Sr. López
Tía Licha, allá en Toluca, aguantó lo que pudo y pudo mucho, pero tío Chema de plano era un desastre. No era malo, era un desastre, bebía, jugaba y no era muy trabajador. Total, la tía un día le dijo que no quería otro pleito ni alegar, que se fuera de la casa o ella se iba. Tío Chema, viendo tan seria la cosa, no abrió el pico, se fue a acostar y al otro día tempranito, le dijo que tenía la solución: -Nos vamos los dos… estrenamos casa, si quieres cambio coche… volvemos a empezar -a medio día llegó a comer y no había un mueble en la casa.
Si anda de buenas, sepa que ayer la candidata presidencial del Presidente, dio a conocer su plan de salud. ¡Que se oiga esa banda!
Doña Sheinbaum, para abrir boca, afirmó que la salud es un derecho, no un privilegio, como si algo cambiara por eso. Si quiere, que lo llame virtud o cebolla que igual, lo que la gente quiere, se le llame derecho o melón, es tener servicios de salud cuando menos -CUANDO MENOS- como antes (antes del 2018), antes de cancelar por capricho y a la mala, el Seguro Popular y dejar sin servicios de salud a 50 millones…y dejar de comprar medicinas, por cierto.
Se comprometió a que si gana las elecciones y se sienta en La Silla, tomará el sistema “como se queda ahora, con sus avances e impulsar el mejor sistema de salud pública para el bienestar”. O sea, la tiene fácil porque para fines de septiembre el Presidente (Andrés Manuel López Obrador, domicilio conocido), el sistema de salud pública ya estará mejor que el de Dinamarca, como dijo el 1 de este marzo.
Pero suena extraño que doña Sheinbaum se comprometa a “impulsar el mejor sistema de salud pública para el bienestar”. Así se lo van a dejar, señora de nuestros respetos. ¿O sabe algo que no sepamos?
El plan de salud de la candidata a la presidencia del Presidente, se llama “República Sana”, ¡ya la hicimos!
Consiste en 10 propuestas que presentó David Kershenobich, médico muy serio (en serio), encargado del tema de salud en la campaña electoral. Lo malo es que al oír el primer punto, se apaga el entusiasmo del más rabioso morenista: Birmex será la entidad responsable de la compra consolidada, almacenamiento y distribución de medicamentos; o sea, como está ahorita la cosa y ya ve cómo está.
De veras, qué difícil ha de ser para la señora candidata a sucesora designada y para su equipo (en el que no hay tontos), hacer propuestas cuando la propuesta es seguir igual, con la palabra transformación usada como conjuro mágico, que se ha de repetir cuanto se pueda, para mantener al inquilino de Palacio convencido de la total lealtad de su discípula, en quien tiene su contento.
Lo mismo pasa con su propuesta de principios de este mes, sobre el problemita de la inseguridad pública. Ese lo presentó como “República Segura”. Consiste en cinco puntos: Honestidad y atención a las causas (léase con acento tabasqueño); Consolidación de la Guardia Nacional (suena a amenaza); Fortalecimiento de la inteligencia e investigación (‘parole, parole’); Coordinación con policías estatales, fiscalías estatales y Fiscalía General de la República (¿o sea, ahorita no se coordinan?… ¡haberlo dicho antes!); Reforma al Poder Judicial, que jueces, magistrados y ministros del Poder Judicial, sean electos por el pueblo de México (con esto, las pandillas de la delincuencia organizada se ponen a temblar, seguro… a menos que se les ocurra financiar las campañas de sus candidatos de ellos, a jueces). ¡Ah!, también mencionó que van a sacar a los jóvenes de la delincuencia con programas educativos. Y lo que sí logró el equipo de doña Sheinbaum fue no decir “abrazos no balazos”. Ya es algo, aunque el contenido sea más de lo mismo.
Lo que da muina es que ni el señor de Palacio ni nadie de los que se supone son sus adversarios políticos, sepa que durante el 57 Periodo de Sesiones de la Comisión de Estupefacientes de la ONU, celebrado hace diez años, del 12 al 21 de marzo de 2014, la delegación mexicana, encabezada por la Subprocuradora (de la PGR), Mariana Benítez Tiburcio, tuvo una postura que cimbró a los asistentes, sujetos todos a la tradición babosa del ‘Consenso de Viena’, de aprobar todo por unanimidad (que eso es consenso). Doña Mariana sostuvo centralmente que “las estrategias de reducción de la demanda y de la oferta que se emprendan en esta materia (…) no deben causar efectos nocivos superiores a los daños de origen que genera la demanda y oferta de drogas”, y que para el gobierno de Peña Nieto, no se debía seguir privilegiando la persecución policiaca del consumo sepultando lo de la “guerra a las drogas”.
Lo novedoso en ese entonces, fue que México no se sujetó a la siempre sospechosa postura de los EUA, Rusia y China que insistieron de sujetarse al Consenso de Viena y su absurda costumbre del voto unánime. Pero, México dejó clarito que en la siguiente sesión especial de la ONU sobre drogas (en 2016), insistirían en un debate amplio. No es sostenible la política probadamente inútil de declarar ilegal el consumo de las drogas. No le bastó a los EUA la experiencia que tuvieron con la prohibición del alcohol.
Al término de ese Periodo de Sesiones de la Comisión de Estupefacientes de la ONU, se impusieron los “conservadores”, Rusia, China, los EUA y sus países sometidos. Se remitió el asunto al Consenso de Viena. Y aquí estamos. Pero quede constancia: en el gobierno de Peña Nieto, se anunció el fin de la guerra a las drogas. No es propuesta de este Presidente.
Y mientras, sigue la borrachera en Morena, por las encuestas en las que doña Sheinbaum gana sin duda. Bueno, que la gocen, ya se hará la encuesta buena, las elecciones, y se verá de qué cuero salieron más correas. Aunque es difícil creer que la raza quiere que siga el despelote, el segundo piso de lo mismo.
Todo depende de que la gente salga a votar, en masa, cosa que ya ha sucedido, recuerde que en las elecciones presidenciales de 2018, cuando AMLO, votó el 63.42%, pero en 1994 cuando ganó Zedillo, votó el 77.16 % del padrón… sí se puede.