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Zinacantán, un pintoresco pueblo tzotzil en los Altos de Chiapas, celebra cada año la Fiesta de San Lorenzo Mártir, un evento que reúne a miles de personas de comunidades cercanas en una celebración llena de color, tradición y misticismo.
La festividad da comienzo el 8 de agosto con el amarre de las flores del altar, un acto que marca el inicio de los tres días de celebración. Este ritual es el primero de los tres momentos que conforman la fiesta, reflejando la importancia del número tres en las comunidades descendientes mayas.
El 9 de agosto, el pueblo de Zinacantán se tiñe con los colores de San Juan Chamula, recibiendo la visita de sus habitantes en un acto de unión y respeto entre comunidades.
El día 10 de agosto es el momento culminante de la fiesta, conocido como «el mero día del santo». Miles de personas llegan en auténticas romerías para rendir honores a San Lorenzo Mártir. La iglesia, adornada con un altar repleto de miles de flores y rosas, se convierte en un mosaico multicolor que, junto con el aroma a juncia y el resplandor de miles de velas, crea una atmósfera mágica y espiritual.
Las noches de esta celebración están llenas de emoción con la quema de castillos y el tradicional baile de los toritos, que añaden un toque festivo y alegre a la solemnidad de la ceremonia religiosa el 10 de agosto, que es el corazón de esta gran fiesta.
Zinacantán, rodeado de montañas y bosques, es un poblado mayoritariamente dedicado a la floricultura y al campo. Sin embargo, gran parte de sus mujeres se dedica también a la elaboración de prendas textiles y bordados artesanales, lo que convierte a este lugar en un referente del turismo en Chiapas.
(Con información de Noé Farrera)