Ciro Castillo
Todos tenemos algún recuerdo de la Semana Santa y ojalá que la mayoría sean positivos. Los nuestros giran en torno al pan cocido en horno de leña, a la conserva de frutas y a algunos juegos de azar para matar el tiempo.
También, igual que muchos, recordamos la pulcritud de algunos arroyos y ríos, en los que la gente solía refrescarse porque, eso sí, la Semana Mayor, al menos en nuestra región, siempre es calurosa. De eso queda poco, pues Chiapas y todo México padecen de sequía y contaminación de sus mantos acuíferos.
Esta etapa de celebración para quienes crecimos bajo la todavía gran influencia del catolicismo, tiene siempre la compañía de la luna, que en esta época del año es vigorosa y radiante.
Algunos con más suerte recuerdan los viajes a la playa, aunque pocos, quizá muy pocos, relacionan a la Semana Santa con una etapa de reflexión interior.
Precisamente esta semana la Arquidiócesis de Tuxtla Gutiérrez hizo un llamado a disfrutar estos días de vacaciones en las escuelas y en las oficinas públicas y privadas, pero también dar paso al autoanálisis.
Qué nos está pasando como sociedad, pero qué hemos hecho nosotros de manera personal para favorecer el ambiente crispado y violento en el que vivimos.
“Papá gobierno” tiene grandes obligaciones que cumplir, pero muchas de ellas también pasan por la educación de cada uno de nosotros.
La violencia que afecta a muchas regiones de Chiapas y de México no es obra de la casualidad. Alguna cosa tuvimos que hacer hecho mal todos, como sociedad, pero también desde nuestro ámbito particular.
¿Es “el amor al dinero” el que nos hizo perder de vista otras maneras de alcanzar la felicidad?
¿Por qué razón antes cuando teníamos menos ropa, menos zapatos, menos golosinas, menos carne en la mesa y más frijoles y tortillas éramos más felices?
¿Por qué ahora que decimos estar más comunicados estamos, en realidad, menos comunicados? No sentamos en la misma mesa pero no hablamos.
¿Por qué ahora le hacemos “fiesta” a la violencia, cuando antes podías dormir con las puertas o ventanas de tu casa abiertas?
Si la Semana Santa es para descansar, que sea también para reflexionar…
Campañas
Dicen que en la forma de agarrar el taco se conoce al tragón y, definitivamente la señora Alejandra del Moral, aspirante a gobernadora del Estado de México, sale reprobada.
Arrancó en los primeros minutos del tres de abril su campaña y dio un discurso que, Dios padre, cualquier sacerdote dando misa ahora en Semana Santa la deja atrás y por mucho.
Prometió, eso sí, continuar con la entrega de los salarios rosa y consideró que hasta las mascotas tendrán una parte de ese dinerito porque “ya son parte de la familia”.
En algunas entrevistas radiales dijo que estaba compitiendo para ganar, aunque no se le escuchó convencida y, al contrario, parecía como si por momentos le ganara la risa.
Aunque la maestra Delfina Gómez tampoco tiene grandes cualidades para arrastrar al electorado del Estado de México, otrora bastión del Partido Revolucionario Institucional (PRI), parece tener la delantera.
La ex titular de SEP, donde pasó sin pena ni gloria, parece estar confiada en que el “efecto López Obrador” ahora sí la hará ganar.
¿Será como dicen algunos mal pensados que ya hubo una negociación entre Morena y el PRI para repartirse Coahuila y el Edomex?
¿Será que la señora Del Moral solamente está jugándole al Tío Lolo?
¿Será que el senador Armando Guadiana cuando ganó la encuesta sabía también que lo estaban mandando a perder en Coahuila?
No hay que perder de vista que los resultados electorales en el Estado de México y Coahuila, dirán mucho de lo que se avecina para 2024, incluso para entidades como Chiapas donde ya sabemos quienes van a la cabeza.
¿Será este el preámbulo del anunciado entierro del PRI, con un Alejandro Moreno, que anda más preocupado por las migajas que por recobrar la credibilidad de millones de mexicanos que alguna vez creyeron en el tricolor?
Aderezos
-El lunes tres de abril tomaron protesta los cuatro nuevos consejeros del INE, entre ellos la primera presidenta mujer de este organismo, Guadalupe Taddei Zavala, a quien, a pesar de que llega en medio de cuestionamientos por ser pariente de morenistas en Sonora, habrá que darle el beneficio de la duda…
-El que se fue, junto a Ciro Murayama y Edmundo Jacobo, fue el ahora exconsejero presidente del INE, Lorenzo Córdova, a quien, sí, es complicado defender por el lado de los jugosos salarios que percibía. Aunque dio buenas batallas ante los embates desde la mañanera, al final parece que perdió el rumbo y se convirtió en rival político de la 4T cuando realmente no lo era…
-Andrés Manuel López Obrador, algo sí tiene: se muere en la raya cuando confía en una persona. Hizo este inicio de semana una férrea defensa del exdirector de Segalmex, Ignacio Ovalle, a quien palabras más palabras menos, dijo: “lo chamaquearon”…
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(Imagen: El Mañana De Nuevo Laredo)