¡Qué vergüenza!: La Feria

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Sr. López

Aquél viejo ajedrecista, experto testigo de partidas entre los más grandes del mundo, de las que anotaba cada movimiento para luego comentarlas en amenas crónicas del Excélsior de los años 60 del siglo pasado (bueno, no amenas, interesantes para los cuatro gatos que las entendían), aquél viejo ajedrecista, repito, veía intrigado al primo Pepe -el impresentable Pepe- jugando contra un joven ruso recién llegado de la entonces URSS. El silencio era reverente en la sala de casa de los abuelos, nadie se atrevía a menear una pestaña: ¡Pepe desafiando a aquel próximo y casi seguro campeón mundial! Y de repente, con la boca casi pegada al oído de este menda, el viejo susurró: -“O su primo es un genio o es imbécil –qué horrible vergüenza.
El sábado pasado, nuestro Presidente encabezó la VI Cumbre de Jefas y Jefes de Estado y Gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), en Palacio Nacional.
La Celac se fundó en 2011 a iniciativa de finísimas personas como Hugo Chávez de Venezuela; Rafael Correa de Ecuador (hoy prófugo de la justicia por ladrón); Evo Morales de Bolivia (que quiso ser presidente por cuarta ocasión y acabó huyendo de su país); y Raúl Castro de Cuba (modelo de respeto a los derechos humanos y creador con su hermano Fidel, de la democracia sin partidos políticos). La idea de estos impresentables era crear un nuevo organismo regional sin los EUA ni Canadá. Bueno, se les concedió, ya existe la Celac. El mundo gira… igual.
En la Celac están 32 países de América Latina y el Caribe; a los EUA y Canadá ni los invitaron, no son latinos, y Brasil, principal economía de la región, la abandonó el año pasado según ellos porque se convirtió en un “escenario para países con gobiernos autoritarios como Venezuela, Cuba y Nicaragua”; y porque “la Celac no ha dado resultados en la defensa de la democracia ni en ningún área”. Claridosos.
En esta Cumbre se abordará el trepidante asunto de eliminar a la OEA (Organización de Estados Americanos), en la que sí participan los EUA, Canadá y Brasil, pero no Cuba ni Venezuela. Nuestro Presidente ha pregonado que la OEA debe sustituirse por un organismo verdaderamente autónomo, que no sea “lacayo de nadie” (¡Jesús!, qué valentía). En México creemos que es idea de él, pero eso mismito decía Hugo Chávez desde 2009 cuando impulsaba la creación de la Celac. También se discutirá la creación de una Agencia Latinoamericana del Espacio para participar en la misión a la Luna del año 2024 de los EUA (risas del respetable).
En agosto del año pasado, algunos cancilleres de la Celac, incluido el nuestro, Marcelotzin Ebrard, acordaron que en esta Cumbre prepararían la propuesta de sustitución de la OEA… para presentarla a los EUA y Canadá (carcajadas del respetable).
Muy machitos los integrantes de la Celac, muy machitos, pero van a preguntarle al tío Sam si está de acuerdo en que acomoden la OEA al gusto de ellos. Pues ya se pueden ahorrar el esfuerzo, la respuesta se puede anticipar: ¡NO!… ¿y qué van a hacer?
Sí es obvio que desde su inicio en abril de 1948, la OEA es un organismo alineado a los intereses de los EUA, entonces en el contexto de la Guerra Fría y hoy en el de la feroz competencia comercial. A este junta palabras no le gusta pero es lo que hay; sería lindo que los países del planeta trataran los asuntos comunes como hermanos franciscanos, sería lindo, pero no es así la realidad y las cosas no mejoran cuando se plantean desde un mundo de fantasía… o demagogia… barata.
También es obvio que está requetebien que los países latinoamericanos y del Caribe se junten para ponerse de acuerdo entre ellos, sí, pero empezando por lo mero principal: no aceptar bajo ningún concepto la participación de dictadores, autócratas y malandrines varios, pues si se ponen en pausa la democracia y el respeto a los derechos humanos, todo lo demás es cuento. Cuentazo. Por lo pronto, ya podrían exigir los honorables integrantes de la Celac a Cuba, Venezuela y Nicaragua, la celebración de comicios serios, bien supervisados.
Dejando de lado bravatas y frases de ocasión, los integrantes de la Celac no están tan convencidos de las bondades de embarcarse en la aventura de abandonar la OEA y crear otro organismo para darle el gustazo a México, Cuba, Venezuela, Argentina, Nicaragua y Bolivia.
Las consecuencias de entrar en desacuerdo con los EUA, son de pronóstico reservado, aparte de que danzar al ritmo que toca el tío Sam es muchísimo menos dañino que hacerlo al son de las dictaduras marxistas. Dígase a sí mismo si en caso de tener que abandonar el país escogería vivir en los EUA o en algún paraíso modelo Venezuela. Piense en cuál será la misteriosa razón por la que nuestros connacionales migran rumbo al norte; la gente, tanta gente, no se equivoca. Y ya en estas, piense en por qué centenares de miles de cubanos han huido y siguen huyendo de su isla… y millones de venezolanos escapan a pie fuera del elíseo chavista.
Además, ya hablando en serio, con tantito sentido del ridículo estos líderes de ocasión, antes de proponer plantarle cara al tío Sam, deberían recapacitar en la anemia regional:
El PIB (producto interno bruto) anual de los EUA en 2020, fue de 22 billones 294 mil millones de dólares; el de toda América Latina y el Caribe llegó a 4,800 billones de dólares. La economía de los EUA es casi cinco veces la de toda Latinoamérica y el Caribe, incluido Brasil. ¡Chin!
Y peor: el comercio entre los países de la región latinoamericana y del Caribe es de solo el 16%; el restante 84% es con países ajenos a la zona, básicamente… los EUA.
Aparte de todo, abandonar la OEA no es cuestión de declaraciones tonantes. La OEA es un entramado jurídico en que participan el Banco Interamericano de Desarrollo, la Organización Panamericana para la Salud, la Corte Interamericana de Derechos Humanos, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Junta Interamericana de Defensa.
Nuestro Presidente debe saber esto y más… y se queda uno pensando, ¡qué vergüenza!

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