueblo manda. Nunca más jueces de privilegio. Se acabó la corrupción judicial”. Ni que fueran tan creativos.

Si votó muy poca gente, dirán que es mejor que antes, cuando el Ejecutivo ponía a dedo a los jueces (que no es cierto, el Senado elegía a los ministros de la Suprema Corte y si no, entonces el Presidente los nombraba, como último recurso; a jueces y magistrados, los elegía el Consejo de la Judicatura Federal, integrado por miembros designados por el Ejecutivo, el Senado y el Pleno de la Suprema Corte… no eran enchiladas).

Si votó no tan poca gente, se repite lo de que es mejor que antes. Si votó mucha, muchísima gente… no dirán nada porque no sucedió.

Lo de ayer se hizo a trancas y barrancas, haciendo caso omiso del escándalo que en el mundo civilizado provocó esta elección del Poder Judicial federal. Y Mintiendo. El mero mole cuatrotero.

Doña Sheinbaum, dijo en X el 23 de agosto de 2024: “Información muy relevante: en 43 de los 50 estados de los Estados Unidos de América se eligen los jueces por voto popular”. Mentira. En los EEUU no se elige a ni un juez federal. Cero. NI UNO.

Solo eligen por votación popular a los jueces locales de trece estados (13), más ocho estados, en que los partidos políticos eligen candidatos y se votan. En otros 21 estados usan el ‘Plan Misuri’ (una comisión formada tres ciudadanos, tres abogados y el presidente del Tribunal Supremo, selecciona candidatos por su mérito y el gobernador escoge uno de los que le proponen); en otro estado, Michigan, usan un sistema casi idéntico al ‘Plan Misuri’; en dos estados los elige el congreso local; y en 5 los pone el gobernador, ahí sí, a dedo.

Y hay un detallito que la señora del bastón de palo no mencionó: en los EEUU, esos jueces no deciden NADA, resuelve un jurado popular. Es su modo y todo es jurisprudencia (‘Common Law’, la Ley Común, más sus leyes y normas, claro, pero prevalece la jurisprudencia, los precedentes, mejor dicho). No es por ofender pero el sistema yanqui es muy defectuoso… prescinde de cositas como ¡el Derecho Romano! Como sea, lo que afirmó la señora de Palacio fue mentira, redonda.

Y además, en los EEUU, para ser juez la formación jurídica es indispensable, no se crea que eligen a cualquiera; se fundamenta en estudios académicos muy exigentes y de caso (de precedentes como quedó dicho arriba), sistema originado en la Universidad de Harvard en 1870 y adoptado por el país entero. Sí importa dejar muy, muy claro que no van de candidatos a jueces los más simpáticos, no, es requisito ser aprobado por la Barra Americana de Abogados.

Pero en ningún país del planeta se elige por voto popular a los juzgadores federales, ni en Bolivia, donde desde 2011 y a iniciativa impuesta por Evo Morales (ese encanto de señor), se elige así al Tribunal Constitucional Plurinacional, al Supremo de Justicia, al Agroambiental y al Consejo de la Magistratura, con pésimos resultados:

En la primera elección la de 2011, el entusiasmado electorado boliviano, anuló el 57.67% de los votos y solo fue válido el 21.33%; luego, en la elección del 2017, la gente anuló más votos, el 64.98% y los válidos bajaron al 19.02%; para la elección del 2023, la gente se llevó la sorpresa de que los jueces, se prorrogaron a sí mismos su mandato (¡olé!), y finalmente los comicios fueron el 15 de diciembre del 2024 (y esta vez, mágicamente el electorado nada más anuló el 33% de las boletas… ha de ser).

Ese Tribunal Constitucional boliviano elegido según los dictados de Evo Morales, le aprobó un tercer mandato presidencial contra lo ordenado por su Constitución. Y esos mismos tribunales de don Morales, metieron a la cárcel a la presidenta Jeanine Áñez, quien asumió el cargo después de la renuncia de don Evo (por orden de sucesión le tocaba), pero igual le recetaron 10 años de prisión, sigue presa, lleva cuatro años.

Así es la justicia aplicada por jueces electos por el pueblo sabio, de entre candidatos puestos al gusto de la casta política.

El actual presidente del Tribunal Supremo Electoral de Bolivia, Óscar Abel Hassenteufel Salazar, declaró en diciembre del año pasado, con motivo de las elecciones últimas, las del 15 de diciembre de 2024, que “a los bolivianos no les gusta este tipo de elección de jueces”.

En Bolivia, ahora, la pregunta es si esas fueron las últimas elecciones de jueces porque ha sido un fracaso terrible y su ciudadanía se siente engañada: se partidizó la justicia, nada más. En las mediciones del Proyecto de Justicia Mundial, el sistema judicial de Bolivia en 2015, estaba en el lugar 94 (de 142 países); en 2017, bajó al 106; al lugar 119 en 2019, y en 2023, quedó en el 131. Van rebien.

El actual caso mexicano es escandaloso. Somos un país en el que en 1533 doce años después de la conquista, ya teníamos cátedras de leyes porque la corona española consideró indispensable formar juristas acá para tener juzgadores propios, con estudios de derecho, con experiencia y cualidades: ahí empezó a estructurarse la judicatura mexicana. Con todos los errores y fallos propios de toda actividad humana, México dio al mundo no solo grandes juristas sino tribunales respetados.

Y… bueno, ya estaremos como Bolivia, viendo cómo arreglar el tiradero.

Deja una respuesta