Sr. López
Nadie supo cómo pero tía Rosita (la de Toluca, la que llegó a los 117 de edad), se enteró que sus sobrinas nietas se habían ido con sus hijos (sus sobrinos bisnietos), a Veracruz ¡en Semana Santa!, tiempo que para ella era tiempo de rezar, tapar espejos y cuadros con paños morados, no oír radio (nunca tuvo televisión), ir al templo a los oficios, visitar las siete casas. La santa ancianita llorosa repetía: -¿Qué le pasó a esta familia?¿Qué le pasó a este país?, se lo pregunto en serio.
Sin intención de fundar el “Club de Nostálgicos” del México que nunca fue, sin pintar color de rosa el pasado, algo de bueno tenía que los niños tuviéramos que leer “Corazón” de Edmundo de Amicis, que al más torcido le sacaba su parte buena por diminuta que fuera; que curas, maestros y médicos fueran garantía de decencia; que desde la banda del automóvil gris en 1915 -que acabaron fusilados… ¡ah, qué tiempos!-, no hubo ninguna otra durante decenios; que los funcionarios de gobierno que robaban fueran excepción y los que lo hacían eran nenes de pecho (estrenaban coche, desayunaban en Sanborn’s y si mucho, se echaban encima una querida). ¡Ah! y no había quien no supiera el himno.
Eran tiempos en que los presidentes procuraban decir las menos mentiras que les fuera posible y hablaban casi nada comparando con la epidemia de verborrea actual… y les importaba un reverendo y serenado cacahuate ser populares, ¿cómo para qué?, el que era Presidente ya era Presidente y no podía aspirar a más.
Y los demás políticos sabían entonces, que su futuro dependía de lo que pensara de ellos la clase política, se portaban más o menos bien, procuraban cumplir lo que ofrecían y moderar sus debilidades. Eran señores de respeto, jamás hacían el ridículo, los enfurecían los chistes a sus costillas, eran normalmente honrados (no santos), no todos cultos, pero lo que no sabían lo preguntaban.
Otra cosa: antes, los políticos no hablaban en futuro. En los informes de gobierno se hablaba en pasado, de lo que ya se había hecho, porque en cuestión de informes de gobierno hablar en futuro es hablar a lo tonto. Y lo que decían en presente ya era una realidad. No se arriesgaban a ser burla de nadie.
Ahora usted bien sabe que las cosas son muy diferentes. Pero de entre toda la ensalada de esperpénticos fiascos, chascos, metidas de pata y omisiones de quienes tienen la responsabilidad de gobernar el país, la peor, la que más duele, la que supone uno que enardece al más apático, es la falta de medicamentos para niños con cáncer.
No se hace menos la tragedia de los más de 134 mil asesinatos que suma lo que va de sexenio; no se atenúa el drama cotidiano que viven las miles de mujeres que son violadas, asesinadas, maltratadas y vueltas a maltratar si denuncian; ni las de los familiares de más de 40 mil desaparecidos.
Tampoco se aminora el drama que significó para 16 millones haber quedado sin servicio médico cuando les birlaron el Seguro Popular (informe del Coneval del 6 de agosto de 2021, no anda uno inventando), o las 24 millones de recetas médicas que nada más en 2021 no surtieron las instituciones de salud pública en México, 30% más que en 2020, casi el triple que en 2019 (Informe de Transparencia en Salud 2017-2021).
Y se aprovecha para mencionar, ya que el Presidente le ha cargado al director del IMSS, Zoé Robledo, la responsabilidad completa de que para 2024 tengamos un sector salud como el de Dinamarca, que solo de enero a julio del año pasado, el IMSS reportó que dejó sin surtir 8 millones 70 mil 597 recetas (El Economista, solicitud de información 0064101935621).
Todo lo anterior y más cosas que no hay espacio para consignar, ha causado y causa, lagos de sangre, ríos de llanto, pero si tiene uno un rastro por tenue que sea, de algo de humanidad, los niños con cáncer y sin medicamentos, conmueven y enfurecen a cualquiera… y no, excepto los padres de las criaturas, nadie ha salido a las calles a expresar el repudio que merece un gobierno que permite o provoca semejante atrocidad.
El viernes pasado un Juez ordenó al Ejecutivo federal, vía amparo, garantizar el abasto de medicamentos para niños con cáncer; estamos hablando de entre 23 y 30 mil menores abandonados a su suerte. Antes, el 2 de julio de 2021, otro Juez ordenó lo mismo. Un Tribunal Colegiado, el 30 de junio 2021, ordenó lo mismo; y el 18 de agosto de 2020; y el 11 de febrero de 2020, otros jueces ordenaron suministrar medicamentos a niños con cáncer. Nada pasa, no se mueve la hoja del árbol.
El gobierno ha respondido de varias maneras. El Dr. Hugo López Gatell, dijo en entrevista del 1 de julio de 2021, televisada por Canal 22: “(…) los niños con cáncer sin medicamentos no existen, es una idea promovida por la derecha internacional conservadora para golpear al gobierno”.
El propio Presidente de la república, en enero de 2020 dijo “(…) lo qué pasa es que las empresas, mejor dicho una empresa, que era la que tenía el negocio de surtir, medicamentos para el cáncer quiso chantajearnos no surtiendo y pensó que con eso nos iba a poner a temblar y que no íbamos a resistir las presiones”; el 20 de septiembre de 2021, dijo: “Ya tenemos todos los medicamentos (…) para atender a niños con cáncer y ya se tienen (…) al menos diez monopolios mantenían el control de la distribución de medicamentos (y) fueron capaces de movilizar a padres y niños para ver si cedíamos (…)”; luego el 25 de noviembre de 2021, dijo que había “(…) una campaña en su contra, apoyando a los familiares de los niños con cáncer (…)”; y agregó en esa ocasión que los directores de hospitales provocaron un descontrol de medicamentos para tratamiento de niños con cáncer por los contratos que tenían con la empresa PISA.
Bueno, los jueces siguen ordenando que se atienda a los niños, los han de estar engañando los padres.Lo bueno es que el Presidente en noviembre del año pasado prometió el abasto y dijo: “le vamos a ganar a refrescos y papitas”. Y no arde Troya. En serio, ¿cuándo se jodió México?, sin exagerar.