Sr. López
Tía Maru se quedó para vestir santos, como antes se llamaba a la feliz soltería permanente. Y se quejaba mucho, porque en el Toluca de la primera mitad del siglo pasado, para una mujer, no casarse era tragedia. Según ella, gente mala y envidiosa “le había hecho mala fama”. Daba mucha lata con eso, era su tema preferido, hasta que hartó a la abuela Virgen (la de los siete embarazos), que un día le puso el alto: -¡Ay, Maru!, yo no conozco señora decente a la que le hayan podido hacer mala fama –enmudeció el palenque. Es cierto.
Decíamos ayer, como no dijo Fray Luis de León pero sí dijo Unamuno creyendo que citaba al fraile… decíamos ayer que el principal problema de México, es el crimen organizado. Y advertíamos que siendo clamor en el mundo la sospecha de que Morena y su presidente, Mario Delgado, tienen nexos con organizaciones criminales, doña Sheinbaum no lo sabe, ni sospecha que la infiltración de los carteles del crimen en la vida política nacional, es el principal peligro para el país. Lo es.
Aparte de señalamientos de políticos y periodistas de México, son muchos los trompetazos de aviso desde la prensa extranjera de mayor prestigio; son no pocas las airadas acusaciones de congresistas de los EUA, junto con reclamos de sus agencias de seguridad por la actual falta de cooperación efectiva de nuestro gobierno; y hay numerosos estudios de especialistas y organizaciones dedicadas a esta materia, que señalan como grave nuestra situación de inseguridad. Y nada le mueve el copete al gobierno federal.
Pasó desapercibido en nuestro país, que en el más reciente congreso de marzo pasado, de la Internacional Socialista (para que no digan que anda uno buscando información conservadora y fifí), se emitió una Resolución sobre México, aprobada por el consejo de esa organización mundial que agrupa 132 partidos políticos socialdemócratas de todo el mundo.
A la Internacional Socialista nadie en sus cabales la menosprecia, con sus raíces en 1889 y su refundación en 1951 en Fráncfort, Alemania, a iniciativa del Partido Laborista británico. Ha sido presidida por políticos de la talla de Willy Brandt o el actual secretario General de la ONU, Antonio Guterres. Y en esa su más reciente reunión, emitió una Resolución en la que expresa su preocupación por la influencia generalizada del crimen organizado en México.
La Resolución afirma que “el crimen organizado se ha infiltrado en la política en México y pone en peligro la integridad del proceso electoral del 2 de junio (…) es imperativo abordar el nexo entre el crimen organizado, la violencia política y la erosión institucional para salvaguardar el futuro democrático de México (…) el crimen organizado busca manipular los resultados mediante la violencia e intimidación, lo que supone una amenaza directa para la democracia de México y la confianza en sus instituciones”.
El actual presidente de la Internacional Socialista es Pedro Sánchez, presidente de España, quien pidió a observadores internacionales y aliados democráticos “monitorear de cerca la situación para garantizar la integridad electoral y respaldar los esfuerzos para combatir la influencia del crimen organizado”.
Esas gentes de ese tamaño político desde esa organización con ese ascendiente, no andan de metiches ni opinando a tontas y a locas. Saben del prestigio que deben cuidar y no abren la boca para ventilar la garganta. Así está México. Lo sabemos.
Por supuesto este menda tiene certeza de que de llegar a oídos del menguante Presidente de México o de los salientes suyos, lo que declara oficialmente la Internacional Socialista, sobre la ya muy peligrosa “influencia generalizada del crimen organizado en México”, y el “nexo entre el crimen organizado, la violencia política y la erosión institucional”, lo negarán y en una de esas, tacharán a la Internacional Socialista de organización manipulada por Claudio X. González y por la derecha socia de la mafia del poder… la Internacional Socialista.
Pero no importa. Ya no importa lo que diga o intente hacer este gobierno que tiene cuatro meses y dos días de vida.
Lo importante es que la señora que gane las elecciones para la presidencia de la república, sepa que por encima de los muchísimos asuntos que deberá atender, los de ordinaria administración y los que exigen soluciones urgentes, encima de todo, lo grave es el inmenso poder que en este sexenio ha acumulado el crimen organizado y que desde antes de asumir el cargo, trabaje con los especialistas en tan difícil materia, para actuar desde el primer día de su gobierno para purgar a toda la estructura federal de gente encajada por las bandas criminales.
Pero le tengo malas noticias: si ganara los comicios doña Sheinbaum, no actuará en consonancia con la gravedad del problema, no por maldad o irresponsabilidad, sino porque confía en su mentor (ya sabe quién), y en la estrategia que cree se aplicó en la Ciudad de México, cuando era su Jefa de Gobierno. Y se equivoca en todo: la versión de su bien amado líder, es falsa, como tantas y tantas cosas más; y la Ciudad de México no mejoró su seguridad pública, lo que hicieron fue reclasificar delitos y desaparecer muertos, asesinados.
Esto es una ventaja más con doña Xóchitl. Si ella triunfa en los comicios, no tiene que sostener la versión del señor que se hospeda en Palacio, ni tiene compromiso con ninguno de sus subordinados-cómplices. Podrá desempolvar expedientes, reconstruir realidades y soltar la sopa, exhibir las vergüenzas de este gobierno, papalotear la verdad. Y aunque eso no resuelve nada, es un buen comienzo.
Este junta palabras no tiene idea de qué se debe hacer para atajar, primero, y resolver después la criminalidad rampante que asola al país (se puede decir ‘asuela’, no muela), pero sí sabe que hay profesionales en eso que si tienen el apoyo del gobierno federal, se pondrán a la tarea. Y eso no sucederá si doña Sheinbaum ganara porque llegaría atada de manos.
Ya lo sabe, la solución es votar, votar sin excusa ni pretexto.