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El pozol es una de las bebidas más emblemáticas del sur de México, con una historia que se remonta a la época prehispánica. Originalmente conocido como pochotl, para algunos, la historia de este brebaje se enfoca a que era preparado por los pueblos indígenas Maya-Chontales de Tabasco, utilizando una mezcla de maíz y cacao, ingredientes esenciales en su dieta y cosmovisión.
Otros, por el contrario, afirman que es originario de la región de lo que hoy es Chiapas, debido a las raíces del cacao, que, según algunos estudiosos del tema, proviene de la región de Tuxtla Chico.
Actualmente, el pozol es parte fundamental de la cultura gastronómica de estados como Chiapas, Tabasco, Oaxaca, Veracruz y la península de Yucatán. Su nombre evolucionó con la llegada de los españoles, pero su esencia y versatilidad se han mantenido intactas a lo largo de los siglos.
Los sabores
El pozol presenta diversas formas de preparación, adaptándose a los gustos y tradiciones locales:
Pozol con cacao: La versión más tradicional, que combina maíz y cacao tostado para un sabor rico y reconfortante, endulzado con panela o azúcar.
Pozol blanco: Elaborado solo con maíz, ofrece un sabor más suave y neutro, pero que puede ser acompañado por sal con chile, miel de azúcar o dulce de cacahuate.
Pozol de camote: Una variante dulce, enriquecida con puré de camote.
Pozol agrio: Fermentado durante varios días, tiene un sabor fuerte y propiedades probióticas.
Contiene vitaminas
El pozol no solo es una bebida refrescante, sino también altamente nutritiva. El maíz, su ingrediente base, aporta carbohidratos, vitaminas del grupo B y minerales como magnesio y hierro.
Cuando se le añade cacao, se enriquece con antioxidantes y minerales adicionales, como el zinc y el calcio. Su versión fermentada destaca por sus beneficios probióticos, favoreciendo la salud intestinal.
Vínculo culinario
El pozol no solo representa una tradición culinaria, sino también un vínculo con las raíces culturales de México, destacando la riqueza y diversidad de la herencia indígena.
Esta bebida sigue siendo un símbolo de identidad y orgullo para las comunidades del sur del país.