Tiempo de muros y redadas

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Juan Carlos Gómez Aranda*

Ver ondear una bandera mexicana en medio del humo y el estruendo de una protesta violenta en Estados Unidos produce un nudo en la garganta. Se mezclan el orgullo y solidaridad por lo nuestro con la pena y negación por la agresividad y vandalismo; la rabia ante la injusticia con la preocupación por la forma de reclamarla.
Las relaciones entre México y Estados Unidos han estado marcadas por la tensión entre lo simbólico y lo real.

Desde la firma del Tratado de Guadalupe Hidalgo en 1848, pasando por la migración bracera y los más de 70 acuerdos vigentes en temas comercial, migratorio, de seguridad y cooperación en múltiples sectores, hemos convivido con una vecindad desigual, pero inevitable y esperanzadora.

Esa relación enfrenta hoy nuevas turbulencias. La narrativa antinmigrante ha vuelto a ocupar espacios en el discurso político. Las redadas recientes en ciudades como Los Ángeles, Nueva York, Dallas, Houston, Chicago y otras, exhiben una política de mano dura y resentimientos. No obstante, nuestros connacionales y descendientes integran una comunidad que trabaja, paga impuestos y mantiene en pie buena parte del aparato productivo de aquel gran país al que ya pertenecen.

Frente a los grupos violentos que se manifiestan con furia están los millones de ciudadanos de origen mexicano que cada día abren sus negocios, cuidan enfermos con abnegación, cultivan y cosechan productos de la tierra o visten el uniforme militar con lealtad. Lo mismo podemos decir de ciudadanos de Centro y Sudamérica que marcharon tras el sueño americano.

No es menor el dato: Los Ángeles es la ciudad en los Estados Unidos y una de las grandes poblada por personas de origen mexicano. Esa cifra basta para entender que estamos entrelazados por algo más que un tratado: nos unen la geografía, la sangre, la historia, los lazos familiares y un destino común.

En ese contexto, cualquier insurrección puede convocar a miles, pero la gran mayoría de nuestra gente allá sigue haciendo lo que sabe hacer: trabajar con dignidad y servir con orgullo.

Por eso, cuando vemos una bandera mexicana izada en medio del caos, no podemos perder de vista el fondo: no son los símbolos los que fallan, sino quienes los usan para dividir. Así como no se puede condenar la violencia sin atender la injusticia que la provoca, tampoco podemos permitir que la legítima defensa de derechos se contamine con actos que niegan la razón.

Las relaciones entre México y Estados Unidos no son un episodio: son moneda de dos caras. Reflejan interdependencias, contradicciones y necesidad mutua. La historia ha mostrado que, más allá de los discursos de odio, existe una historia de cooperación que debemos fortalecer. Hoy más que nunca, la dignidad debe ser el hilo conductor, no la estridencia. Ni muro, ni sumisión. Sólo una ruta: respeto, diálogo y responsabilidad compartida.

En Chiapas, el Gobernador Eduardo Ramírez llama a dos millones de chiapanecos en EU a manifestarse en paz, mientras concentra esfuerzos para impulsar la economía en regiones estratégicas del estado

Ante las manifestaciones del pasado fin de semana en contra de las deportaciones de extranjeros en ciudades de Estados Unidos, el Gobernador de Chiapas hizo un llamado a sus paisanos a expresarse de manera pacífica y respetuosa. La contribución de ciudadanos de origen chiapaneco es enorme, tanto como el apoyo que brindan a sus familias. En el primer trimestre de 2025, Chiapas ocupó el cuarto lugar nacional en la recepción de remesas con 972.4 millones de dólares, según el INEGI.

Mientras tanto, el Gobernador Eduardo Ramírez anunció que su gobierno, junto con el de la Presidenta Claudia Sheinbaum beneficiarán, a partir del 11 de julio, todas las inversiones que se establezcan en los Polos de Desarrollo Industrial del Soconusco pues podrán acceder a una tasa preferencial de 0 % en impuestos federales y contribuciones locales. El reto es que estos beneficios se amplíen a la franja fronteriza con Guatemala para atraer nuevas inversiones.

Estas medidas se suman a otros proyectos como la Línea K del tren que cruzará la Costa de Chiapas desde el Interoceánico hasta la frontera con Guatemala que irradiará beneficios al Soconusco y Centroamérica. Igual sucederá en la zona Norte del estado, donde el Gobernador Ramírez dio hace días el banderazo de salida a la nueva super carretera que unirá Palenque con Ocosingo y después con San Cristóbal de Las Casas, ofreciendo nuevas perspectivas sociales y económicas a la entidad.

En tiempos de muros y redadas, en los Estados Unidos, en México y en Chiapas los mexicanos trabajan con denuedo por sus familias y por su país.

*Coordinador de Asesores del Gobernador de Chiapas y de Proyectos Estratégicos

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